Pese a que el mercado laboral chileno y regional han mostrado signos de recuperación luego del impacto de la pandemia de Covid-19, todavía quedan desafíos pendientes. Así lo transmitió ayer la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través de una conferencia de prensa donde dieron a conocer los resultados del Informe de Panorama Laboral 2024 de América Latina y el Caribe.
“Después de cinco años de la pandemia, América Latina ha logrado una relativa estabilidad. Se encuentra en un momento decisivo para consolidar su recuperación y promover la creación de más y mejores empleos”, dijo la directora regional de la OIT, Ana Virginia Moreira.
Sobre esto, ejemplificó que si bien la tasa de ocupación de la región aumentó en 0,5 punto en 2024, ubicándose en 58,9%, el indicador se mantiene por debajo de los niveles de hace 10 años. Por ende, “estamos casi en el mismo punto que hace una década”, afirmó.
En términos de la calidad del empleo, si bien la vocera explicó que la informalidad disminuyó en la región y que los salarios reales también mostraron avances, enfatizó en que se trató de mejoras leves e insuficientes para cerrar las brechas históricas en cuanto a trabajo decente en la región.
Brechas de género
El informe indicó que las brechas laborales de género continúan siendo una preocupación central. De hecho, en 2024 la tasa de participación femenina se mantuvo en 52,1% y la masculina en 74,3%.
“Las disparidades de género en el empleo siguen siendo un obstáculo fundamental para alcanzar una verdadera igualdad laboral en la región”, expuso Gerson Martínez, especialista regional en economía laboral de la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, y autor principal del reporte.
Al hacer zoom en las diferencias salariales, el análisis arrojó que, en promedio, para América Latina, los sueldos de las mujeres son un 19,8% más bajos que el de sus pares varones.
Una diferencia que también se constata en los salarios por hora, en los que existe una brecha de 17,3% en favor de ellos.
El informe, además, hizo énfasis en la informalidad laboral. En ese sentido, indicó que la tasa de informalidad laboral en la región se situó en un 47,6% a mediados de 2024, lo cual reflejó una mejora con respecto a 2023 (48%).
Sobre esto, desde la OIT plantearon que esto representa un reto para la calidad del empleo y la inclusión social, ya que implica que casi la mitad de las y los trabajadores de América Latina y el Caribe tienen contratos precarios, ingresos inestables, falta de seguridad social y mayor vulnerabilidad económica.
Lo que se viene
Para el año 2025, desde la OIT anticiparon una tasa de desocupación similar a la de 2024, en un rango de entre 5,8% y el 6,2%.
“Aunque el mercado laboral de América Latina y el Caribe ha mostrado señales de recuperación, el crecimiento económico moderado y la falta de avances estructurales en la creación de empleo sugieren que la dinámica de los últimos años podría continuar en 2025”, plantearon desde la entidad.
“Ante este panorama, será esencial promover políticas que fomenten la formalización laboral y el empleo decente, apoyadas en un diálogo social efectivo, que favorezca un crecimiento sostenido del empleo y una mejora de la calidad de los trabajos disponibles”, dijeron.
“Es urgente avanzar hacia la justicia social en América Latina y el Caribe, y para ello es fundamental promover políticas sustentadas en el diálogo social tripartito eficaz que consoliden los progresos alcanzados e impulsen un crecimiento más robusto del empleo, poniendo especial énfasis en la formalización laboral”, concluyó Moreira.