El deal

Michael Liebreich y anuncios en hidrógeno verde: “Los próximos años será la historia de proyectos que no se concretarán"

El especialista en energía y reconocido experto internacional explica por qué -a su juicio- este combustible no será competitivo y adelanta que los proyectos verán un acceso al financiamiento más difícil.

Por: Carolina Lathrop | Publicado: Sábado 3 de agosto de 2024 a las 04:00 hrs.
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Michael Liebreich, fundador de Bloomberg New Energy Finance (NEF) y actual CEO de Liebreich Associates, lanza un provocador mensaje a un país como Chile, que tiene todas las fichas puestas en el desarrollo del hidrógeno verde. Llama a tener una visión realista sobre este combustible, afirmando que no es competitivo. Asimismo anticipa que muchos de los proyectos anunciados no se concretarán.

El experto en energía, y principal fuente de análisis e información de los mercados de energía en el mundo, visitará nuestro país como panelista del foro organizado por la empresa Colbún Voces con Energía este próximo 7 de agosto sobre el futuro de la transición energética.

"La UE dice que tendrá 20 millones de toneladas de hidrógeno a 2030, 10 millones importados de Chile, Namibia, Australia, Arabia Saudita, EEUU, de donde sea, y otras 10 millones producidas en Europa. Tendrán suerte si llegan a 2 millones de toneladas".

- Hace unos cuatro años el hidrógeno verde emergió como una de las alternativas de energía que permitirían llegar a la carbono neutralidad ¿Cuál es su visión al respecto? ¿Chile se convertirá en un exportador del combustible?

- Algunas cosas que estoy seguro: no habrá naves con hidrógeno líquido, porque es mucho más difícil de transportar. Si en alguna parte del plan estaba la exportación de hidrógeno líquido, hay que olvidarlo. Esto no es como el GNL, que es transportable, que es una industria que ha escalado, que es global y muy sustancial.

Lo segundo, es que no habrá una gran industria de hidrógeno. Se pueden hacer unos pocos autos con electrocombustibles para gente muy rica que tiene Ferraris o Porsches, pero la idea de que la persona media pueda pagarlo es ridícula, porque es un combustible que será cinco veces más costoso que el petróleo, incluso en 2050. Es muy caro y difícil de hacer. Lo que sí se puede hacer es amoníaco.

Hay una industria que exporta 20 millones de toneladas al año de amoníaco, que en su mayoría se usa en fertilizantes y que es un mercado global de 200 millones de toneladas. Chile podría ser uno de los productores de fertilizantes verdes de muy bajo costo. Eso es posible. Pero, ¿cuántas toneladas podrían ser? ¿Qué tamaño podría tener? Los países no han hecho la aritmética básica. Hay oportunidades, pero son realmente modestas.

- ¿Cuál es su visión respecto de las estrategias de gobiernos como el chileno de promover hidrógeno verde?

- Hay 56 estrategias de hidrógeno en diferentes países del mundo. Todas basadas en hidrógeno verde barato de US$ 1 por kilo. Pero todos los datos de proyectos que existen muestran que en Europa el costo es de alrededor de seis euros o US$ 7 por kilo, lo que demuestra que es mucho más caro. Todas estas estrategias de hidrógeno, miran el costo de producción, sin considerar que el combustible tiene que ser producido, transportado, guardado, distribuido y usado. Ninguna de estas estrategias tomó en cuenta que cada uno de esos pasos es caro. Necesita estar en US$ 4 o US$ 5 por kilo para ser competitivo.

¿Cómo vas a transportarlo? ¿Vas a hacerlo como amoníaco y luego hacer el hidrógeno de éste? Es una locura económicamente. Ninguna de las personas que escribieron las estrategias de hidrógeno sabían esto. Lo garantizo. Es una aspiración.

- Usted ha dicho que podríamos estar caminando hacia una burbuja respecto del uso del hidrógeno verde ¿por qué?

