El Gobierno de Estados Unidos presionó
al presidente ejecutivo de Bank of America, Kenneth Lewis, para cerrar
la compra del banco de inversión Merrill Lynch, a pesar de sus
abultadas pérdidas, manifestó hoy el fiscal de Nueva York, Andrew
Cuomo.
El fiscal investiga la transacción entre esas dos entidades, que
quedó formalizada el 1 de enero pasado, y también si fue adecuada la
información que se aportó a los accionistas y a los contribuyentes,
al recibir Bank of America US$20.000 millones de fondos
públicos para facilitar la compra.
Cuomo envió hoy una carta a Christopher Dodd y Barney Frank,
presidentes de los comités de banca y servicios financieros en el
Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente, donde repasa
la compra de Merrill Lynch y unas reuniones de Lewis con
funcionarios del Departamento del Tesoro y de la Reserva Federal de
EE.UU.
Merrill Lynch, que atravesaba una grave crisis, alcanzó el pasado
15 de septiembre un acuerdo para ser adquirido por Bank of America y
la operación fue aprobada por los accionistas del banco comprador el
5 de diciembre.
Cuomo relata que, una semana después, Merrill Lynch "de forma
rápida y callada" anotó en sus cuentas más pérdidas de las que se
preveían antes de la fusión, conocido por algunos ejecutivos de Bank
of America pero que no revelaron a los accionistas hasta mediados de
enero, dos semanas después de hacerse efectiva la transacción.
El fiscal de Nueva York señala en su escrito que Lewis fue
advertido el 14 de diciembre por su director financiero del
deterioro de las cuentas de Merrill Lynch, que en el cuarto
trimestre acumularon pérdidas de más de US$15.000 millones.
Esta carta también fue dirigida a la presidenta de la Comisión
del Mercado de Valores (SEC), Mary Schapiro, y a Elizabeth Warren,
titular de la comisión creada por el Congreso para supervisar los
programas de rescate bancario.
Con ese panorama, Lewis informó tres días después al secretario
del Tesoro de entonces, Henry Paulson, que estaba considerando
"seriamente" invocar una cláusula del acuerdo de compra que permitía
a Bank of America abandonar la operación en caso de que apareciera
algún asunto adverso que se desconociera.
Lewis se reunió el 17 de diciembre en Washington con Paulson, con
el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y con otros
funcionarios para discutir esa posibilidad y éstos le pidieron que
no invocara la cláusula hasta realizar más consultas.
"Durante esas reuniones, los funcionarios del Gobierno federal
presionaron a Bank of America para que no buscara una rescisión del
acuerdo de fusión", manifiesta Cuomo en su misiva.
"No disponemos por el momento de un panorama completo del papel
de la Reserva Federal en esos asuntos", agrega el fiscal.
La posibilidad de dejar sin efecto el compromiso de comprar
Merrill Lynch quedó cerrada después de que Paulson advirtiera a
Lewis de que, en caso de invocar la citada cláusula, el equipo
gestor de Bank of America y su Consejo de Administración sería
relevado, según explicó el propio Lewis a Cuomo.
El fiscal señala que Paulson, durante una entrevista con su
oficina, corroboró en su mayor parte el relato de Lewis.
El secretario del Tesoro manifestó a Lewis que no llevar a cabo
la operación con Merrill Lynch supondría un riesgo para el sistema
financiero de EE.UU. y para su banco, una opinión que también
compartía la Reserva, según explicó después Lewis a su Consejo de
Administración.
"El secretario del Tesoro nos ha informado de que hizo esa
amenaza a petición de Bernanke", relata Cuomo en su misiva y agrega
que, después de eso, la conversación entre Paulson y Lewis giró
hacia la posibilidad de recibir asistencia adicional del Gobierno
para afrontar las pérdidas de Merrill Lynch.
"Lewis admite que la amenaza de Paulson le hizo cambiar su idea
de invocar la cláusula y acabar con el acuerdo", manifiesta Cuomo.
El fiscal señala que Bank of America no hizo públicas las
pérdidas de Merrill Lynch, a pesar de haber constatado que estaba en
una situación financiera que justificaba cancelar el acuerdo de
compra, ni el efecto que tendrían en la transacción.
Cuomo manifiesta además que da la impresión de que la SEC no
estuvo al tanto de las conversaciones entre Bank of America y los
funcionarios gubernamentales, y subrayó la necesidad de proteger los
intereses de los contribuyentes e inversores en asuntos como ese.