La ruta a 2030 que definió la neozelandesa Fonterra y que la llevó a decidir salir de Chile

Una larga cartera de proyectos tiene en la mira Fonterra para ejecutar hacia 2030. La multinacional -que hizo noticia esta semana tras dar a conocer la venta de sus activos en Chile, Soprole y Prolesur-, dio cuenta de sus pasos a seguir para reforzar su peso en la industria de productos lácteos y, para ello, definió su hoja de ruta para los próximos años.

En el contexto de su entrega de resultados, la multinacional reconoció que han tomado tres decisiones estratégicas: continuar enfocándose en la leche de Nueva Zelanda, para lo cual están en proceso de reorganización de sus activos, ser un líder en sustentabilidad y en innovación y en ciencia de lácteos.

Respecto al primer lineamiento, el CEO de la empresa, Miles Hurrell, señaló que se requiere la estructura de capital adecuada para ayudar a garantizar "que no perdamos los beneficios de lo que han construido generaciones de agricultores: una cooperativa de productos lácteos de Nueva Zelanda a gran escala".

Hurrell dijo que hay oportunidades de diferenciar aún más la leche de Nueva Zelanda en el escenario mundial, con el objetivo de obtener más valor de la leche de la cooperativa. De ahí la reorganización de los activos en Chile y Australia.

Ahora bien, una parte importante de su plan también es invertir en sostenibilidad e innovación y ciencia de productos lácteos. Hurrell dijo que para fortalecer la propuesta de valor de su leche, la cooperativa aumentará la inversión en sostenibilidad e I + D.

"Nueva Zelanda tiene la posición única de ser la nación lechera con menor producción de carbono del planeta y cuando combina esto con nuestro modelo basado en pastos, estándares de bienestar animal y eficiencia de escala, tenemos algo que no se puede replicar", agregó.

Añadió que saben que para mantener su ventaja relativa en la huella de carbono frente al sistema agrícola del hemisferio norte, tienen que resolver el desafío del metano: "Nuestro objetivo es aumentar nuestra inversión anual total en I + D en más del 50% a alrededor de US$ 160 millones por año en 2030, con alrededor de US$ 60 millones por año específicamente dirigidos al crecimiento de la vida activa, a medida que continuamos buscando soluciones para el desafío del metano y desarrollar nuevos productos innovadores para respaldar nuestros planes de crecimiento de valor".

También dice que ven oportunidades de crecimiento a futuro en soluciones científicas de la nutrición. "Hemos creado un equipo dedicado para explorar cómo se ve el futuro de Nutrition Science Solutions para nuestra cooperativa, y durante el próximo año acotaremos y priorizaremos las áreas en las que podemos construir una ventaja competitiva", dijo el ejecutivo.

Desafíos financieros

Ahora bien, todos estos planes tienen como fin mejorar su desempeño financiero y fortalecer su capacidad para generar efectivo y crear valor para los accionistas, según dijo la neozelandesa.

Esto, en momentos en que en sus resultados del año fiscal 2021 (julio 2020 - junio 2021) la deuda neta se redujo en US$ 872 millones a US$ 3,8 mil millones. De acuerdo a sus resultados, Fonterra ha ido disminuyendo su deuda desde 2018, cuando reportó US$6,2 mil millones.

"La reducción de la deuda neta se logró a pesar de los mayores requerimientos de capital de trabajo como resultado del mayor precio de la leche y el volumen adicional en el inventario", señaló la firma.

Con todo, espera un aumento del 40%-50% en la utilidad operativa desde el año fiscal 2021 y, con la reducción del interés por tener menos deuda, dicen que esto debería traducirse en un aumento de aproximadamente el 75% en las ganancias, "lo que nos da la capacidad de aumentar constantemente los dividendos a alrededor de 40-45 centavos por acción para el año fiscal 2030".

Otro objetivo financiero es un rendimiento del capital del grupo del 9% al 10%, frente al 6,6% del año fiscal 2021.