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Uruguay sale en defensa del proyecto de Arauco en medio de los primeros reparos
A pesar de los estudios presentados , la intendencia y un grupo ambientalista de la provincia argentina de Gualeguaychú se opone a la decisión de Montevideo.
Por: | Publicado: Viernes 7 de enero de 2011 a las 05:00 hrs.
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D.Paleo/C.Candia
Aprobada la licencia medioambiental para que la empresa Montes del Plata -cuya propiedad es compartida en partes iguales por la chilena Arauco y la sueco-finlandesa Stora Enso- levante una nueva planta de celulosa en Uruguay, las autoridades de este país tuvieron que salir a aclarar los alcances de la decisión en virtud de los primeros reparos a la construcción de la citada unidad.
Este viernes se espera que el canciller trasandino, Héctor Timerman, reciba a su par uruguayo, Luis Almagro, en una cita que pretende minimizar eventuales conflictos diplomáticos tras el recordado impasse entre ambas naciones por la construcción de Botnia, capítulo que concluyó en la Corte Internacional de la Haya. Y es que desde la intendencia de la provincia argentina de Gualeguaychú y la asamblea ciudadana de ambientalistas -grupo que se opuso férreamente a la construcción de la planta Botnia- se manifestaron en contra de la planta a pesar que desde Montevideo se aseguró que la planta cumple con los más altos estándares medioambientales.
Juan José Bahillo, intendente de Gualeguaychú, lamentó la decisión tomada por Uruguay y aseguró que respaldará la posición adoptada por el grupo ambientalista. Aseguró que el modelo de tecnología que emplean las plantas de celulosa perjudican tremendamente el medioambiente, por lo que lamento que Uruguay avance con este tipo de modelo de desarrollo industrial, más allá de que esté en su legítimo derecho. Andrés Rivas, representante de la asamblea ciudadana ambientalista de Gualeguaychú, explicó que la región va ser afectada por la contaminación del agua y del aire que pudiese desechar la planta de celulosa, y adelantó que aunque no hemos organizado ninguna protesta, seguro en unos días más comenzaremos a hacer sentir nuestra opinión.
Frente a estos reparos el subsecretario de medioambiente de Uruguay, Jorge Patrone, aseguró a medios locales que seguimos las últimas exigencias a nivel mundial con respecto a cuestiones ambientales, tal como lo hicimos con la celulosa ex Botnia. Este emprendimiento fue acordado en su momento, así que esperamos que no haya ningún tipo de problemas.
El asunto diplomático
Vale mencionar que en este caso, Uruguay no está obligado a presentar a Argentina un estudio de impacto ambiental sobre la nueva papelera, como sí sucedió en el caso de Botnia UPM. Esto, porque el Tratado del Río de la Plata que se celebró en 1974 exime de esta obligación al gobierno de Montevideo. En este ámbito, el embajador Raúl Estrada-Oyuela dijo al diario argentino El Cronista que fue Argentina la que la que solicitó en aquel momento que no se incluyera en ese punto de manera de destrabar los conflictos entre ambas naciones.
Más allá del plano diplomático, Andrés Rivas aseguró que ha habido una reacción importante en la gente que vive en las cercanías del Río Uruguay, lugar donde Montes del Plata descargaría sus efluentes. Sin embargo, desde Uruguay se aseguró que no han existido mayores manifestaciones en contra de la futura la planta de celulosa. Con todo, en declaraciones divulgadas por la agencia estatal Télam, el embajador Timerman sostuvo que esta no es una planta nueva. Se trata de un proyecto aprobado en 2006 por ambos países. Argentina ya dio autorización para su construcción y vamos a dialogar y ver si es el mismo proyecto autorizado hace cinco años.
Timerman consideró que si la propuesta de Montes del Plata es la misma a la aprobada en 2006, no debería haber ningún problema.
Aprobada la licencia medioambiental para que la empresa Montes del Plata -cuya propiedad es compartida en partes iguales por la chilena Arauco y la sueco-finlandesa Stora Enso- levante una nueva planta de celulosa en Uruguay, las autoridades de este país tuvieron que salir a aclarar los alcances de la decisión en virtud de los primeros reparos a la construcción de la citada unidad.
Este viernes se espera que el canciller trasandino, Héctor Timerman, reciba a su par uruguayo, Luis Almagro, en una cita que pretende minimizar eventuales conflictos diplomáticos tras el recordado impasse entre ambas naciones por la construcción de Botnia, capítulo que concluyó en la Corte Internacional de la Haya. Y es que desde la intendencia de la provincia argentina de Gualeguaychú y la asamblea ciudadana de ambientalistas -grupo que se opuso férreamente a la construcción de la planta Botnia- se manifestaron en contra de la planta a pesar que desde Montevideo se aseguró que la planta cumple con los más altos estándares medioambientales.
Juan José Bahillo, intendente de Gualeguaychú, lamentó la decisión tomada por Uruguay y aseguró que respaldará la posición adoptada por el grupo ambientalista. Aseguró que el modelo de tecnología que emplean las plantas de celulosa perjudican tremendamente el medioambiente, por lo que lamento que Uruguay avance con este tipo de modelo de desarrollo industrial, más allá de que esté en su legítimo derecho. Andrés Rivas, representante de la asamblea ciudadana ambientalista de Gualeguaychú, explicó que la región va ser afectada por la contaminación del agua y del aire que pudiese desechar la planta de celulosa, y adelantó que aunque no hemos organizado ninguna protesta, seguro en unos días más comenzaremos a hacer sentir nuestra opinión.
Frente a estos reparos el subsecretario de medioambiente de Uruguay, Jorge Patrone, aseguró a medios locales que seguimos las últimas exigencias a nivel mundial con respecto a cuestiones ambientales, tal como lo hicimos con la celulosa ex Botnia. Este emprendimiento fue acordado en su momento, así que esperamos que no haya ningún tipo de problemas.
El asunto diplomático
Vale mencionar que en este caso, Uruguay no está obligado a presentar a Argentina un estudio de impacto ambiental sobre la nueva papelera, como sí sucedió en el caso de Botnia UPM. Esto, porque el Tratado del Río de la Plata que se celebró en 1974 exime de esta obligación al gobierno de Montevideo. En este ámbito, el embajador Raúl Estrada-Oyuela dijo al diario argentino El Cronista que fue Argentina la que la que solicitó en aquel momento que no se incluyera en ese punto de manera de destrabar los conflictos entre ambas naciones.
Más allá del plano diplomático, Andrés Rivas aseguró que ha habido una reacción importante en la gente que vive en las cercanías del Río Uruguay, lugar donde Montes del Plata descargaría sus efluentes. Sin embargo, desde Uruguay se aseguró que no han existido mayores manifestaciones en contra de la futura la planta de celulosa. Con todo, en declaraciones divulgadas por la agencia estatal Télam, el embajador Timerman sostuvo que esta no es una planta nueva. Se trata de un proyecto aprobado en 2006 por ambos países. Argentina ya dio autorización para su construcción y vamos a dialogar y ver si es el mismo proyecto autorizado hace cinco años.
Timerman consideró que si la propuesta de Montes del Plata es la misma a la aprobada en 2006, no debería haber ningún problema.