La crisis económica provocó que por primera vez desde la
década de 1980 descendiera de forma "muy importante" el número de
inmigrantes que llegaron a los países desarrollados, según un informe de la OCDE publicado hoy en el que
insta a los Estados a prepararse para cuando se reactive la economía.
"Es la crisis y no las restricciones de los países
ricos lo que ha provocado la caída de la inmigración. Los inmigrantes que
llegan al país y se instalan dicen a sus compatriotas que las condiciones
laborales se han endurecido", explicó en rueda de prensa el secretario
general de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
Ángel Gurría.
El informe titulado "Perspectivas de las migraciones
internacionales" señala que los trabajadores inmigrantes son los que más
sufren los efectos de la crisis económica, que se traduce en la pérdida de
empleos y que provocan que la tasa de paro sea superior a la de los autóctonos.
Durante los años de expansión económica, los inmigrantes
ocuparon mayoritariamente puestos en sectores muy volátiles, con contratos
sujetos a una gran temporalidad, lo que les ha situado en la primera línea de
las consecuencias de la crisis.
La construcción, la hostelería y los trabajos ligados al
turismo han sufrido de forma directa los efectos de la contracción económica y
eso ha repercutido en los inmigrantes.
Además, los inmigrantes tienen un menor nivel de calificación,
lo que en muchos casos dificulta su reincorporación al mercado laboral.
En este contexto, los Estados desarrollados han endurecido
sus políticas de entrada de inmigrantes regulares mediante la reducción de
cupos.