Hacienda ratifica débil escenario fiscal: déficit estructural será mayor este año ante presiones de gasto de la agenda social

Hoy, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, firmó el nuevo decreto de trayectoria del balance estructural de las cuentas fiscales, ratificando el diagnóstico de un deterioro adicional producto del mayor gasto público de la agenda social post crisis del 18 de octubre.

En el documento, la cartera establece que el déficit estructural del aparato estatal ascenderá a 3,2% del PIB este año, una cifra que implica un deterioro si se compara con el saldo en rojo equivalente a 1,4% del Producto que se incluyó en el Presupuesto 2020 enviado al Congreso a fines de septiembre pasado.

El dato también implica una leve alza de 0,2 décimas en comparación al ajuste de las proyecciones fiscales que realizó la Dirección de Presupuestos (Dipres) en diciembre pasado.

Para hacerse una idea del relajamiento del compromiso fiscal, hay que considerar que el déficit estructural habría cerrado 2019 con una cifra equivalente a 1,5% del PIB.

En un comunicado, Hacienda aseguró que la modificación de la trayectoria de metas para el balance estructural incorpora el impacto de la nueva agenda social, incluyendo aquellos proyectos que ya han sido aprobados, como otros que están bajo discusión, el impacto de la agenda de recuperación económica y protección del empleo anunciada en diciembre de 2019, así como la modernización tributaria recientemente promulgada.

Esta nueva trayectoria de consolidación fiscal plantea metas exigentes, pero a la vez realistas y responsables, dijo la cartera.

"En el nuevo escenario económico, esta trayectoria es compatible con la implementación de una ambiciosa agenda social, los planes de estímulo fiscal transitorio para reactivar la economía, así como la mantención de una situación fiscal sana y sostenible en el tiempo", explicó Briones.

Si bien para este año se prevé un mayor déficit estructural, para 2021 Hacienda anticipa una corrección, al prever que el saldo representará el 2,5% del Producto, reduciéndose a 2% del PIB en 2022, 1,5% en 2023 y 1% un año más tarde.

Aquello se compara desfavorablemente con los déficits estructurales de 1,2% del PIB en 2021, de 1% del Producto en 2022, 0,8% en 2023 y de 0,6% en 2024 que se proyectaban en septiembre pasado, previo al inicio de la crisis social.