Intereses económicos y de seguridad de EEUU volverán a dominar relación con Latinoamérica
La agenda de Trump podría tener costos para la economía mundial, pero para quienes se alineen con el futuro residente de la Casa Blanca, también habrían oportunidades de beneficio económico.
Por: Renato García | Publicado: Lunes 11 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
T+
T-
Compartir
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca encendió las alarmas de los socios comerciales de Estados Unidos, ante la amenaza de una guerra arancelaria con China, deportaciones masivas de inmigrantes y recortes de impuestos que presionarían la inflación. Muchos creen que sus promesas de campaña tendrán un alto costo para la economía global.
Andrés Martínez-Fernández es analista político senior y experto en políticas comerciales del Allison Center for National Security, que es parte de la Heritage Foundation, un think tank conservador cercano al sector de Trump.
El investigador no intenta disipar estos temores, y afirmó, por el contrario, que el mundo debe prepararse para ver al mandatario electo cumplir desde el comienzo su plan de gobierno con todo el rigor prometido. “Los intereses de EEUU en temas económicos y de seguridad nacional, narcotráfico, migración y China, volverán a ser el foco de las relaciones de la Casa Blanca con América Latina luego de que en los últimos cuatro años viéramos una política que se enfocó más en temas sociales, como el aborto y el cambio climático, y que buscó empujarlos en Latinoamérica”.
“Para los países que reconozcan que hay riesgos reales en la presencia de China en América Latina (...) habrá oportunidades de un crecimiento hemisférico conjunto” con Washington, asegura el experto.
Sin embargo, aseguró, quienes contemplan con angustia este escenario, deben tener en cuenta dos cosas. Primero, si el plan de Trump funciona y logra reactivar la locomotora de EEUU, el resurgimiento de la potencia arrastrará los carros de toda la economía mundial. Y segundo, más allá del impacto directo negativo que podrían tener algunas de estas políticas, los países que decidan alinearse con el nuevo Gobierno podrían obtener importantes beneficios económicos.
“Para los países que reconozcan que hay riesgos reales en la presencia de China en América Latina, la necesidad de combatir el narcotráfico y la migración ilegal, habrá oportunidades de un crecimiento hemisférico conjunto. De hecho hay oportunidades muy importantes que vamos a ver bajo este Gobierno que no se vieron en los cuatro años del Presidente Biden”.
Recuperando el control
Los beneficios, aseguró Martínez-Fernández, no surgirían solo de acuerdos de cooperación, sino también como consecuencia de eliminar algunos de los grandes obstáculos que frenan el desarrollo regional.
“Los grupos criminales, como el Tren de Aragua, están aprovechando esta crisis migratoria para generar inseguridad en EEUU y América Latina. Entonces, esto es algo que va a tener un efecto positivo para toda la región, que cada vez más está reconociendo la necesidad de tener control sobre sus fronteras. El Presidente Trump buscará aumentar la colaboración con los países de la región para que ellos también puedan tener control sobre sus fronteras. En algunos países, como Panamá, ya se está llamando por mayor cooperación en esta crisis”.
México y el TMEC
Para aquellos que no compartan la misma visión, en cambio, las cosas serán muy distintas. “Si hay gobiernos que buscan que China entre con más fuerza en la región o en sus países, que no quieren enfrentar el narcotráfico y la migración, lo que se viene es una relación donde esos temas van estar al centro y eso puede limitar una cooperación económica más profunda”.
El dilema es especialmente claro para México. Trump ya amenazó con un arancel de 25% a las importaciones desde México si el nuevo Gobierno de Claudia Sheinbaum no aumenta sus esfuerzos para contener el tráfico ilegal de inmigrantes y fentanilo a EEUU, pero las consecuencias podrían ser incluso mayores, ya que en 2026 corresponde una revisión estatutaria al Tratado entre México, EEUU y Canadá (TMEC) para extender su vigencia por 16 años.
Este procedimiento, que antes se vislumbraba apenas como un trámite, ahora podría desatar una renegociación total. “Si no hay un intento real del Gobierno de México de enfrentar estos retos, esto puede volver más complicadas las negociaciones del TMEC”.