Stanford y tres ex empleados se declaran inocentes por estafa en EE.UU.
El millonario deberá permanecer en prisión, como medida de evitar una posible huída, según dictaminó la Fiscalía.
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El multimillonario estadounidense
Allen Stanford y tres de sus ex empleados se declararon hoy no
culpables ante un tribunal que los juzgará por varios cargos en
estafas que suman unos US$7.000 millones.
Se espera que los abogados de Stanford pidan a la magistrada
federal en Houston (Texas), Frances Stacy, la libertad bajo fianza
del sospechoso, de 59 años de edad.
La Fiscalía ya pidió que Stanford se mantenga detenido porque,
teniendo en cuenta sus recursos económicos y sus vínculos
internacionales, podría huir.
El abogado Dick DeGuerin, que representa a Stanford, dijo al
diario The Houston Chronicle que tomará aproximadamente un año la
preparación del caso y que el juicio podría llevar otros seis meses.
Los otros tres acusados, que están libres bajo fianza, son Laura
Pendergest Holt, ex jefa de inversiones del Grupo Stanford; Gilberto
López, ex jefe contable de la empresa; y Mark Kuhrt, un ex contralor
o interventor, que trabajaba en la oficina de Houston.
El Gobierno estadounidense acusó al grupo por diferentes cargos,
en un fraude que involucró a un banco de Stanford en Antigua y
Barbuda, donde el multimillonario, según la Fiscalía, sobornó a un
funcionario de regulación bancaria para que permitiera la
continuación de la estafa.
Stanford llegó esposado esta mañana al edificio de tribunales,
con grilletes en los tobillos y portando el uniforme anaranjado de
prisión.
La semana pasada un jurado investigador presentó formalmente los
cargos contra Stanford, quien se entregó a la Oficina Federal de
Investigaciones en Virginia y compareció ante la magistrada Hannah
Lauck.
La magistrada estuvo de acuerdo en que existía el riesgo de que
el ex presidente de Stanford Financial Group se fugara del país, y
ordenó que quedara detenido.
Por su parte, un jurado investigador del Distrito Sur de Texas
hizo pública una acusación con 21 cargos contra Stanford y otras
cuatro personas, supuestamente involucradas en la estafa encabezada
por el multimillonario durante más de una década.