Entre los peligros de deflación a corto plazo y los de
inflación a largo plazo, el ex presidente de la Fed, Alan Greenspan, no tiene dudas sobre cuál es
la mayor amenaza para la recuperación.
Pero el economista va incluso más allá, y advierte en un
artículo en 'Financial Times' que el riesgo inflacionista estará latente la
próxima década por la avalancha de deuda y de déficit.
Greenspan atribuye el despertar bursátil de los últimos
meses al "sorprendente giro en el escenario económico". Este resurgir
en el valor bursátil, añade, ha contribuido a sustentar de paso la emisión de
deuda corporativa, con un descenso en los costes de financiación.
Una de las consecuencias más tranquilizadoras para los
mercados con este nuevo escenario es que que los mercados han diluido "los
temores de insolvencia de la banca".
Ante esta mejora, el ex presidente de la Reserva Federal se
pregunta si realmente estamos ante el "inicio de una prolongada
recuperación económica". Como apuntó ya tiempo atrás, insiste en que, en
su opinión, "la crisis terminará cuando los precios de la vivienda en
Estados Unidos se estabilicen".
A modo de previsión, apunta en este sentido que "los
precios podrían empezar a estabilizarse en próximos meses, aunque bien podrían
mantenerse a la baja hasta 2010". Para consolidar esta recuperación,
Greenspan vuelve a apuntar a la necesidad de que los bancos estadounidenses
refuercen su capital.
A medio y largo plazo, la salida de la crisis cuenta como
principal amenaza con los riesgos inflacionistas. El ex presidente de la Fed apunta que los análisis
estadísticos sugieren que el problema de la inflación emergerá hacia 2012, o
incluso antes.
Las tensiones inflacionistas seguirán presentes mucho más
allá de 2012, "durante la próxima década", advierte en su artículo en
Financial Times, y esta amenaza perdurará tanto por al "avalancha de deuda
pública" emitida por los gobiernos como por los elevados déficits que
seguirán aflorando a raíz de la crisis.