Más del 30% de los trabajadores ve alto el riesgo de que su empresa se involucre en faltas a la ética
La cifra de 2023 representa una mantención respecto a lo observado en años previos, según la medición de la Fundación Generación Empresarial (FGE).
Por: Carolina León | Publicado: Miércoles 13 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Un 32% de 49.663 trabajadores encuestados a lo largo del país el año pasado aún ve una “alta” probabilidad de que la organización en que se desempeñan se involucre en escándalos de corrupción y/o faltas a la integridad, según evidenció el Barómetro de Valores e Integridad Organizacional elaborado por la Fundación Generación Empresarial (FGE), en el que participan principalmente empresas privadas pero también algunas entidades del mundo público.
Se trata de un dato que se ha mantenido en niveles similares desde 2021, pese a que a nivel directivo se ha buscado posicionar la probidad como un eje central en el marco de acción.
Pero, en paralelo, el porcentaje de trabajadores -esta vez fueron de 173 organizaciones de todo el país- que ve dicho riesgo como “bajo” ha caído en forma notoria. Si en 2020 la cifra llegaba a 70%, en 2023 llegó a 47%. A lo anterior, se suma un 9% que percibe dicho peligro como moderado y un 12% que no sabe o no respondió.
Este fenómeno, comentó la gerenta general de FGE, Francisca Martin, se relaciona con una mayor conciencia y exigencia de los trabajadores en este ámbito; y con un contexto país que se ha caracterizado en el último periodo por casos de corrupción de alta connotación, tanto en el sector privado como el público, los cuales han dañado la confianza en las instituciones.
“Este es un llamado de alerta para las organizaciones, no solo en relación con reforzar sus protocolos y modelos de prevención de conductas antiéticas y su aplicación, sino sobre todo también con capacitar y comunicar de forma permanente a los equipos sobre la cultura de integridad y compliance, los valores y el nivel de compromiso de los liderazgos”, dijo Martin.
Su punto es complementado por la líder en inteligencia de datos de FGE, Consuelo Correa, para quien el estallido social y el contexto posterior a este ha despertado “una mirada más crítica y exigente sobre la conducta ética en el ámbito laboral, reflejando una inquietud latente: aunque una gran mayoría percibe que sus organizaciones actúan correctamente, crece también la atención sobre posibles riesgos de incumplimientos éticos, que podrían comprometer la confianza en el entorno actual”.
Sacando la voz
Pese a estos resultados, la visión que prima entre los consultados es que las empresas están actuando y adoptando acciones en torno a este tema. De hecho, para el 72% de los encuestados las organizaciones combaten “activamente” la corrupción, cifra levemente superior al 71% registrado en 2022.
Este trabajo y preocupación se ven reflejados en la cantidad de personas que señalaron haber observado algún incumplimiento o transgresión a la probidad en su organización. Si en 2018 era un 48%, en 2023 disminuyó a 4%.
Además, del universo de consultados que vio algún acto o hecho cuestionable, cada vez son más los que se atreven a denunciar. Si en 2019 un 29% vio algún hecho y realizó alguna denuncia, en 2022 subió a 39% y el año pasado fue de 38%.
Con relación a qué ocurrió una vez realizada la denuncia, un 29% señaló que no recibió información, un 17% dijo que se le notificó que se investigó el caso pero no tuvo conocimiento del resultado, y solo en un 33% el caso se investigó y se resolvió. Además, a un 8% se le notificó sólo la recepción de la denuncia, y a un 5% se le contestó que la denuncia no correspondía a una transgresión.
Otra señal de alerta que arrojó el instrumento de FGE, es que si bien son pocos los consultados que acusaron sufrir algún tipo represalia tras realizar una denuncia, la cifra en sí se ha mantenido estable desde 2021. En 2020 llegó a 21%, en 2021 a 22%, luego a 24% en 2022 y 22% en 2023.
Para la gerente general de FGE, los resultados refuerzan que “la capacitación permanente, la transparencia y una difusión oportuna de las decisiones, valores y normas contribuyen significativamente al compromiso de los empleados con la ética organizacional y a la confianza en las instituciones, y contribuyen a que haya una menor visualización de incumplimientos o transgresiones”.
Para la vocera, además, otro factor clave para incentivar y potenciar el compromiso de los equipos internos con una cultura de integridad es precisamente que “los directivos actúen dando el ejemplo y difundan sus acciones y comportamientos, lo que produce un alineamiento con los equipos”.