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Ernesto Ottone: “Tendrá que haber ajustes del presupuesto y eso hay que decirlo lo antes posible”

Dice que en los dos años que restan, la Presidenta “debe dejar sus reformas lo más sólidas posible y un estado de ánimo distinto” .

Por: Ángela Chávez M. | Publicado: Lunes 22 de febrero de 2016 a las 04:00 hrs.
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Regresando de sus vacaciones y en medio de la redacción de un nuevo libro que se llamará “El segundo piso”, el director de la cátedra Globalización y Democracia de la UDP y nuevo integrante de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile, Ernesto Ottone Fernández, analizó con DF los desafíos que enfrenta el gobierno para los dos años que restan, así como el actual momento que vive la política.

Con una mirada reflexiva, el también columnista y amigo del ex presidente Ricardo Lagos advierte que el país vive una “suerte de estado de ánimo negativo que no se corresponde con la realidad”. Asimismo, dice que el gobierno debe reordenar la agenda, aprobar las reformas planteadas y subir su nivel de apoyo ciudadano.

- Pronto se cumplirán dos años de gobierno, ¿cuál es su balance a la fecha?

- Es un balance compuesto. Hay cosas buenas, como el inicio de reformas que eran necesarias. Hay también errores en la gestión del gobierno, tanto en la puesta en práctica de estas reformas, como en el espíritu con el cual se han hecho. Ello, ha generado un bajo apoyo al gobierno y ha contribuido a un clima que no es el mejor. Hay que considerar algunos problemas traumáticos que han perjudicado la acción del gobierno, ligados a los temas de corrupción, particularmente lo de Caval, que golpeó a la Presidenta. Son todas cosas que hay que superar. Sobre todo es necesario terminar con la confusión entre la exigencia de transparencia y una suerte de histeria, en términos de una desconfianza paralizante.

- ¿A qué se refiere?

- El ejemplo más ridículo es el de las películas en el avión de La Moneda, o que todo Chile haya estado discutiendo -y no le resto importancia al problema- del señor Riquelme, que es un personaje secundario. Hay una suerte de estado de ánimo negativo que no se corresponde a la realidad del país y no digo que la probidad no sea un tema principal. Sin la probidad y sin creer en la democracia no hay nada, hay solo peligros para la convivencia del país. Pero la forma en cómo se está dando este debate en la política y en los medios, es una mezcla de histeria con irrelevancia y se están alejando de los grandes problemas del país.

- ¿Que estemos centrados en ese debate qué le dice sobre la gestión del gobierno, que no ha logrado poner sus propios temas?

- Por supuesto que hay responsabilidad del gobierno, pero también del conjunto del país.

Respecto de los temas importantes, era necesario reformar la educación, era muy necesaria una reforma tributaria, Chile está alcanzando más de US$ 28 mil per cápita y todavía tiene un nivel de desigualdad que no corresponde a este nivel de prosperidad. Era necesario cambiar el sistema político, un debate constitucional; es necesario hacer reformas en lo laboral. Es decir, los enunciados del gobierno son buenos y compartidos. Ahora, la puesta en práctica y la gestión de esos enunciados ha tenido demasiados errores, por ejemplo en el tema de las reformas educativas se empezó por lo que se ha llamado la inclusión, que era el tema del lucro, respondiendo más bien a un estado de ánimo del movimiento estudiantil que a un ordenamiento de cuáles eran los pasos a seguir.

En democracia nada se hace de un día para otro, además los derechos sociales no son gratis, requieren recursos y es necesario contar con ellos,.Por tanto, hubo una promesa temeraria respecto de los niveles de gratuidad que se podía alcanzar y cuando hay una promesa temeraria, hay desilusión después. De todas maneras el hecho que se haya logrado, pese a todo, que entre 110 mil y 160 mil familias tengan gratuidad entre el primero y quinto decil, me parece extraordinario. Ahora es necesario ver los pases siguientes.

- ¿Eso debiera hacer el gobierno a partir de ahora?

- El gobierno debería sacar lecciones de lo sucedido, de lo logrado y los problemas que ha tenido. Algo le debe decir al gobierno que su nivel de apoyo, pese a todo y a estas reformas necesarias, es muy bajo. A mí me parece completamente absurdo ese pensamiento de ‘gastémonos el patrimonio político en las reformas, no importa que terminemos sin apoyo’; eso no existe en democracia.

