S&P: “Las reformas del gobierno no mejoran el ambiente y el clima de negocios en Chile”
La depreciación del peso permitirá un reequilibrio macroeconómico, pero a corto plazo generará cautela en los inversionistas y menores ingresos reales.
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Las reformas que está discutiendo el gobierno chileno no ayudan a mejorar la competitividad del país, en momentos en que el escenario externo está marcado por la desaceleración del crecimiento de China, la caída del precio de los commodities y la incertidumbre por la normalización de la política monetaria de Estados Unidos, aseguró el economista jefe para Latinoamérica de Standard & Poor's, Joaquín Cottani.
La semana pasada, el experto rebajó la estimación de crecimiento para nuestro país a 2,1% este año, en lugar del 2,7% previsto en julio. En este contexto internacional desfavorable, "a lo mejor tenemos que acostumbrarnos a que las tasas potenciales de crecimiento de los países latinoamericanos, como Chile, sean de 3,5% por algunos años".
Cottani aseguró que la depreciación del peso chileno permitirá un reequilibrio macroeconómico en nuestro país, pero en el corto plazo su impacto sería negativo. Esto, porque generará cautela por parte de los inversionistas y una reducción en los ingresos reales, ya que suben los precios, pero hay menos posibilidades de elevar la tasa de interés para contener la inflación.
- Las proyecciones de S&P se extienden sólo hasta 2017 ¿por cuánto tiempo se prolongará el bajo precio de los commodities? El FMI dijo que ya que el súper ciclo fue prolongado, también lo será la caída.
- No hay sólo temas de demanda, que son más estructurales, que tienen que ver con el hecho de que China ya no puede seguir creciendo a las tasas que crecía, sino que también hay problemas más coyunturales que tienen que ver con nuevas fuentes de oferta, como pasa con el petróleo. También está el tema de la fortaleza del dólar. Generalmente cuando el dólar se fortalece, el precio de los commodities baja, o no sube. Compartimos lo que dice el Fondo, pero creemos que lo peor de la reversión del ciclo -medida por el crecimiento de las exportaciones e importaciones mundiales- se ha dado en este año. Por lo tanto, la situación en términos del crecimiento del comercio mundial debería ser mejor.
No vamos a volver a tasas de crecimiento del comercio mundial de 20%, como tuvimos en algún momento de ese súper ciclo, pero volveríamos a tasas normales de crecimiento de entre 5% y 10%.
- ¿La fortaleza del dólar se produce además por las señales de consolidación de la recuperación en EEUU?
- La economía de EEUU es una de las pocas señales favorables que se ven hoy en el mundo, pero la economía estadounidense por sí sola, con estas tasas de crecimiento, no puede ser el motor global. Hasta ahora teníamos una economía mundial que se manejaba con dos motores: EEUU siempre era el importante, pero China había pasado a ser aún más importante en la contribución al comercio mundial. Esa rebaja del crecimiento de China no se compensa con el hecho de que la economía estadounidense esté relativamente saludable.
Timing desfavorable
- En este escenario adverso con el dólar al alza, el precio de los commodities a la baja ¿era buen momento para aplicar reformas en Chile?
- Si nos referimos a las reformas impositivas para financiar otras reformas, uno diría que no mejora el ambiente y el clima de negocios, y se da en un momento en que estos factores no ayudan a la competitividad. Al reducir el efecto de las exportaciones de cobre, Chile tiene que volver a hacer lo que hizo en los '90, es decir, una diversificación mayor de las exportaciones, ser un exportador de ciertas manufacturas o productos diferentes al cobre. En ese sentido hubiera sido mejor que las reformas se implementaran antes y que ya estuvieran internalizadas por el sector productivo. En este momento lo que pesa no es tanto el efecto de las reformas en sí, el impacto que puedan tener, sino la incertidumbre sobre que no están totalmente definidas hacia dónde van a llegar y cuál es el efecto que van a tener.
El timing no fue el mejor, es lo mismo que le ocurrió a otros países, aunque con una diferencia. Chile está avanzando en reformas que se enfocan más en la progresividad político social, con un sesgo un poco anti inversión, pero en países como Brasil y Argentina, que tienen que hacer reformas más de fondo y que generalmente van a implicar una mayor restricción, se siente como que se desaprovechó la bonanza para aplicar las reformas y ahora van a tener que hacerlas en un contexto internacional desfavorable. Esto va a generar mucha más caída del empleo que de lo que puede generar en Chile.
- Este ambiente previo de discusión de las reformas ¿ha influido en el recorte de la proyección de crecimiento de nuestro país?
- Sí, la contracción en las inversiones es lo que ha reflejado todo lo que ha venido pasando. Ahora, es muy posible que de la mano del tipo de cambio competitivo se reactive la inversión, ya que para el inversionista extranjero, o el inversionista local que puede generar dólares, va a ser un país más competitivo. Pero hay que esperar que se ponga en movimiento ese círculo virtuoso, pero para eso es preciso que el gobierno ayude y remueva la incertidumbre.
