Dueño de Los Buenos Muchachos: "La reapertura podría ser un disparo en los pies"
José Ignacio Vivanco dice que un bajo aforo y el posible pago a todos los empleados, complicaría aún más la situación del local de más de 80 años. Comenta que el golpe al restaurante comenzó en octubre: "Nos hizo pedazos", cuenta.
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Baile, música en vivo y platos típicos chilenos fueron los principales ingredientes de la receta que llevaron a la popularidad al restaurante Los Buenos Muchachos, tras sus inicios en 1939.
La casona, ubicada en Ricardo Cumming, en el Barrio Brasil, puede recibir hasta 1.300 personas, sin embargo, la pandemia de coronavirus y, previamente, el estallido social, silenciaron a los comensales y al folclor.
José Ignacio Vivanco es el dueño y gerente general de Los Buenos Muchachos, pero, además, es hijo del fundador del restaurante. Cuenta que ya se están preparando para una próxima reapertura, aunque con mucha incertidumbre respecto a los aforos y a la reincorporación de sus trabajadores, acogidos en un 90% a la Ley de Protección del Empleo.
años de vida, dice su propietario.
"Es entendible, no podemos pretender que sea todo normal, pero la verdad es que es como un disparo en los pies. Un salvavidas de plomo. No sabemos si se va a terminar la protección del empleo, entonces si me dicen que atienda sólo a un 25% de mi capacidad (aproximadamente, 300 personas), pero que tengo que pagarle el sueldo a todos los empleados, se complica", asegura.
No obstante, el tradicional restaurante alista los preparativos para una próxima reapertura. Cubiertos sanitizados y sellados, un menú digital vía código QR, la instalación de cubiertas para las mesas con nanopartículas de cobre y la eliminación de manteles y ensaladas compartidas, son algunas medidas que ya están implementando.
"No sabemos que va a pasar. Creemos que el próximo mes, a lo mejor, nos dejan abrir con ese aforo reducido. Si eso va a ser bueno o malo, no tengo idea. Yo creo que puede ser peor", comenta Vivanco.
"Octubre nos hizo pedazos"
El empresario gastronómico cuenta que Los Buenos Muchachos ha pasado por varias crisis: la escasez en los años '70, varios años de toque de queda durante la dictadura, la crisis Subprime en 2007 y la crisis asiática, a fines de los '90, entre otras. Pero "nos acomodamos al consumo. La gente no tomaba bajativo o no pedía postre, por ejemplo. Eso bajó, pero no la cantidad de personas", dice.
Sin embargo, "octubre nos hizo pedazos, y noviembre y diciembre fueron también desastrozos", asegura. Vivanco detalla que debido a la ubicación del restaurante, "la mayoría de la gente no quería ir, y las empresas suspendieron las comidas de fin de año, que es nuestro fuerte".
En octubre, las ventas cayeron en un 70%, mientras que en noviembre y diciembre, en un 50%. Para abordar la situación, a fines de 2019, tuvieron que desvincular a 60 de los 250 trabajadores, sin pensar que en marzo vendría una pandemia mundial. Dice que varios se han retirado voluntariamente y que hoy cuentan con cerca de 140 "y seguramente, tengamos que desvincular a 40 o 50 más para empezar la reapertura. Esta decisión es súper dura, pero si no, no logramos subsistir".
Respecto a los créditos, Vivanco dice que pidió uno a través del Fondo de Garantías para Pequeños y Medianos Empresarios (Fogape), pero este fue por "menos de un mes completo", agregando que "ese crédito nos va a reventar en la cara cuando comencemos a funcionar, con niveles de atención reducidos y con la gente con miedo y desconfianza a los lugares masivos".
Servicio de delivery
Cerrados desde el decreto de cierre por la pandemia a mediados de marzo, el gerente general de Los Buenos Muchachos dice que tuvieron que volcarse al delivery. No obstante, este sólo alcanza un 8% de las ventas de "un mes normal".
Vivanco explica que trabajan con plataformas de última milla desde Cumming, donde entregan productos calientes, listos para servir. Pero, además, hacen entregas de productos sellados al vacío a toda la región Metropolitana con despacho propio, como parrilladas y cazuelas.
Dice que han tenido muy buenos resultados y que próximamente abrirán un dark kitchen en el sector de Avenida Ossa. Sin embargo, hace hincapié en que "el 2021 es un año para sobrevivir. Aquí no pretendemos hacer nada espectacular, sino que estamos dispuestos a sobrevivir. Existe riesgo de cierre y es el mismo riesgo que tiene el 100% de los locales hoy en día".