En democracia se requiere el apoyo de la gente y, por lo tanto, tienes que lograr ese apoyo.

- ¿Por lo mismo, debiera haber algún punto de inflexión?

- Es evidente que es necesario un ordenamiento de la agenda, ya muchas de las reformas están planteadas, lo que se requiere en los dos años que quedan es aprobar lo que está planteado, de la mejor forma posible, con el mayor apoyo posible y hacer una buena gestión, un buen gobierno. Chile requiere de un buen gobierno.

La situación económica no va a mejorar, 2016 será un año duro económicamente y esto sucederá en todo el mundo, la economía mundial está atravesando un período difícil.

- Entonces, será difícil repetir lo sucedido en 2008, que pese a la crisis el gobierno salió bien parado.

- Eso fue una cosa completamente diferente. No hay que hacer esa comparación. América Latina, en ese momento, sufrió los embates de la crisis mundial, pero en sí misma no tuvo una crisis financiera. No tiene nada que ver lo que pasa en la economía mundial hoy con lo de ayer. Aquí, de lo que se trata, es que se tienen que desarrollar las reformas, pero con mucha prudencia y con un control muy fuerte del gasto. Creo que va a tener que haber ajustes del presupuesto público y eso hay que decirlo lo antes posible, porque es mejor dar las malas noticias antes que después, en pleno invierno, con las caras largas. Se puede caminar y mascar chicle, pero no se puede caminar en distintas direcciones y mascar un kilo de chicle.

- ¿Eso significa que habrá que dejar algo en el camino?

- Gobernar también es dejar cosas en el camino. Por eso, cuando se dice realismo sin renuncia, lo que se dice es una bobería, porque si se plantea más realismo es porque se supone que hubo algo de irrealismo. No se trata de traicionar tu promesa, se trata de adecuar tus convicciones a los cambios en las condiciones existentes.

- Entonces, ¿la priorización debiera ser el sello?

- Sí, y anunciar sólo lo que se puede hacer. No inventar nuevas cosas, no empezar ahora con otras grandes reformas, incluso algunas que están en curso van a quedar apenas esbozadas, lo constitucional va a quedar esbozado, lo de la previsión a nivel de estudios. Hay que preocuparse de los temas de fondo, porque hay que resolver otros problemas, por ejemplo en salud y seguridad ciudadana, donde hay retraso. Hay que preocuparse también de otros temas: qué pasa con la energía, con la infraestructura, en qué se está avanzando en puertos, en temas de política vecinal, hay un nuevo cuadro político en la región y cómo se inserta Chile en ese nuevo cuadro.

- ¿Una mejora en la gestión pasa por algún cambio, un golpe de timón de la Presidenta?

- No soy de los que anda pensando en cambios de ministros o de personas, ni golpes de efectos que suelen terminar mal. Cuando se dice que el problema es comunicacional, son pamplinas. El problema no es comunicacional, la prueba es que la gente entendió las ventajas de la medida de la gratuidad, lo captó y mejoró su opinión sobre el tema.

- ¿Pero la Presidenta no debería jugar algún rol más puntual?

- Quedan dos años y ella tiene que gobernar bien, dejar sus reformas lo más sólidas posible y dejar un país en un estado de ánimo distinto; salir con más apoyo de la gente. Diría que sus puntos los marcó. Ahora lo que corresponde es abrochar las cosas y abrocharlas bien, en este momento no están bien abrochadas.

- Una carrera presidencial casi desatada y una baja adhesión ciudadana, no da la sensación de que este gobierno se terminó.

- Por eso digo que es muy importante subir el nivel de apoyo, no es menor y eso no se logra ni con comunicaciones ni con golpes de efecto; eso se logra con buen gobierno. Ese es el desafío.

- Se vienen las municipales que se dice son el preámbulo de la presidencial...

- No creo que la carrera presidencial parta antes de las municipales. Las municipales no van a cambiar mucho el panorama, no creo que vayan a ser un indicador muy determinante.

