Un jurado
federal de investigación acusó formalmente hoy al multimillonario texano Allen
Stanford, que se entregó anoche al FBI, por un fraude de US$ 7.000 millones que
perjudicó a miles de inversionistas.
El jurado
en Richmond (Virginia), similar a un juez de instrucción, presentó una
acusación con 21 cargos contra Stanford y otras cuatro personas supuestamente
involucradas en la estafa que transcurrió por más de una década, informó hoy el
Departamento de Justicia de EE.UU.
El auto
imputa a los responsables corporativos James Davis, director del Banco
Internacional Stanford; Laura Pendergest-Holt, encargada del área de inversión
del grupo Financiero Stanford, Gilberto López y Mark Kuhrt, ambos contables.
La Fiscalía también acusa a Leroy King,
director ejecutivo de la
Comisión Reguladora para Servicios Financieros en Antigua,
sede de los negocios del multimillonario texano, de conspirar para obstruir la
investigación de la Comisión
del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC, por su sigla en inglés).
El auto
afirma que Stanford pagó más de US$ 100.000 dólares a King para asegurarse de
que su banco no fuera auditado.
Una
acusación en Florida imputa, además, a otro empleado de Stanford, Bruce
Perraud, la destrucción de documentos que eran cruciales para la investigación.
La
acusación del Departamento de Justicia alega que el financiero estadounidense y
otros ejecutivos de su firma "transfirieron fondos millonarios obtenidos
de manera fraudulenta de inversionistas desde y entre cuentas bancarias".