El primer ministro del Reino Unido, Gordon
Brown, defendió hoy su famosa frase de "empleos británicos para
trabajadores británicos", que dio pie a una serie de huelgas en una
refinería que contrata mano de obra extranjera.
En la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara
de los Comunes, Brown no quiso disculparse por el uso de la frase
después de que el líder de la oposición, el conservador David
Cameron, le acusara de consentir el proteccionismo.
En una acalorada sesión parlamentaria, Cameron afirmó que la
frase resultó ser un "gran error", en una clara referencia a las
huelgas secundadas por los empleados de la refinería de Lindsey, en
North Lincolnshire, en el norte de Inglaterra.
Pero Brown, entre los gritos de los diputados de la oposición,
dijo: "¿Puede alguien decir aquí que no quiere que los trabajadores
británicos obtengan empleos en nuestro país?"
Los choques verbales entre Brown y Cameron comenzaron después de
que ambos líderes manifestasen la necesidad de evitar medidas
proteccionistas durante la actual recesión económica.
"Todo el mundo puede escucharle a Usted decir que es importante
evitar el proteccionismo, ¿No es Usted culpable de incentivar el
sentimiento proteccionista?", le preguntó Cameron a Brown.
El jefe del Gobierno pidió a los empleados de Lindsey que acepten
la propuesta de un acuerdo para poner fin a las huelgas.
Los empleados de esa refinería de Lindsey han rechazado el plan,
que consiste, según la BBC, en ofrecer sesenta de los 200 empleos
que serán creados a trabajadores británicos.
Las huelgas, que se han extendido a otras refinerías del país,
estallaron la semana pasada después de que Total anunciase que IREM
se adjudicaba el contrato para construir una nueva unidad de
procesado en esa refinería de North Lincolnshire.
IREM decidió para ello utilizar a su propia fuerza laboral,
formada principalmente por trabajadores italianos y portugueses.
Los trabajadores británicos en Lindsey, según la BBC, consideran
que es muy baja la oferta de 60 puestos para británicos de los 200
en disputa en virtud del contrato con IREM, por lo que continuarán
las negociaciones para poner fin a estas huelgas no oficiales.
El ministro británico de Empresa, Peter Mandelson, ha señalado
que Total no ha violado ninguna legislación británica y ha
puntualizado que es necesario concentrarse, "no en la política de la
xenofobia", sino en afrontar la recesión económica.