- ¿Está en riesgo la calificación crediticia de Chile?
- Yo no puedo hablar categóricamente sobre riesgos en calificación, porque no intervengo directamente en los ratings, pero el proceso de revisar los rating es un proceso de acumulación, de mediano y largo plazo, siempre existe la posibilidad de cambios de outlook en cualquier país por un deterioro de resultados. Chile está mejorando, se ha achicado mucho el déficit de balance de cuenta corriente, pero puede ser que haya algunos deslizamientos en la parte fiscal. Pero ni siquiera los analistas de rating pueden darte una visión categórica.
- Otro informe del FMI alertaba sobre el crecimiento de la deuda corporativa, y en dólares, en los países emergentes, y decía que Chile ocupaba el tercer lugar entre los países donde más había crecido el endeudamiento de las empresas entre 2007 y 2014 ¿qué consecuencias podría tener esto?
- Como hemos tenido un período tan largo de tasas bajas, es esperable que haya aumentado el endeudamiento externo, que era históricamente barato. Desde el punto de vista de una empresa individual el apalancamiento no es una cosa mala per se, tiene que ver con cómo se ha invertido, como en el caso de un país. Hay muchos factores que no se pueden generalizar, porque dependen de la cobertura que cada empresa haya adoptado, pero a lo que se refiere el Fondo es que la Reserva Federal de EEUU debe tener en cuenta -y yo creo que lo tiene en vista de la última reunión de septiembre- es que hay efectos de contagio de los países emergentes, y que por lo tanto no deberían ser muy agresivos en el aumento de tasas, que tengan en cuenta que esto puede generar factores de riesgo.
Alza de tasas de la Fed
- ¿Cuándo estiman que la Fed podría subir las tasas?
- Nuestro economista apuesta por diciembre, como es el consenso, no en octubre porque es una reunión especial.
- ¿En China habrá aterrizaje forzoso o sólo es una desaceleración suave?
- Lo vemos como un aterrizaje suave. Es un rebalanceo de la economía, pero es un factor de riesgo. Hay una probabilidad de un riesgo de cola, no insignificante y ha estado aumentando, de que haya un aterrizaje forzoso ¿qué significa eso? Un crecimiento de entre 6% y 7% sería un aterrizaje suave, uno de 5% o menos sería un aterrizaje fuerte.
- Existe creciente suspicacia respecto de la veracidad de las cifras oficiales de China ¿qué cifras manejan ustedes?
- Nuestro economista de Asia tiene cifras que son menores que las oficiales, por debajo de 7%. Eso ya lo tenemos incorporado como parte del escenario.
"La crisis de Brasil se va a resolver cuando baje la inflación y el banco central pueda recortar las tasas"
- ¿Son suficientes los esfuerzos de Dilma Rousseff para equilibrar las cuentas fiscales de Brasil?
- Son lo que políticamente el sistema le permite, sobre todo tras haber sufrido una pérdida de popularidad y de capacidad de negociar cosas con el Congreso. El partido que siempre oficia de árbitro en Brasil es el PMDB, que está resistiendo ciertos ajustes. Lo que Brasil está haciendo son medidas incrementales para que la situación fiscal no se desborde en un momento en que los ingresos caen y algunos componentes del gasto están indexados a la inflación, y por lo tanto son rígidos a la baja, como ocurre con las pensiones y con los salarios del sector público. Si uno no puede, por cuestiones instituciones o legales, reducir el ajuste del salario mínimo, que se traslada a las pensiones, entonces estás limitado a hacer cambios muy marginales sobre componentes discrecionales y sobre la inversión. Pero pensar que Brasil va a moverse rápidamente hacia un escenario de un superávit primario es un poco ilusorio en este contexto.
- ¿Cuándo vislumbran una salida a la crisis?
- Lo de Brasil se va a resolver en el momento en que la inflación, por efecto del aumento del desempleo y de la recesión, empiece a bajar. Una vez que empiece a bajar, especialmente cuando se desacelere la creación de crédito público, que ha sido un factor de inercia inflacionaria, entonces el banco central podría finalmente bajar las tasas de interés. Eso se podría hacer a partir del año 2017, y ahí sí puede haber recuperación de la economía y una mejora en la parte fiscal. Hoy el resultado primario puede llegar a ser -1%, pero lo que pesa en el déficit fiscal es la carga de los intereses y el costo de las intervenciones, a través de derivados, para evitar una devaluación más fuerte del real y eso cuesta 7 u 8 puntos del PIB. Lo que hace que la dinámica de la deuda sea insostenible no es que el resultado primario estructural sea negativo, sino que las tasas de interés que se ve obligado a pagar Brasil son muy altas y eso sólo va a bajar cuando la inflación vuelva a un nivel más cercano al objetivo de 4,5%.