La Comisión Europea (CE) advirtió hoy de
que la economía de la zona euro está comenzando a sentir los efectos
negativos de la crisis financiera, de la desaceleración en Estados
Unidos y del alza de los precios de las materias primas.
El informe trimestral sobre la eurozona presentado por el
Ejecutivo comunitario destaca la "degradación" del clima económico,
una situación que -a su juicio- la eurozona "resiste" gracias, sobre
todo, al importante crecimiento de los mercados emergentes.
Para el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia,
la economía europea "continúa enfrentándose a dificultades
considerables, principalmente a la incertidumbre sobre la duración y
el coste final de la crisis financiera, al debilitamiento de la
economía americana y al aumento de los precios de las materias
primas".
"A pesar de sus sólidos fundamentos económicos, la zona euro
comienza a verse afectada", señaló Almunia en un comunicado.
El informe de la CE confirma, teniendo en cuenta los últimos
datos disponibles, la rebaja de la previsión de crecimiento
vaticinada el pasado mes de febrero.
Entonces, Bruselas recortó en cuatro décimas la previsión para
2008 tanto en la eurozona, cuyo PIB aumentará el 1,8 por ciento,
como en la UE, donde el avance será del 2 por ciento.
La desaceleración de la economía de los países del euro se debe
principalmente al debilitamiento del consumo privado derivado de las
subidas de los precios, señala el informe de la Comisión.
En febrero, la inflación interanual en la eurozona alcanzó el 3,3
por ciento, la tasa más elevada desde que comenzó a elaborarse el
Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), en 1997.
La energía y los productos de alimentación son los factores que
están empujando los precios al alza, según la CE, que ha analizado
en su informe las distintas reacciones de las economías de los
Estados miembros ante el encarecimiento de estos productos.
Para la Comisión, las crecientes diferencias en las tasas de
inflación de los Estados miembros se derivan fundamentalmente del
distinto peso de la energía y los alimentos en la cesta de la compra
de cada país.
Mientras, la apreciación del euro en los últimos meses ha tenido
un efecto moderador de la inflación, pero éste varía en función del
modelo comercial de cada país.
En términos generales, la CE considera difícil evaluar hasta qué
punto las turbulencias financieras han afectado a la economía real
en la eurozona, golpeada simultáneamente por otras situaciones como
el encarecimiento de las materias primas y el debilitamiento del
comercio mundial.
En cualquier caso, reconoce que la actividad en la zona euro se
ha moderado.
Sin embargo, considera "esperanzador" el avance sostenido de las
inversiones y destaca que la zona euro seguirá beneficiándose del
fuerte crecimiento en los mercados emergentes, que puede compensar
la desaceleración en Estados Unidos.
Además, Bruselas destaca la solidez de la economía europea, en
especial de su mercado laboral, y confía en que los efectos
negativos de la inflación en el consumo se reduzcan progresivamente.
El estudio de la Comisión presta también atención a las tasas de
inflación y de crecimiento relativamente estables registradas en la
zona euro y en la mayoría de países industrializados durante las
últimas dos o tres décadas, y concluye que este fenómeno responde
sobre todo a la mejora de las políticas monetarias.
El Ejecutivo comunitario destaca además que las recientes
reformas de los mercados laborales en Europa estén surtiendo efecto,
con un aumento en la tasa de ocupación y más capacidad para
responder a las crisis cíclicas, pero considera que puede ser
necesario adoptar medidas adicionales.