En nuestra búsqueda de más certidumbre, de sentir más control sobre nuestro entorno, estigmatizamos, encajonamos, "compartimentalizamos" y etiquetamos. Si no comulgas con algunas ideas de derecha, debes entonces ser de izquierda. Si te gusta la actividad empresarial debes ser de derecha, no calzas en ideas de izquierda. Si dices que te gusta el centro... bueno... esa discusión parece estar en pleno curso...
Gobierno y oposición, culpable e inocente, buenos y malos, de mi lado y en mi contra... la sobresimplificación se nos da fácil y genera polaridad, los grises nos cuestan más, y ver en colores... ¡eso sí que es difícil!
Lo mismo pasa con el liderazgo, por un lado, identificamos el liderazgo tradicional (asignado a los hombres de cierta edad), también vemos el liderazgo moderno participativo (mayormente hombres en sus treintas más algunas mujeres) y ahora el emergente liderazgo femenino.
El problema con esta manera reducida de categorizar al mundo es que metemos a mucha gente en unos pocos cajones llenos de prejuicios. Con ello nos generamos expectativas sin fundamento, iniciamos relaciones con predisposiciones muy fuertes, y por sobretodo abrimos puertas y oportunidades principalmente a quienes caben en nuestros cajones predilectos.
¿Es realmente posible construir algo distinto o un mundo mejor operando así?
Creo que no.
Hoy, los invitamos a mirar el liderazgo femenino en todo su esplendor cromático. La diversidad en las mujeres líderes es enorme. Algunas logran altas efectividades en sus roles, algunas no.
Algunas son muy participativas en su forma de llevar equipos, algunas no tanto. Como padre de tres hijas observo lo distintas que son, y cómo sus inclinaciones son muchas veces más diversas que la de nosotros los hombres, también diversos, pero que tan seguido caemos en las mismas 3 conversaciones: política, deportes y... (esta última creo que por mi propio bien no la debo mencionar...)
No hay un liderazgo femenino ¡hay muchos! Es cierto que tienden a compartir atributos como más conexión con su entorno, capacidad de empatizar con distintas posiciones, velar mejor por diferentes grupos de interés, pero finalmente no alcanza para estigmatizar hacia una sola forma de liderazgo femenino. Pueda esta edición de Empresas Conscientes ser una oda a la diversidad de todas las mujeres líderes.