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Cuáles son los principales beneficios de rendir el examen del Colegio de Abogados de Nueva York

Aunque es común que profesionales hagan máster en leyes en países anglosajones, no todos se aventuran a dar el Bar Exam, prueba que se ha transformado en una certificación de calidad ante clientes de EEUU.

Por: Idealex.press / DF Full | Publicado: Lunes 26 de febrero de 2018 a las 04:00 hrs.
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Es creciente el número de abogados que parte a Estados Unidos a hacer un LLM o máster en Derecho, tanto así, que todos los años vienen a Chile -y a otros países- representantes de universidades a promocionar sus programas.

Algunos de estos profesionales se quedan un año trabajando en oficinas con las cuales hay convenios, y de ellos, unos pocos optan por rendir el examen de la Barra —Colegio de Abogados— de Nueva York, que se exige para poder ejercer en ese Estado.

Si bien en publicaciones de universidades y de prensa, la última de 2015, se hablaba de entre una veintena y una treintena de profesionales acreditados, de acuerdo a los registros de Idealis Legal Recruitment, son cerca de 50 los abogados chilenos admitidos por la New York State Bar Association, donde las mujeres se acercan al 30%, en un universo que sobrepasa los 40 mil profesionales.

Se podría pensar que la motivación lógica para dar este examen es quedar habilitado para litigar en tribunales y representar a clientes en diversos trámites. Pero no. La mayor utilidad se ve en la práctica corporativa, al poder asesorar empresas estadounidenses que quieren hacer negocios en Chile o clientes chilenos que tienen intereses allá. Además, los deja en un pie de igualdad con sus contrapartes.

La abogada Gracia Tomic hizo primero un LLM (2002) en Georgetown, Washington DC. Y en eso estaba cuando un profesor le dijo que tenía los créditos suficientes para dar el Bar Exam de California o el de Nueva York.

“¡Cómo no hacerlo! Era un desafío y sentía que iba a ser un plus en mi carrera”, dice. Tras tomar un curso de preparación de dos meses, bastante caro, pero que no duda en calificar de excelente, esta abogada dio el test en 2003. Y siente que fue la mejor opción.

Santiago Montt O., vice president de Regulación y Litigios a nivel global para BHP, dio el Bar en 2006. Desde Melbourne, Australia, cuenta que le permitió trabajar en Nueva York como asociado “igual que los demás abogados norteamericanos”.

“Recomiendo a todos los que estudian un LLM, que también lo hagan; tener el Bar ha sido una herramienta fundamental para desarrollar una carrera legal internacional”, dice.

Otro beneficio es el formativo. Así lo destaca Juan Pablo García, socio de Carvallo, Bizzarri & García, quien tras estudiar un LLM en Georgetown, fue admitido en la Barra de Nueva York en 2007. “Es la oportunidad de conocer un sistema muy distinto, el del Common Law, pero que tiene mucha influencia en la contratación internacional”, dice.

Desde el punto de vista del reclutamiento, Felipe Lavín, director de Idealis, asegura que haber rendido el Bar Exam se equipara a una certificación de calidad ante los clientes anglosajones. “Pero son tan escasos en el mercado chileno, que sería muy poco realista que un cliente lo exigiera como un requisito excluyente”, acota.

Aldo Molinari dice que hay un beneficio académico. Como profesor de la Universidad de Chile ha podido enseñar diversos cursos con conocimientos de primera mano. Este socio de Carey hizo su LLM en la Columbia (2013), luego trabajó un año en una firma y después dio el Bar Exam. En su perfil se puede leer “Admisión en Nueva York (pendiente - Examen aprobado en febrero de 2015)” ¿Por qué? “Nunca fui a jurar en la Corte”, cuenta.

Gracia Tomic agrega que, sabiendo que no se iba a quedar en EEUU, pero que pensaba trabajar uno o dos años allá, su decisión se tradujo en que “tuve una clienta muy importante, y llegó a mí exclusivamente porque le explicaron que había una abogada chilena que tenía el Bar de Nueva York”.

“Hace poco tuve una reunión de equipo; estoy trabajando con abogados de NY, y al contarles que tengo el Bar, de inmediato se produjo empatía y una cierta simetría”, dice.

Pruebas y requisitos

El examen se puede dar dos veces al año, generalmente en febrero y julio. Si alguien lo reprueba, es común repetirlo en la fecha siguiente.

“Cuando yo lo di, la tasa de reprobación de los extranjeros era 7 de 10”, dice Molinari, lo que atribuye a una limitación idiomática y a nuestra estructura de análisis, anclada en la tradición civil continental.

“En mi caso la prueba duraba seis horas en dos días. Te daban ensayos, debías descubrir los problemas y resolverlos conforme a la ley de Nueva York. También te entregaban un sobre con documentos legales, que debías analizar y tenías que escribir lo que te pidieran; podía ser un memorándum para el cliente, una opinión legal, una demanda”, agrega.

Y el segundo día venían 200 preguntas de selección múltiple a responder con reglas comunes a todos los estados.

Desde julio de 2016, Nueva York adoptó un examen estándar que es definido como una “batería uniforme de tests, que son administrados en cualquier otra jurisdicción que haya adoptado el UBE”.

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