Los inversionistas han recibido hoy con
preocupación y desencanto el aumento de la participación del Estado
británico en Lloyds Banking Group, después de que el Tesoro anunciara este fin de semana que aumentaría su participación hasta 65%.
Así, las acciones de Lloyds Banking Group -la entidad surgida
tras la adquisición del Halifax Bank of Scotland (HBOS) por parte de
Lloyds TSB- llegaron a caer más de 11% en los primeros
minutos de negociación en la Bolsa de Valores de Londres.
Sin embargo, a lo largo de la mañana el castigo ha dio moderando
hasta anotar un retroceso de 8,10%, con lo que los
títulos del banco cotizaban a 38,60 peniques a media sesión.
Con el índice principal FTSE-100 cayendo un 1,42%,
hasta 3.480,68 puntos, el resto de entidades también cotizaban a la
baja: Barclays perdía 12,04%; el HSBC un 8,18%, y Royal Bank of Scotland (RBS) un 7,58%.
Todas las miradas estaban puestas en las acciones de Lloyds, que
sorprendió a los analistas al incorporar al Programa de Protección
de Activos del Gobierno 260.000 millones de libras (US$ 366.161 millones) en activos tóxicos, una cifra mayor de lo esperado.
El banco, considerado como una de las entidades británicas más
"conservadoras" con sus finanzas, sorprendió a los inversionistas al
solicitar la ayuda del Estado para hacer frente a tal cantidad de
activos "dudosos", procedentes en un 83% de la cartera
crediticia del HBOS.
Del total de activos tóxicos asegurados, 216.000 millones de
libras (US$ 298.879 millones) proceden del HBOS, mientras que el Lloyds aporta 44.000
millones de libras (US$ 60.882 millones).
Esa disparidad de cifras refuerza la opinión de algunos analistas
de que la operación de rescate en la que el Lloyds TSB adquirió a su
mayor rival podría ser, a la larga, un "desastre" para el grupo.
En una fusión que apoyó el propio Gobierno de Gordon Brown,
Lloyds desembolsó 12.200 millones de libras (US$ 16.881 millones) para evitar el colapso del HBOS, alianza que el Ejecutivo
calificó de "necesaria" para el "interés nacional" y para "evitar el
colapso del sistema financiero".
Sin embargo, ahora es esta adquisición la que ha obligado al
banco a recurrir al Estado para limitar las posibles pérdidas
derivadas de su cartera de activos tóxicos.
El pasado viernes, el mercado celebraba, en cambio, lo que
consideraba como un "inminente" acuerdo entre Lloyds y el Tesoro, en
tanto en cuanto reforzaría la estabilidad financiera de la entidad.
Sin embargo, parece que los inversionistas no han aprobado la "letra
pequeña" del acuerdo, es decir, el precio que la entidad tendrá que
pagar al Estado por esa estabilidad.
Y es que el Tesoro se ha hecho con el control del banco, al
conseguir un 65% de los derechos de voto, un porcentaje
que podría, incluso, aumentar hasta el 77% si convierte
las acciones de clase "b" -sin derecho a voto- en acciones
ordinarias de clase "a", que sí tienen derechos de voto asociados.
Ahora, las miradas están puestas en el futuro del presidente de
Lloyds, Victor Blank, y en su presidente ejecutivo, Eric Daniels, que
habían mostrado su oposición a que el Estado controlara más del 50% de la entidad.
Por el momento, Lloyds ha dado su apoyo a la continuidad de los
dos ejecutivos, que iniciarán una ronda de reuniones con el resto de
accionistas significativos del banco para explicar los pormenores
del acuerdo.
Además de Lloyds, ya se ha adherido al Programa de Protección de
Activos el RBS, que ha puesto bajo protección oficial activos
tóxicos por 325.000 millones de libras (US$ 449.702 millones) y que está participado por el Estado en un 70%.
Los expertos esperan que, esta misma semana, sea Barclays quien
anuncie su propio acuerdo con el Tesoro.