Michelle Cazenave L.
Tras el primer cambio de gabinete de la actual administración, el Transantiago vuelve a tomar un lugar principal en la agenda del Ministerio de Trasportes y Telecomunicaciones, luego que el presidente Sebastián Piñera llamara este fin de semana al titular entrante, Pedro Pablo Errázuriz, a arreglar de una vez por todas el polémico sistema de locomoción capitalino.
Y ya en su primer día, el ministro se mostró optimista frente a un nuevo cargo que calificó a Diario Financiero de desafiante. La única forma de saber si mejora el Transantiago es ponerse en los zapatos de la gente que lo usa a diario, comentó a su equipo, en una ronda por las dependencias del ministerio, luego de haber llegado a las 7:30 de la mañana, y en Metro.
No obstante, los expertos anticipan un escenario complicado para el nuevo ministro, en medio de un panorama de déficit financiero que el sistema viene arrastrando desde sus inicios, en 2007, y que ha hecho dudar de su rentabilidad.
Para el ingeniero y académico de la Universidad Diego Portales, Louis De Grange, al recién asumido titular se le viene una tarea tremendamente difícil. Revertir el deterioro del Transantiago y, al mismo tiempo, reducir el déficit, es realmente complejo. Pérdidas que rondan los US$ 800 millones al año y que, aunque en un alto nivel se deben al nivel de evasión de pagos cercano hoy al 20%, no se explican en su totalidad por ese motivo.
De acuerdo a De Grange, dentro de esta arista la mayor relevancia la tiene la baja demanda del sistema, no previsto en un comienzo, y que ha hecho que los ingresos se hayan ido reduciendo de manera sostenida frente a los costos. Costos que también se han incrementado, por un traspaso normal que ocurre cuando las expectativas económicas son buenas hacia el automóvil, lo que significa menores recaudaciones y mayor congestión en las calles, explica.
Por lo mismo, pese a que el sistema ya cuenta con un subsidio adicional de US$ 400 millones hasta 2014, según conocedores, Errázuriz probablemente deberá solicitar nuevos recursos al gobierno para poder llevar a cabo el objetivo, pudiendo, al mismo tiempo, paralizar un alza constante que se ha observado en las tarifas, que durante el año pasado sumaron cuatro y que sumadas a un nuevo incremento parejo de $ 20 durante este mes, harán que los valores de viajar en bus y en Metro durante la presente administración hayan subido $100 y $ 120, respectivamente. Aún así, según conocedores del sector, esta última medida no estaría bien planteada, ya que el alza pareja no permitiría descongestionar uno de los dos servicios, por lo que se levanta otro desafío para Errázuriz en cuanto a la definición de un esquema tarifario eficiente para el Transantiago.
Pero el panorama se hace aún más complejo si a todo ello se suma lo que está ocurriendo con los precios internacionales del petróleo, que ya algunas entidades financieras han proyectado podría empinarse hasta los US$ 100 el barril. Las últimas alzas que se han verificado en el mercado local es la señal palpable del efecto directo que existe.
Y qué pasa con Telecomunicaciones
Adicionalmente, en el sector ya se comenta que el énfasis en transportes podría traer retrasos en la agenda de telecomunicaciones, con importantes proyectos aún en carpeta, como el propio ministro saliente, Felipe Morandé detalló.
Dentro de esto entraría la meta de banda ancha para todos en 2018 y la expansión de la Televisión Digital abierta de libre recepción en todas las regiones, previa aprobación de la respectiva ley.
Sin embargo, el subsecretario de Telecomunicaciones, Jorge Atton, subestimó que el énfasis particular dado por el presidente al tema del Transantiago pueda representar un retraso para la agenda de comunicaciones. En lo más mínimo podría darse un retraso, dijo.