- Cuando hablo de una burbuja, se refiere a la valoración, donde era fácil atraer y levantar fondos, había dinero disponible, que duró hasta aproximadamente 2021. Ahora es mucho más difícil. Porque, está claro que de todos los proyectos de hidrógeno anunciados, un 1,5% han conseguido financiamiento para ser construidos. La mayoría de ellos nunca serán construidos. La Unión Europea dice que tendrá 20 millones de toneladas de hidrógeno al 2030, 10 millones importados de Chile, Namibia, Australia, Arabia Saudita, Estados Unidos, de donde sea, y otras 10 millones producidas en Europa. Tendrán suerte si llegan a 2 millones toneladas.

- ¿Piensa que estamos en una burbuja?

- No, ya la pasamos. Los próximos años será la historia de proyectos que no se concretarán.

Estamos en las cinco etapas del duelo. Todavía estamos en la angustia y la negociación. No hemos llegado a la aceptación. Las personas, han puesto su emoción en esta solución. Porque era tan emocionante, tan prometedor, y había tanto dinero, tanto lobby, y todo el mundo estaba hablando de él.

- Hace unas semanas el Tribunal de Cuentas Europeo pidió a la Comisión Europea actualizar su estrategia de hidrógeno porque sus objetivos no estaban basados en un análisis robusto.

- Por supuesto que no son robustos. Hasta 2022, Europa podía descarbonizar con renovables, y cuando no hubiera viento ni sol, podía usar gas barato de Rusia. Pero con la invasión a Ucrania ya no tiene energía barata y su solución ha sido el GNL de Estados Unidos, Algeria, Qatar y Noruega. El problema es que es caro y los gastos subieron. Y la teoría en Europa es que el hidrógeno es la solución. El problema es que están reemplazando combustibles baratos por energías más caras, como el hidrógeno. Se necesita una re evaluación y enfrentar la realidad.

- Usted ha dicho que a los políticos les gusta mucho conversar sobre hidrógeno verde. ¿Qué estrategias realistas debieran abordar para fomentar un verdadero cambio?

-Los políticos están bajo mucha presión para llegar a una estrategia de net cero y tener una solución. No pueden esperar. Pero las alternativas son caras.

Una solución real es impulsar la electricidad. Bombas de calor, fomentar el transporte eléctrico y una industria eléctrica. El problema es que se requiere hacer cosas muy disruptivas como por ejemplo cambiar la calefacción de los hogares.

Estamos en el punto en el que los políticos tienen que explicarle a la gente que, si van a alcanzar el imperativo climático, tienen que hacer cosas más difíciles. Pero no quieren hacerlo, así es que hablan de hidrógeno. A ello hay que sumarle el lobby de industrias del petróleo y gas y el desconocimiento sobre el costo real de los proyectos. Por esas razones es mucho más fácil hablar de hidrógeno, ya que el problema desaparece durante 5, 10, 15 años.

- La semana pasada se anunció un proyecto de US$ 11 mil millones de H2 verde para producir amoníaco en Chile, y a fines de año se prevé que se anuncien otros proyectos grandes, ¿no se contradice la realidad chilena con la tesis de ustedes de que los proyectos se están cancelando?

- Podría ser un buen proyecto. Es posible. Pero no para la exportación, sino que para uso doméstico. Si se exporta se debe cubrir el costo del transporte. Una alternativa podría ser enviarlo a Brasil que es un gran importador de fertilizantes. Si van a producir amoníaco es necesario saber cuánto más va a costar, y cuántos subsidios requerirá. Y la cuestión es quién pagará ese subsidio: Chile o quien quiera que vaya a comprar el amoníaco. Estos son los temas de los que se debe hablar.

- ¿Cuándo ve que el H2 verde se convertirá en un combustible de uso más generalizado y con precios competitivos?

- No, no será competitivo. El hidrógeno azul, hecho de gas, siempre será más caro que el gas, y el hidrógeno verde siempre será más caro que la electricidad. Siempre habrá algo más barato.

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