Las claves de la arremetida peruana en la industria del cemento local
La ofensiva de Yura de aumentar su participación en Cementos Bío Bío tiene precedentes en la toma de control de Melón por el grupo Breca hace 15 años y el ingreso de Unacem en 2018. Los analistas ven en este movimiento la necesidad de diversificación ante los márgenes más ajustados en el mercado del vecino país.
Por: María Jesús Doberti | Publicado: Sábado 16 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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A 15 años de la irrupción del Grupo Breca con la toma de control de Melón –el mayor productor del rubro local en ese entonces-, ahora otro actor relevante de la industria cementera peruana sube su apuesta por el mercado chileno. Esta semana, Yura –que forma parte del Grupo Gloria, ligado a la familia Rodríguez- informó su decisión de elevar su participación en Cementos Bío Bío (CBB) desde el actual 19% a un 40%, para lo cual lanzó una OPA hostil.
De concretarse esa operación, dos de los tres grandes actores de este rubro clave para la construcción chilena tendrán control o presencia relevante de empresas de Perú, a lo cual se suma el ingreso de la firma de ese país Unacem en 2018 con la compra de una filial de Polpaico.
¿Qué explica esta arremetida?
Una de las causas está en la creciente presión de márgenes que enfrenta el mercado del cemento peruano. Durante el último año, esa industria se ha visto afectada significativamente por la reducción de la inversión privada en construcción, a pesar del crecimiento en la obra pública. Según la Asociación de Productores de Cemento (Asocem) del vecino país, el despacho acumulado a 12 meses a septiembre pasado es 2% inferior respecto al mismo lapso de 2023. No obstante, el gremio indica que la actividad muestra una leve tendencia a la estabilización entre 900 mil y un millón de toneladas, aunque todavía por debajo de los niveles de 2021 y 2022.
La industria peruana está regionalizada, con productores dominantes en cada zona que tienen en común su vínculo con grandes grupos empresariales. En el norte del país manda Pacasmayo -en manos de la familia Hochschild- que cuenta con una participación de mercado en torno al 24%, mientras que en el sur está Cementos Yura, con un 21% de la torta. Por su parte, Unacem –ligada a la familia Rizo Patrón- está concentrada en el centro (abarcando la ciudad de Lima) y ostenta un 45%.
Ahora un nuevo actor entró a ese mercado: el gigante suizo Holcim, que podría presionar aún más los márgenes de la industria.
Este panorama competitivo ha llevado a las empresas peruanas a explorar oportunidades en Chile, en la línea de diversificar su presencia regional y mantener su competitividad.
¿Por qué Chile?
Al dar a conocer su OPA para llegar al 40% de Cementos Bío Bío (CBB), Yura explicó que esta acción es “parte del objetivo de consolidar las operaciones de Grupo Gloria en los países en que está presente”. Cabe señalar que el área de alimentos de ese conglomerado adquirió la productora de lácteos Soprole en abril del año pasado.
Sobre los objetivos de Yura en CBB –para lo cual ofreció un premio de 58,6% sobre el valor de mercado- el asociado de Credicorp, Gabriel Felipe Pérez, señaló que “estos movimientos dan a entender que están apostando a la diversificación geográfica, y con su previa participación accionaria parece que ven oportunidades interesantes en el mercado chileno”.
En efecto, el interés peruano por el mercado chileno ha sido una constante. Hace seis años, Unacem compró la firma Hormigones Independencia a Polpaico, momento desde el cual se ha expandido en el país adquiriendo dos plantas de cemento y diez de hormigón.
Antes, en 2009 se produjo la primera irrupción inversora desde el vecino país con la Cementos Melón a la francesa Lafarge por el Grupo Breca, uno de los mayores imperios empresariales de Perú que con más de 70 empresas repartidas en siete países en el negocio inmobiliario, de minería, salud, pesquería, banca y seguros, entre otros. En Chile, también es dueña de la empresa de pinturas Tricolor.
Para el ejecutivo de Credicorp, uno de los indicadores más importante al analizar la demanda por cemento a largo plazo en un país es el consumo per cápita. En el caso peruano, ese indicador se encuentra por encima del promedio de América Latina, “lo que podría ser un riesgo para la demanda por cemento en Perú a largo plazo”, dijo el experto. Por otro lado, “en Chile observamos que el consumo promedio per cápita se encuentra en niveles inferiores al del promedio de la región, y bastante inferiores al consumo per cápita de cemento para Perú”. A su juicio, está dinámica en ambos mercados y la cercanía hace que Chile sea atractivo para jugadores peruanos que buscan diversificación geográfica.
La competencia que viene
Cementos Bío Bío y Yura son viejos conocidos y competidores en el mercados del norte de Chile y sur de Perú, a los cuales abastecen desde sus plantas ubicadas el norte en Antofagasta, Arica y en Matarani -puerto ubicado al sur de Perú- en el caso de la compañía chilena, y desde su polo fabril en Arequipa en el caso de la segunda empresa.
La rivalidad se funda en la estructura general de la industria cementera, cuya estructura de precios es altamente sensible a los costos del transporte. Es así que Cementos Bío Bío se ha ubicado históricamente en las zonas norte y el sur de Chile (con plantas en Teno y Talcahuano) mientras sus competidores locales Polpaico –controlado por la familia Hurtado Vicuña– y Melón, están principalmente en la zona central, desde donde han incursionado paulatinamente en otros territorios.
“El fenómeno de la distribución geográfica es resultado de los altos costos de transporte del cemento, por lo que las compañías no pueden competir en precio cuando las plantas están muy alejadas de ciertas regiones”, explicó Pérez.
“En Chile, este sector está altamente concentrado”, señaló el analista de riesgo de Humphreys, Patricio del Basto. Esto considerando "la alta participación de mercado, la interdependencia entre los competidores y las barreras de entrada por los costos de inversión en plantas y la tecnología para producir cemento a gran escala, que compite principalmente vía precio dado que el cemento es un producto que tiene acotados grados de diferenciación”, acotó.
El analista indica que la producción nacional de 5,2 millones de toneladas -que supone una contracción de 11,3% respecto al año anterior- se reparte así entre los tres principales actores: Polpaico con 1,6 millón de toneladas, Melón 1,1 millón de toneladas y Cementos Bío Bío con 1 millón de toneladas.
En este escenario, Patricio del Basto considera que la intención de Grupo Gloria de aumentar su participación en CBB “podría repercutir en una mayor competencia en el mercado local, dado que su extensa experiencia en el mercado peruano en el sector cementero podría significar mayores optimizaciones en los procesos, generando eficiencias en su estructura de costos repercutiendo en precios más competitivos en el sector”. Sin embargo, postuló que avanzar en esta línea “depende de la gestión y estrategia que siga la compañía”.