 

Una coalición reformista

 

- ¿Le ve proyección a la NM, últimamente las discrepancias entre el PC y la DC son más frecuentes?


- Pero han tenido una historia de acuerdos también. Lo único que sé es que va a existir una centro izquierda, no sé quiénes van a estar y quiénes no. Para que exista centro izquierda tiene que estar la Democracia Cristiana, eso es sine qua non. Y no digo que da lo mismo que estén los comunistas, pienso que es una buena cosa para el sistema democrático chileno que los comunistas estén integrados a esta coalición. Ahora, ellos tendrán que convencerse de que esta es una coalición reformista y no está llamada a evolucionar en un sentido revolucionario.


- ¿Cuando dice que tiene que estar la DC, entonces podría salir el PC?


- No veo qué interés pueda tener el PC de salirse de una coalición de centro de izquierda. Para el PC ha sido importante estar en la coalición, desde la perspectiva de lo que siempre fue el PC, que no es una patota. El PC chileno tiene una historia muy antigua de participación en el sistema democrático y de apoyo al gobierno, no son unos advenedizos.


- Se ha dicho que el PC tiene más influencia de la que representan en el Parlamento.


- En Chile los gobiernos al final del día, por su sistema presidencial tan acentuado, dependen del tono que les dé el presidente o la presidenta de la República, cómo hace las cosas el gobierno, cuáles son las batallas que elige, sus objetivos estratégicos, todo ello lo determina al final el Presidente, escuchando a la opinión pública.

 

¿Lagos cercano a los empresarios? "Es un mito urbano"

 

- En medio de esta crisis de confianza se ha dicho que se requiere de liderazgo ya probado, por lo que la figura del ex presidente Ricardo Lagos cobra relevancia.


- Eso parece ser así por lo que uno escucha.


- ¿Pero qué pasó con la generación de recambio?


- Hay recambios más lentos, no hay una explicación muy clara. De pronto surgen líderes muy jóvenes o los países recurren a líderes más experimentados, no hay una verdad única. En Italia, por ejemplo, hubo un primer ministro de mucha edad -Berlusconi-, que era un pinganilla; fue reemplazado por Renzi, que es un hombre muy joven y que ha sido muy responsable. Pero durante todo ese período tan difícil que vivió Italia, la figura más importante fue el presidente de la República, que fue Napolitano, que estaba avanzado en los 80 años, lucidísimo, de ideas frescas y jóvenes.


- ¿Estamos viviendo un momento para liderazgos ya probados?


- Puede ser. Hay que ver cómo se dan las cosas. Como decía Yogi Berra, 'es muy difícil hacer predicciones, sobre todo cuando se trata del futuro', porque la política cambia muy rápidamente. Pero, en este momento, sin duda que hay un espacio para la búsqueda de una visión de país, de estadista.


- ¿Y el ex presidente Lagos reúne esas condiciones?


- Él tiene esos requisitos, pero tal como dijo, pregúntenle el 2017.


- Él parece enfrentar el rechazo de los más jóvenes y de quienes se declaran más de izquierda, que recuerdan al ex mandatario más cerca del empresariado.


- Eso del empresariado es una majadería. Revisando las cifras de su gobierno, su cifra de apoyo más sólida siempre estuvo en los sectores populares. Esto de los empresarios es una especie de mito urbano, seguramente ellos tenían miedo de lo que iba a pasar con Lagos presidente y se dieron cuenta que era un presidente responsable, que le abrió puertas al país, al comercio etc. Esas son cosas que andan diciendo unos desinformados o quienes tienen un poquito de mala fe.


- El ex ministro Insulza hizo una defensa de Longueira...


- Es una opinión personal. José Miguel Insulza tiene sus convicciones. A él le tocó negociar cosas importantes, de Estado, y en ese momento Longueira jugó un papel serio, que no fue partisano. Respeto la opinión de Insulza, y le recomendaría a los políticos que cuidaran la figura de nuestro representante en La Haya, porque las cosas son complejas y si hay alguien que puede jugar un papel positivo para Chile conociendo sus virtudes y habilidades es él. En lo que estoy completamente con José Miguel es en su preocupación por el clima político, algo jacobino, que existe y que no ayuda a la marcha del país.

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