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Por qué Mendoza está considerando independizarse de Argentina

El descontento con la dirección del gobierno ha llevado a algunos empresarios de la región vitivinícola a plantear la idea de una secesión.

Por: Benedict Mander, Financial Times | Publicado: Jueves 23 de julio de 2020 a las 08:00 hrs.
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Foto: Bloomberg
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La próspera provincia argentina de Mendoza, conocida por sus aterciopelados vinos Malbec y por sus gloriosos paisajes montañosos, durante mucho tiempo se ha considerado diferente al resto de un volátil país que ha estado en declive económico durante décadas.

Ahora que Argentina está en incumplimiento de su deuda internacional por novena vez, y al borde del colapso económico, muchos en Mendoza -la única de las 24 provincias del país que continuó pagando sus deudas durante la crisis financiera de 2001- se está preguntando si no le iría mejor si se separara del país.

El descontento con la dirección del gobierno peronista se intensificó después de que Buenos Aires bloqueó el mes pasado el proyecto de US$ 1.200 millones de la represa Portezuelo del Viento, considerado por los medios locales como el "proyecto de desarrollo del siglo". La medida -tomada en una de las pocas provincias de Argentina gobernada por la oposición- llevó a algunos empresarios y miembros de los medios a plantear la posibilidad de un "MendoExit".

"Es obvio que bloquear el proyecto de la represa es una maniobra política destinada a domar al gobierno provincial", indicó Alfredo Cornejo, el gobernador de Mendoza hasta el año pasado y quien ahora lidera el partido Unión Cívica Radical (UCR) de Argentina, el cual históricamente ha sido el principal rival del partido peronista, o Partido Justicialista (PJ).

Cornejo, quien ha expresado que alberga ambiciones presidenciales, ha dicho a los medios locales que Mendoza podría prosperar como una nación independiente. Argumentó que la decisión de la represa era parte de un plan del gobierno para aprovecharse de la crisis del coronavirus. La pandemia ha diezmado los presupuestos de provincias prósperas como Mendoza -la cual, a diferencia de las regiones más pobres, ha recibido poco apoyo del gobierno para combatir la enfermedad- dejándolas menos capaces de enfrentársele a Buenos Aires.

"Ahora todas las provincias dependen de la ayuda del gobierno nacional para que se les pueda mantener bajo sumisión permanente", señaló Cornejo.

Más en común con Chile

La infelicidad con el gobierno central entre los mendocinos, de quienes a menudo se dice que tienen más en común con sus vecinos en Chile que con sus gobernantes supremos en Buenos Aires, es profunda.

Enrique Vaquié, el ministro de Economía y Energía de Mendoza, dijo que el gobierno se había "enredado" con cuatro décadas de resentimiento. El frustrado intento de construir la represa- con el dinero que el Estado le ha estado debiendo a la provincia por más de 15 años- fue "la gota que derramó el vaso". No veo la probabilidad de que haya un MendoExit en este momento, pero hay mucha ira. Si el gobierno nacional continúa oprimiéndonos, eso empeorará, y no estoy seguro de cómo terminará todo esto".

No todos los mendocinos están a favor de la secesión, la cual está prohibida por la Constitución del país. Pero una reciente encuesta realizada por la consultora Reale Dallatolle en nombre del empresario español José Manuel Ortega Fournier, quien estableció una importante bodega vinícola en Mendoza, mostró que el 35% de los encuestados estaría feliz si la provincia abandonara Argentina.

Los partidarios de la secesión argumentan que la economía de la cuarta provincia más grande de Argentina, la cual tiene una población de casi 2 millones de habitantes, es lo suficientemente sólida como para mantenerse por su cuenta.

Mendoza consistentemente ha tenido un presupuesto balanceado y, si se libera del "riesgo argentino", pagaría menos intereses sobre su deuda. La provincia es autosuficiente en materia de energía, incluyendo hidroelectricidad, petróleo y gas; tiene un sector tecnológico y una industria vinícola florecientes; es un foco de actividad turística ya que se encuentra al pie de los Andes, los cuales son, en sí, ricos en minerales; y está estratégicamente ubicada en una encrucijada entre los océanos Atlántico y Pacífico.

"Existe un argumento en el sector productivo de Argentina de que Mendoza da más de lo que recibe", señaló Cornejo, quien argumentó que, si bien es probable que el MendoExit no sea viable actualmente, la amenaza podría utilizarse para presionar a Buenos Aires con el fin de que reestructure el sistema fiscal y de que permita que las provincias recauden los impuestos ellas mismas, algo que los políticos regionales han buscado lograr durante mucho tiempo.

Pero Anabel Fernández Sagasti -una senadora izquierdista de Mendoza que ha apoyado públicamente el proyecto Portezuelo del Viento y que recientemente lideró un fallido intento del gobierno de expropiar a Vicentin, el grupo agroindustrial en bancarrota y el mayor exportador de granos del país- rechazó la idea del MendoExit.

"Éste no es momento para propuestas absurdas", dijo ella. "Más bien debemos enfocarnos en cuestiones que sean completamente viables. Éste es un momento excepcional durante el que numerosos mendocinos están angustiados porque hemos pasado muchos días aislados y las personas no saben si mantendrán sus empleos".

Intervención central

La intervención del gobierno en Vicentin y en Portezuelo del Viento representa una preocupante señal para los inversionistas extranjeros, han advertido analistas.

"Existe una tremenda ambigüedad acerca de la dirección económica de Argentina", comentó Benjamin Gedan, quien dirige el proyecto de Argentina en el Centro Wilson en Washington, DC.
Según Gedan, la comunidad internacional estaba buscando pistas en cuanto al estilo de liderazgo de la nueva administración después de que Alberto Fernández se convirtió en presidente en las elecciones del año pasado debido a los temores de que Cristina Fernández, la poderosa vicepresidenta y tempestuosa populista que dirigió al país entre 2007 y 2015, pudiera desempeñar un enorme papel.

El potencial de que la dirección económica del gobierno fomente el sentimiento separatista se está sumando a la preocupación. "Frustrar un importante proyecto de infraestructura y buscar una pelea con una de las provincias más competitivas de Argentina no es una política diseñada para apaciguar los ánimos", indicó Gedan. "Tal vez sea ingenuo pensar que las consideraciones partidarias estarían subordinadas al interés económico nacional".

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