Tradicionalmente se dice que durante las crisis o períodos de desaceleración son los sectores más vulnerables de la población los más impactados por la menor actividad y el mayor desempleo. Y a la luz de las cifras, aquello estaría ocurriendo en Chile.
Según un informe de Libertad y Desarrollo (LyD), la tasa de desocupación del 10% más pobre de la población se disparó el año pasado casi cinco puntos en relación a 2013, llegando a 13,96%. Esta cifra más que duplica la tasa de desempleo observada en igual período, que se situó levemente sobre el 6%.
Tomando como base datos de la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos 2014 (NESI), el centro de estudios calculó el nivel de desocupación por cada uno de los quintiles de ingreso, planteando que a medida que se progresa en ingresos el desempleo comienza a reducirse.
"La mayor tasa de desocupación en los hogares de menores recursos, que son quienes más necesitan trabajar, es muy preocupante. Este deterioro se ha materializado hasta ahora en estos hogares y necesita ser monitoreado para que la población en pobreza no aumente", señala la investigadora del programa social de LyD, Paulina Henoch.
La economista plantea que el deterioro en los indicadores laborales de la población más vulnerable es consecuencia, entre otros factores, de la fuerte desaceleración de la actividad. En 2014, la economía creció apenas 1,9%, su menor expansión desde 2009.
Situación más preocupante, advierte el think tank, es el panorama a nivel del segmento femenino, donde el desempleo se disparó más de cinco puntos el año pasado en el primer decil, situándose sobre 17%.
Esta tasa es casi cuatro veces mayor al promedio del género el año pasado: 4,58%.Esta cifra, a su vez, es la más alta en cuatro años.
Desde 2010 a 2013, la desocupación femenina en el segmento más vulnerable se redujo desde casi 18% a 12,23% (ver infografía).
"El menor dinamismo que ha presentado a la economía afecta en mayor medida a los hogares de menores recursos, en especial en las mujeres", sostiene Henoch.
El panorama cambia drásticamente a medida que se avanza en los deciles de ingreso. Por ejemplo, entre el cuarto y el sexto decil (clase media) se evidencian tasas de desocupación para las mujeres en torno al 3%
Para los hombres, por otra parte, la situación es similar: el 10% más pobre vio incrementarse en más de cuatro puntos la tasa de desempleo, superando el 12%.
Menos trabajadores por hogar
El análisis de LyD también pone el foco en que cada vez menos personas están trabajando en los hogares más vulnerables.
En este sentido, advierten un "estancamiento" en el indicador que mide el número de ocupados en relación al tamaño del hogar. Así, dicho indicador se mantuvo en 44,3% el año pasado respecto a 2013, pero se deterioró en el decil de menores ingresos.
En dicho segmento, se ubicó en 25,9%. O sea, de cada cuatro personas que componen un hogar en el 10% más vulnerables, hay tres que no se encuentran trabajando. En el décimo decil (el más rico de la población), la relación es prácticamente inversa.
Para Henoch, hay una serie de políticas públicas que deberían privilegiarse para revertir el deterioro del mercado del trabajo en los sectores vulnerables.
"Hay programas que buscan promover el empleo focalizados en los grupos más vulnerables, como los jóvenes y las mujeres. Destacan ahí el subsidio al empleo joven y el bono al trabajo de la mujer", señala.
La NESI -aplicada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)- forma parte de un módulo complementario a la Nueva Encuesta Nacional de Empleo. Tiene representatividad regional y nacional, se aplica una vez al año en el trimestre octubre-diciembre y levanta datos sobre ingresos laborales de las personas y otras fuentes de ingresos de los hogares.
