Guerra comercial: nueva ronda de aranceles pone en jaque a los consumidores de EEUU
Se teme que las acciones impacten directamente el bolsillo de los estadounidenses, a medida en que se retrasa la posibilidad de un acuerdo entre las potencias que ponga fin a la disputa.
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Tras más de un año de aranceles cruzados entre las dos principales economías del mundo, una nueva ronda de gravámenes entró en vigor el domingo elevando las tensiones comerciales y poniendo en la línea de fuego a los consumidores estadounidenses.
A pesar de que el presidente Donald Trump se ha mostrado determinado a conseguir un acuerdo comercial con su par chino Xi Jinping, las conversaciones entre ambas delegaciones no han dado fruto.
La escalada de la disputa derivó en la implementación, desde Washington, de impuestos de 15% sobre más de US$ 112 mil millones en bienes chinos importados que hasta ahora no habían sido penalizados.
En la lista oficial están los “productos finales”, que incluyen alimentos como ketchup, frutas, legumbres, leche, quesos y helados. También se ven afectados artículos deportivos, calzado, ropa y productos tecnológicos como parlantes inteligentes.
En represalia, China comenzó a gravar con entre 5% y 10% a algunos bienes estadounidenses por US$ 75 mil millones e incluyó un 5% al petróleo crudo, siendo la primera vez que ataca este producto desde que comenzó el intercambio arancelario.
Se teme que las acciones -que hasta ahora exime a productos chinos típicos de las compras de Navidad, como los computadores y teléfonos móviles- impacten directo en el bolsillo de los consumidores estadounidenses, que representan el 75% del Producto Interno Bruto del país.
Golpe a los consumidores
Hasta ahora, los aranceles impuestos por la Casa Blanca han elevado los costos para las empresas con cadenas de suministros que se extienden a través del Pacífico y los importadores han tenido dificultades para pasar sus costos a los consumidores.
Pero la nueva ronda de aranceles apunta directamente a los hogares y su efecto se vería en unos meses más, según Chad Bown, investigador para el Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington.
“Tardará un poco de tiempo para que la ropa y los zapatos más caros que ahora se están descargando en los puertos lleguen a las tiendas y a los almacenes de los minoristas en línea”, dijo el experto a Financial Times.
Aunque las cifras de gasto del consumidor han mostrado un crecimiento continuo, un sondeo de la Universidad de Michigan publicada el viernes mostró que la confianza del consumidor en agosto sufrió la caída más fuerte desde diciembre de 2012.
Uno de cada tres encuestados mencionó a los aranceles como motivo de preocupación. “Los datos indican que el desgaste de la confianza de los consumidores debido a las prácticas arancelarias se ha consolidado”, apuntó Richard Curtin, el economista que dirige la encuesta bimensual.
Así las cosas, la incertidumbre sobre una finalización de este conflicto se ha instalado de lleno en las empresas que planean sus inversiones y ahora también en el estado de ánimo de los consumidores estadounidenses.
Funcionarios de ambos gobiernos siguen luchando para acordar el calendario de una reunión planeada para este mes, con el fin de destrabar la guerra comercial.
Según fuentes cercanas a las conversaciones, los negociadores no han llegado a un acuerdo sobre los términos básicos de compromiso, ambos marcados por una gran desconfianza.
Industrias de China dan signos de resiliencia a pesar de disputa arancelaria
La economía de China mostró señales de resiliencia que podrían ayudar a contrarrestar los efectos de la intensificación de la guerra comercial con EEUU. La actividad en el sector manufacturero repuntó a un máximo de cinco meses en agosto, como reflejo de las medidas de estímulo que ha impulsado el Ejecutivo para hacer frente al impacto de los aranceles impuestos por Washington.
Según los datos publicados ayer, el PMI manufacturero de Caixin China subió a 50,4 puntos durante el mes, en comparación con los 49,9 de julio. Es la lectura más alta desde marzo, así como la primera vez en tres meses que queda por encima de la marca 50 puntos que separa la expansión y la contracción.
Los analistas han tomado el dato como positivo, pero muchos esperan que el gobierno se vea obligado a intensificar la flexibilización monetaria para permitir que fluya más crédito en la economía a favor de las empresas.