Cuantificando las evasivas de las empresas en conference calls
Investigadores midieron las preguntas no respondidas y notaron cambios en momentos de más competencia o antes de una recaudación de capital.
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La tensión entre la información que es necesario entregar al mercado, a inversionistas y al público en general y aquella que una empresa necesita proteger es ampliamente conocida. Las compañías en todo el mundo deben decidir qué contar y qué no, y un error de cálculo puede traer consecuencias graves.
Frente a ello, investigadores de varias universidades desarrollaron una metodología para determinar cuántas “no-respuestas” (o evasivas) entregan las firmas durante las conference calls con analistas de mercado. A través de análisis lingüístico, determinaron que, en promedio, las empresas deciden no responder a 11% de las preguntas, una tasa que es estable en el tiempo y similar en varias industrias.
“Estábamos interesados en determinar las circunstancias en que la administración fingía responder la pregunta, pero en realidad entregaba una ‘no-respuesta’”, explica a DF el profesor de contabilidad y gobiernos corporativos Ian Gow, de la Universidad de Melbourne, uno de los autores del estudio.
“Investigaciones recientes se han enfocado en los reportes anuales, pero las conference calls hoy son un contexto más inmediato e informativo”, sentencia.
El algoritmo
En la investigación también participaron los profesores David Larcker, de la Escuela de Negocios de Stanford, y Anastasia Zakolyukina, de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago.
Los académicos analizaron una muestra al azar de preguntas y respuestas en conference calls de una amplia variedad de industrias, excluyendo a las financieras y de servicios básicos a las que no consideraron apropiado aplicar las pruebas. A ellas aplicaron un algoritmo que, de acuerdo con experimentos previos, identificaba correctamente casi 79% de las “no-respuestas” y clasificaba correctamente las respuestas en más de 89% de los casos.
“Una cosa que notamos es que las compañías muchas veces no evadían la pregunta, sino que explícitamente declinaban responderla”, explica Gow. Para el académico, el hecho de que las evasivas sean estables en el tiempo y no varíen mucho entre industrisas tiene una explicación. “Los analistas usualmente pueden hacer apenas dos o tres preguntas en una llamada y no quieren desperdiciarlas con algo que no se responda. Puede que se ajusten a la industria, empresa o período en el que están”, explica.
Otro de los hallazgos del estudio es que las empresas están menos dispuestas a entregar información -es decir, entregan más evasivas- cuando la competencia es más intensa. En contraparte, están más dispuestas a responder antes de una recaudación de capital.
“Las preocupaciones sobre la competencia hace que las firmas tengan menas voluntad de entregar información”, señala el académico.
Por qué el secreto
En Chile, el profesor Gonzalo Adriasola, de Unegocios de la Universidad de Chile señala que las firmas “siempre han estado dispuestas a entregar información que a ellas les interesa. A la hora de anticipar estrategias, números o inversiones, en general son más herméticas (…) El secretismo tiene que ver con la posibilidad de hacer algo primero y mantener en reserva los siguientes pasos”.
El académico, quien ha participado en el diseño de planes de comunicación localmente, agrega que en el país “la realidad es aún más precaria, porque aquí los medios son más acotados. Todo se mapea: una entrevista con el gerente, un lanzamiento, etc. Todo se crea desde el interés de la empresa”.
Pero Gow defiende que la investigación se enfocó “en las causas de las decisiones de la administración, no en las consecuencias (...) Lo que nuestros hallazgos sugieren es que los administradores entienden que informar a los mercados puede ser beneficio para recaudar dinero, pero hay un doble filo: los competidores pueden usar esa información de manera que dañe a la empresa”.