Cataluña invierte US$ 2.600 millones para sobrevivir sin lluvias hacia el final de esta década
La estrategia se ha vuelto urgente ya que es probable que la región pronto declare un estado de emergencia por el agua y el calentamiento global hace que las sequías en el futuro sean más comunes.
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Cataluña, sede de la segunda economía regional más grande de España y el popular destino turístico de Barcelona, tiene un plan para vivir sin lluvias hacia finales de esta década.
La estrategia de miles de millones de euros, que incluye invertir en plantas desalinizadoras, se ha vuelto urgente ya que es probable que la región pronto declare un estado de emergencia por el agua y el calentamiento global hace que las sequías en el futuro sean más comunes.
Los funcionarios del gobierno dijeron que los niveles en múltiples embalses en toda la región han caído por debajo del 16% (un punto crítico) luego de 39 meses consecutivos de lluvias por debajo del promedio y dos años de calor récord. El anuncio ha generado preocupación de que Barcelona se acerque al Día Cero, el momento en el que tendrá que traer agua en buques cisterna.
"Los barcos no resolverán nuestro problema de sequía, son sólo una solución para proporcionar agua a infraestructuras críticas en un caso extremo", dijo David Mascort, jefe de acción climática del gobierno catalán. "Pero sabemos que si hacemos las inversiones necesarias para 2030 tendremos suficiente agua para hacer frente a la sequía estructural y dejar de depender de la lluvia".
La región mediterránea se está calentando un 20% más rápido que el promedio mundial y el sur de Europa está sufriendo las peores condiciones de sequía en al menos 500 años, con Cataluña y la región de Andalucía, en el sur de España, entre las más afectadas. Si bien las lluvias de otoño caídas en algunas partes del país aliviaron una sequía sin precedentes, las precipitaciones en esas dos regiones se mantuvieron por debajo de la media y los pronósticos para los próximos meses tampoco son alentadores.
Eso ha llevado a los gobiernos regionales de Cataluña y Andalucía a buscar todas las soluciones posibles, incluidas campañas de concientización dirigidas a los ciudadanos, multar a las empresas que desperdician demasiada agua e invertir miles de millones de euros en plantas desalinizadoras y grandes obras de infraestructura.
Ambicioso plan
Un plan de inversión de 2.400 millones de euros (US$ 2.600 millones) que se extenderá hasta 2027 permitirá que Cataluña y su economía, la segunda más grande de España después de Madrid, dejen de depender de la lluvia para funcionar, dicen las autoridades. Después de 2030, las reservas subterráneas, el agua reciclada y el agua desalinizada deberían ser suficientes para satisfacer las necesidades de los 3,3 millones de personas que viven en el área de Barcelona, junto con millones más a su alrededor, dijo Mascort.
España ya cuenta con las dos plantas desalinizadoras más grandes de Europa.
Las instalaciones de Barcelona producen 200.000 metros cúbicos de agua potable cada día, el equivalente a 53 piscinas olímpicas y suficiente para cubrir más de la mitad de la demanda diaria de agua de la ciudad. El gobierno catalán tiene previsto ampliar la capacidad de una segunda desaladora y construir una tercera.
Desde noviembre, la región se encuentra en estado de preemergencia en materia de agua, con restricciones que incluyen la prohibición de rellenar piscinas, regar céspedes y jardines públicos y utilizar duchas en gimnasios e instalaciones deportivas. Los árboles se riegan con aguas residuales recicladas o con agua subterránea, mientras que las fuentes decorativas llevan meses secas.
Cambio climático
Si bien los episodios de sequía en esta parte del Mediterráneo no son infrecuentes, el cambio climático está exacerbando las condiciones, dijo Sarai Sarroca, directora de la agencia meteorológica catalana. "Ahora las células atmosféricas que solían traernos lluvias se han movido más al norte y estamos recibiendo el clima del sur de España; así es como el calentamiento global se está traduciendo localmente", dijo.
Mientras tanto, el clima del sur de España empieza a parecerse al del norte de África. En la región de Andalucía, las cuencas de los embalses que alimentan a Málaga, una ciudad mediterránea a unos 970 kilómetros (600 millas) al sur de Barcelona, están al 18% de su capacidad. A principios de este mes, la ciudad anunció que reducirá la presión del agua en las tuberías durante al menos cuatro meses en un intento de reducir el consumo en un 20%. Si no llueve la próxima primavera, será necesario que los buques cisterna entreguen agua durante el verano.
La región de Andalucía en general ya ha gastado 1.500 millones de euros de un plan de inversión de 4.000 millones de euros para mejorar y ampliar la infraestructura para reciclar y desalinizar el agua, dijo el presidente de la región, Juanma Moreno, a principios de este mes. Los proyectos relacionados con el agua ya representan el 42% de las obras públicas realizadas por el gobierno regional, que dice que la falta de agua podría afectar su producto interno bruto en un 2% en 2024, dada su dependencia del turismo y la agricultura.
Mascort, de Cataluña, dijo que no hay ninguna región de España que pueda permitirse soportar este tipo de sequía durante mucho más tiempo. "Necesitamos dejar de pensar que el agua es un recurso infinito y empezar a pensar en cómo reciclamos cada gota, de forma indefinida", afirmó.