Estudio constata shock externo sobre inflación: casi 70% de la variación del IPC viene de afuera
Análisis elaborado por el OCEC de la UDP revela que la incidencia de elementos locales en el Índice de Precios al Consumidor, como el comercio y la actividad, es cada mes menor.
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Cada día la inflación sigue golpeando los bolsillos de las chilenas y chilenos, y las cifras lo avalan: en abril el Índice de Precios al Consumidor (IPC) trepó a 10,5% en doce meses, registrando su máximo en 28 años. La preocupación no es solo local, y los factores que explican la escalada responden a elementos propios de cada economía, como a situaciones externas que han impactado los precios a nivel global.
Chile se hace eco de este cuadro: si bien el aumento de la inflación nacional responde a un incremento significativo del gasto interno, la incidencia de los factores locales en el IPC -como comercio y actividad- se ha ido reduciendo con el paso del tiempo, algo que se evidenció mes a mes en el primer trimestre de este año.
“La suma de todos los efectos da un 100%, ya que mientras hay factores que buscan disminuir la inflación, otros hacen que esta sea mayor”.
Cristóbal Gamboni, economista senior OCEC UDP. Carolina Molinare, investigadora OCEC UDP. Juan Ortiz, economista senior OCEC UDP.
Un análisis elaborado por los economistas Carolina Molinare, Cristóbal Gamboni y Juan Ortiz, del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales (UDP), revela que los principales factores que hoy explican el alza de los precios obedecen en mayor parte al contexto externo. Cerca del 67,5% de la variabilidad de la inflación para marzo respondió a elementos internacionales, así como el 55,8% de la variabilidad de la varianza -desviación respecto a la media- en el promedio móvil del último trimestre.
Para cuantificar los shocks internos y externos que han afectado a la inflación chilena, el equipo separó la estimación usando variables externas y domésticas, y a partir de esto analizaron su impacto a través de una descomposición histórica de la varianza en la estimación de un modelo en que las variables externas solo dependen de factores externos, llamado “de vectores autoregresivos (VAR) restringido”.
Y, para conformar los bloques externo e interno, los analistas usaron datos mensuales del Banco Central, el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, su sigla en inglés) y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
El peso de lo local versus el mundo
El estudio reveló que los factores foráneos en las variables de precios -como el Brent, el Índice de Precios de la FAO, o el Índice de Precios Externos (IPE)- han aumentado su incidencia en la inflación, explicado principalmente por un aumento en el precio del petróleo. Su incidencia positiva en la varianza de la inflación en marzo fue de 29,4%, comparado con 3% para el promedio del trimestre móvil, algo que, según el reporte, se explicaría “de manera importante” por la guerra entre Rusia y Ucrania.
La incidencia del Índice de Precios Externos (IPE) fue de 41,9% en marzo frente al 23% trimestral, mientras que la del índice de alimentos FAO fue de 23,9% y 42,4%, respectivamente.
Las variables financieras internacionales también aumentaron su incidencia en marzo: la tasa de interés de política monetaria de EEUU -la Fed Fund Rate (FFR)- tuvo una incidencia negativa de 28,9%.
Molinare precisa que la suma de todos los efectos da un 100%, ya que mientras hay factores que buscan disminuir la inflación, otros hacen que esta sea mayor.
Por el lado de las consideraciones internas, se incluyeron variables como el Imacec, Imacon y el Índice de Actividad del Comercio al por menor. En el caso de este último, en marzo solo cubrió el 7%, frente a la incidencia de 27,7% que se alcanzó en el trimestre, lo que podría relacionarse a la disminución de liquidez de las personas, dicen los investigadores.
En tanto, la tasa de desempleo ha aumentado su incidencia en la inflación a 7,5% en marzo, frente al 5,4% de los primeros tres meses del año, como consecuencia de la recuperación que ha tenido el mercado laboral.
En cuanto a las variables financieras internas -como la Tasa de Política Monetaria (TPM)- esta “ha tenido una mayor incidencia en la inflación y ha ayudado en su contención”, se lee en el reporte. Esto se traduce en que en marzo su variación negativa fue de 38,8%, frente a 12,2% del primer trimestre de 2022, algo que responde a los ajustes que ha realizado el Banco Central para tratar de contener la inflación.