Cambio a marcas más baratas y mayor austeridad en entretención, entre los ajustes en los bolsillos de los chilenos ante la alta inflación

La inflación está lejos de ser solo una gran preocupación para las y los chilenos: también ha implicado cambios de hábitos para una inmensa mayoría.

El 93% de la población ha realizado algún ajuste en su presupuesto para enfrentar el alza de los precios, lo que se ha traducido principalmente en un mayor cuidado en el consumo de servicios básicos, en cambiar a marcas más baratas y en disminuir actividades extraprogramáticas como entretención, comida, viajes y fiestas. 

Una encuesta aplicada durante mayo por la firma GfK a 1.100 personas revela que esta situación también ha implicado un coletazo para los lugares de compra, ya que la ciudadanía ha buscado alternativas más económicas como mayoristas o bodegas, así como canales más tradicionales como almacenes, ferias y mercados. 

Carolina Cuneo, head of Marketing & Consumer insights en GfK, explica que primero pudieron observar cómo los segmentos medios y bajos de la población comenzaron a reaccionar, realizando modificaciones a sus presupuestos ante el alza de precios, pero destaca que, posteriormente, el segmento alto también reaccionó. 

“Nos parece que en un momento como este, donde el alza de precio no es una percepción sino que una realidad, hace sentido el comportamiento responsable que están teniendo los consumidores, gastando solamente en aquellos productos que realmente es necesario o por uno u otro motivo vale la pena hacerlo”, relata.

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Empresas en la mira

El sondeo también reveló una fuerte crítica a las empresas: las firmas fueron señaladas como las “principales responsables del alza de precios, aprovechándose del contexto”, se lee en el documento. 

En segundo lugar surgen posibles colusiones y ocultamiento de productos, un pensamiento más presente en los niveles socioeconómicos medios (C2 y C3), mientras que el conflicto entre Rusia y Ucrania cierra el “top 3”, pero se consolida como la razón más presente entre el grupo C1. 

Otro bloque lo integran los temas relacionados con decisiones políticas y económicas internas -como los retiros del 10% desde las AFP, políticas económicas del país los años anteriores o políticas económicas del gobierno actual- junto con posibles efectos de la pandemia, pero estas hipótesis ha ido perdiendo fuerza para la ciudadanía en su explicación del momento inflacionario.

Carolina Cuneo, head of Marketing & Consumer insights en GfK.

Cuneo recuerda que “el consumidor chileno durante muchos años sintió pequeños abusos por parte del mundo empresarial”, y recalca que “esto no es una percepción sino una realidad, por ejemplo las colusiones antes ocurridas”. 

Si bien destaca que “hoy vemos que efectivamente las empresas están intentando hacer negocios de manera más responsable y conectada con las necesidades de las personas”, advierte que “revertir una percepción de desconfianza seguro tomará tiempo y consistencia de buenas prácticas por parte del mundo empresarial”.

La experta advierte, además, que es “preocupante que ante un factor multidimensional como el alza de precios, que sabemos que se debe tanto a factores locales como externos, la responsabilidad se le atribuya a una mala intención por parte del mundo empresarial”.

Pesimismo generalizado

La encuesta también reveló un “pesimismo generalizado” entre los consultados, fuertemente afectado por la percepción de alza de precios en relación al mes anterior. Puntualmente, un 79,6% respondió que en mayo los precios “subieron mucho” frente a abril.

Hacia adelante, el panorama no se ve más optimista, ya que mal pensar en la expectativa de inflación para los próximos doce meses, el grueso tiene la sensación de que los precios seguirán aumentando. El mes pasado, de hecho, un 72,4% apostó a que de acá a un año más los precios “subirán mucho”.

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