Mayo de este año representó un punto de inflexión para el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En un hecho inédito, el director de la entidad, Guillermo Pattillo, hizo pública la existencia de “indicios de manipulación” en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), un capítulo aún abierto.
De ahí en adelante se sumaron denuncias ante el Ministerio Público, sumarios internos y el ministro de Economía de entonces, José Ramón Valente, convocó a un Consejo Estadístico Asesor del INE, cuya principal finalidad sería asesorar y apoyar al director del servicio. Al llegar Juan Andrés Fontaine a la cartera, la misión de los expertos mutó hacia entregar una visión sobre el proyecto de ley para modernizar la institución que estaba en el Congreso desde noviembre de 2015, es decir, previo a la polémica del IPC pero no ajena a otras, como las referidas a la ejecución del Censo o a la encuesta de empleo.
A la cabeza de la instancia, a la que sumaron David Bravo, Bettina Horst, Andrea Tokman y Claudio Sapelli, se ubicó el exvicepresidente del Banco Central, Sebastián Claro, quien precisamente la semana pasada lideró la presentación de las sugerencias del grupo para fortalecer la institucionalidad. Eso sí, frente al tercer ministro de dicha secretaría de Estado de esta administración: Lucas Palacios.
“Las recomendaciones emitidas por el consejo que me tocó presidir están orientadas en diseñar un sistema de gobierno corporativo del INE y del Sistema Estadístico Nacional que sea más robusto desde un punto de vista técnico, y en su proceso de toma de decisiones estratégicas”, explica Claro.
El documento expuesto -y que implica poner fin al trabajo del grupo de expertos- apunta a entregar los lineamientos necesarios para una nueva institucionalidad, independiente y autónoma, asentada sobre un Consejo Estadístico Nacional, que sea capaz de coordinar la gestión de toda la data que actualmente se genera al interior del sector público.
Dicha dinámica, destaca el académico de la Universidad Católica, es “algo clave” en un contexto en que se requiere un marco claro que justifique el uso de los registros junto a un debido cuidado de las bases nominadas que puedan ser intercambiadas entre ellas.
Y, en ese contexto, es que a su juicio cobra una mayor relevancia el contar con “una oficina de estadísticas fuerte y confiable”, un aspecto que reconoce que fue lo que guió el trabajo del grupo que lideró desde mayo.
“En este proceso, hay aspectos internos a la institución que deben mejorarse y sobre los cuales se ha trabajado, pero la discusión legislativa es muy importante también, porque hay espacios para robustecer y otorgar mayor estabilidad a las políticas del INE. Es en este punto donde nos enfocamos”, destaca.
- ¿Qué es lo más relevante que debiera ser modificado al proyecto actual que está en el Senado?
- En nuestra opinión, el proyecto de ley debe reenfocar el rol del Consejo Estadístico Nacional, para que asuma un rol más directivo en el INE.
Ello otorgará más fuerza y estabilidad en el tiempo a las decisiones estratégicas que se toman, mejorando procesos y fortaleciendo la institución.
A su vez, consideramos que debiera aclararse mejor el alcance que este Consejo, y el INE, tendrán en la aprobación de normas estadísticas que se apliquen a otros miembros del Sistema Estadístico Nacional.
Se debe compatibilizar de mejor manera la búsqueda de estándares comunes en las estadísticas públicas con la naturaleza descentralizada del sistema y se debe evitar abarcar demasiadas instituciones sin primero fortalecer el INE.
- ¿Cuáles son las fortalezas de sus propuestas en comparación con lo que hoy está en el proyecto de ley? Por ejemplo, se excluye al Presidente de la República del proceso de selección del director nacional del INE.
- Existen varios modelos plausibles, nosotros favorecemos uno donde el consejo esté íntegramente compuesto por miembros aprobados por el Senado a proposición del Presidente de la República, y donde el director del INE sea nombrado por el consejo.
Más que excluir al Presidente, lo que se busca es que el sistema político esté presente a través del nombramiento del cuerpo directivo, quien a su vez podrá nombrar y remover al director del INE.
Ello contribuye al fortalecimiento de la tarea del INE.
- Otro punto es el rol directivo y la elección por períodos parcelados de los consejeros. ¿Cuál es el sentido de esas propuestas?
- En línea con lo anterior, se propone que los miembros del Consejo Estadístico sean elegidos parceladamente, de manera de entregar mayor estabilidad en las políticas que de ahí emanan. Este esquema es importante porque contribuye a darle mayor estabilidad a la organización, y menos dependencia de personas específicas.
Respecto del rol directivo, se busca que el Consejo Estadístico no solo conozca y apruebe normas de carácter general en materia estadística, sino que también tenga atribuciones administrativas y estratégicas. Ello facilita la exigencia que tiene el Consejo de velar por el cumplimiento de las normas que aprueba.
La importancia de la credibilidad
- Luego de su presentación en el Ministerio de Economía, ¿qué espera que ocurra?
- El informe no es vinculante, por lo que el Gobierno evaluará los pasos a seguir tomando aquellos aspectos que le parezcan mejor. Para nosotros, el interés original -y que sigue plenamente vigente- es fortalecer la institucionalidad estadística.
Obviamente que las prioridades legislativas pueden haber cambiado estos meses, pero por otra parte también se hace más clara la necesidad de fortalecer las instituciones en un momento donde la credibilidad de las instituciones en general está cuestionada.
En este caso, sería una gran señal que el Gobierno y la oposición pudieran acordar un avance en esta materia de alta relevancia.
- El proyecto de ley lleva poco más de cuatro años de tramitación en el Congreso, ¿cuáles son los costos de prolongar esta discusión legislativa?
- Es desafortunado que el proyecto lleve tantos años en el Congreso. En ocasiones, discusiones de menor alcance han terminado por paralizar avances importantes, y el costo de ello es que la institucionalidad va debilitándose. Por eso, es importante avanzar con sentido de urgencia.
- En lo concreto, ¿en qué se traducen estos costos?
- Algunos problemas que hemos visto en el pasado podrían evitarse si existiese un cuerpo directivo que diseñara un plan estratégico y velara por su cumplimiento. Ello mejoraría los procesos y haría más robusto el proceso de toma de decisiones.
Otros problemas son inevitables en cualquier organización, pero una institución más robusta podría enfrentarlos de mejor manera.
- ¿Cuál es el balance que tiene hoy sobre el sistema estadístico del país. ¿En qué debemos avanzar?
- Aquí no hay que inventar la rueda. Los procesos estadísticos en el mundo son bastante estándar, y los desafíos que enfrentan las instituciones estadísticas también. Cómo avanzar, cómo priorizar los recursos y cómo hacer seguimiento a los procesos son temas de gobierno corporativo que mejorarían con un cuerpo colegiado como el propuesto.
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