La frágil recuperación económica en la eurozona y los débiles precios llevaron al Banco Central Europeo a presentar ayer una nueva batería de medidas de estímulo, la más ambiciosa hasta la fecha, que contempla tanto mayores reducciones en los tipos de interés como un ampliación del programa de alivio cuantitativo de compra de deuda pública (QE, su sigla en inglés) que cumple un año ahora.
Tras la decepción de la reunión de diciembre, el presidente del BCE, Mario Draghi disparó ayer un nuevo ‘bazuca’ de medidas al mercado, afirmando que son necesarias para evitar que la desaceleración de las economías emergentes frene la recuperación de la zona euro. Tras un estallido inicial de entusiasmo que impulsó a las bolsas mundiales, la tendencia, sin embargo, se revirtió rápidamente al interpretar que la autoridad se estaría quedando sin margen de maniobra.
Medidas en tres frentes
El emisor europeo rebajó el tipo de interés de referencia de 0,05% a 0%; recortó en diez puntos base el interés aplicado a las facilidades de depósito (lo que cobra a los bancos comerciales por dejar el dinero en sus bóvedas), a -0,30%; y redujo su tipo marginal -el que cobra por los préstamos a un día- a 0,25%, desde 0,30%.
Además, desde abril ampliará el monto de las compras de deuda mensuales en 20.000 millones de euros, el rango máximo, hasta 80.000 millones, superando los 70.000 millones que esperaba el mercado. Como añadido, el BCE amplió el rango del QE a los bonos corporativos de alta calidad denominados en euros, con el fin de impulsar los préstamos, el consumo y los precios.
Por otra parte, desde junio, implementará nuevos LTRO (préstamos de liquidez a la banca a largo plazo), con una duración de cuatro años cada uno. El interés de estos créditos podrá reducirse a -0,4% (el tipo de facilidad de depósito marcado) y el último tendrá lugar en marzo de 2017.
Un año de QE sin éxito
Tras un año de programa QE y 700 mil millones de euros gastados, el BCE ha obtenido pocos resultados que exhibir, con la inflación de nuevo en terreno negativo en febrero (-0,2% anual), debido en parte al desplome del precio de las materias primas.
El nuevo estímulo tiene dos líneas de acción diferenciadas: por un lado, la relajación general de la política monetaria con el aumento del monto del programa de compra de activos y con unos tipos de interés más bajos; por otro, un esfuerzo por proporcionar a los bancos fondos más baratos para que faciliten el crédito a sus clientes, lo que, combinado con la compra de bonos corporativos, debe “crear condiciones de financiamiento sustancialmente más fáciles para las empresas”.
“Con este paquete integral estamos aportando estímulos monetarios sustanciales para contrarrestar los mayores riesgos hacia el objetivo de estabilidad de precios del BCE”, dijo Draghi. “Si nos diéramos por vencimos, tendríamos una deflación que incrementaría el valor real de la deuda”.
Señales confusas
La reacción al nuevo movimiento del BCE fue mixta, con algunos analistas asegurando que se trata de una buena noticia en el corto plazo, aunque equivoca el rumbo. Otros advierten que las fuertes medidas dejarán al emisor con menor margen de maniobra si la situación empeora.
“Está lejos de ser cierto que el último ‘bazuca’ del BCE va a ser más efectivo que los anteriores en asegurar un crecimiento sostenido y eliminar la amenaza de la deflación”, indicó Capital Economics.
El mercado acogió el anuncio con potentes subidas iniciales que más tarde se revirtieron, con caídas de más de 4% respecto a los máximos de la sesión, después de que Draghi diera señales de que no habrá más rebajas en las tasas y que el Consejo había descartado una estructura escalonada de las tasas de depósito, sistema que se utiliza ya en Japón o Suiza para estimular los préstamos. De igual forma, el euro recibió la noticia con una caída de 1,6%, pero tras los comentarios de Draghi borró la pérdida y subió 1,7%, a 1,1207 por dólar.
“Las tasas seguirán bajas, muy bajas, durante un periodo extendido y mucho después del horizonte de nuestras compras”, aseguró Draghi. Pero a la vista de las condiciones actuales, “no anticipamos que sea necesario reducirlas más”, dijo, reiterando que siguen disponiendo de herramientas para actuar en caso de que las circunstancias cambien.
Recorte de las proyecciones
La batería de medidas vino acompañada de un escenario más pesimista para la economía de la región y para la inflación. El BCE recortó su proyección de crecimiento para este año de 1,7% a 1,4% y dos décimas a la de 2017, a 1,7%. En cuanto a los precios, espera que este año aumenten 0,1%, desde el 1% anterior y muy por debajo del objetivo de 2% anual, para repuntar a 1,3% el año que viene.
paquete de estímulos del bce
Recorte en los tipos de refinanciación a 0% El tipo de las principales operaciones de refinanciación se reduce en cinco puntos básicos, a 0%, a partir del 16 de marzo.
Baja el tipo de facilidad de crédito a 0,25% La tasa a la que presta el dinero a un día se reduce en cinco puntos, desde el 16 de marzo.
Recorta la facilidad de depósito a -0,40% Rebaja diez puntos esta tasa, desde -0,30%, desde el 16 de marzo.
Amplia la compra de deuda hasta 80 mil millones al mes Amplía en 20 mil millones mensuales el marco del programa QE.
Comprará bonos corporativos Incluye en el programa bonos denominados en euros con grado de inversión emitidos por sociedades no bancarias de la zona euro.
Nuevas LTRO desde junio El emisor pondrá en marcha una nueva serie de operaciones de refinanciamiento a largo plazo, cada una de una duración de cuatro años, desde junio.
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