El déficit del Transantiago crece y crece. No hay novedad. El problema es que las arcas fiscales están hoy con un “ajuste de cinturón”, lo que pone en aprietos un sistema de transportes que busca ser renovado durante este año.
La situación es compleja: en los primeros tres meses del año, el subsidio al sistema se incrementó 6,58%, lo que significó recursos adicionales por $ 15 mil millones, unos US$ 25 millones. Así, el total destinado en los tres meses desde las arcas fiscales al Transantiago llegó a los $ 122 mil millones, unos US$ 200 millones, cifras que corresponden a la gestión anterior previa a su salida del gobierno.
Si bien el aumento de la tarifa que resolvió el panel de expertos en febrero pasado impulsó los ingresos del Transantiago durante el primer trimestre del año (llegaron a los $ 138 mil millones, un 6,5%, más que el primer trimestre de 2017), el incremento no fue suficiente para compensar el alza de los costos, que se explica principalmente por la nueva Línea 6 del Metro y la consolidación del Tren Nos San Bernardo.
En el caso de Metro, esto se tradujo en más ingresos para la firma estatal, que recibió del Transantiago unos US$ 13 millones adicionales durante los primeros tres meses del año, un 13% respecto a igual periodo del año anterior.
Los pagos a los operadores de buses, en tanto, subieron 7,68%, totalizando recursos por $ 168 mil millones (US$ 279 millones), unos US$ 19 millones adicionales a igual periodo anterior. En este caso el alza se explica por un aumento en el precio del petróleo y el dispar comportamiento del dólar, que al cierre de marzo anotó una baja de 1,8%.
El petróleo fue lo que más subió: 7,57% hasta los 66 US$/barril de WTI en el trimestre.
“El aumento de costos es por las revisiones excepcionales que se han estado desarrollando; hay un incremento de costos por la entrada de la Línea 6. En los ingresos impacta el alza de tarifa de $20 de febrero, que significa $ 1.600 millones adicionales al mes”, explica el ex director de Transportes Público Metropolitano (DTPM), Guillermo Muñoz.
“La incorporación de nuevos servicios e infraestructura traen consigo un aumento de los costos. Esto es lógico si nuestro objetivo es buscar un servicio que sea capaz de entregar una cobertura adecuada”, agrega Fernando Saka, actual director de la DTPM
Un año en aprietos
La tendencia alcista del petróleo, así como el incremento del dólar podrían complicar las finanzas del Trasantiago. Según Muñoz, este año se proyectó un gasto anual del sistema de $ 558 mil millones, mientras que el presupuesto para todo 2018 es de $557 mil millones, es decir, un ajustado equilibrio.
“En general, el sistema ha vivido en equilibrio, no hay holgura ni tampoco hay déficit contando el subsidio, se han venido utilizando los recursos, pero esa es la forma de administrarlo”, explica Muñoz.
Sin embargo, este año no se tenía considerada la renegociación de los contratos de extensión de operación de STP y Redbus, luego que se decidiera declarar desierta la licitación en marzo pasado.
Todo esto podría derivar en una nueva alza de tarifa o la inyección de recursos adicionales. “Al panel de expertos le corresponde monitorear el balance y levantar la alerta ante una necesidad de alza de tarifa; ahí habría que buscar un mecanismo alternativo o solicitar más recursos.”, dice Muñoz.
Según la ley del Transantiago, el Ministerio de Transportes aún tiene un espacio de $ 23 mil millones por el límite máximo legal para solicitarlo.
Fernando Saka, director de Transportes Público Metropolitano
Director con trayectoria en logística llega a la DPTM
Con 32 años, Fernando Saka llegó a liderar el Directorio de Transportes Público Metropolitano, entidad encargada de gestionar el Transantiago.
Este Ingeniero Civil Industrial de la Universidad del Desarrollo de Concepción tiene una trayectoria en el área de logística y finanzas, características que la ministra Gloria Hutt vio en él para encargarle el desafío de cambiarle la cara al sistema.
"Hoy, el objetivo principal que me encomendó la ministra es efectivamente mejorar la calidad de vida de las personas. En ese sentido, tenemos que trabajar fuertemente en la licitación, mejorar los recorridos y buscar nuevos desplazamientos", comentó Saka en su debut como nueva autoridad del Transantiago.
Entre los principales desafíos que deberá enfrentar el directivo está la renegociación con las empresas operadoras para el recambio de buses nuevos. A las 100 máquinas eléctricas que sumará Metbus hacia fines de este año, se contempla incorporar otras 100 de este tipo adicionales. A eso hay que sumar los 600 buses que según el gobierno SuBus debería renovar porque se cumple el periodo de operación de estas máquinas.
A estas negociaciones se deberá agregar la renegociación de contrato con Alsacia que dejó abierta el gobierno anterior.
Otro tema que le tocará enfrentar será el fin del contrato con Alsacia contemplado para octubre de 2018. Aquí será clave el pago de indemnizaciones a sus choferes.
Saka tuvo una larga trayectoria de mano del grupo Ultramar donde participó en servicios de logística a exportadores y empresas externas, a través de Sitrans. También estuvo ligado al grupo Turbus a través de Viggo, la filial del grupo Diez para la entrega de servicios de transportes de personal a la industria y la minería.
Previo a ser director, Saka estuvo a cargo del Departamento de Regulación y Finanzas del Transantiago desde el inicio del gobierno.
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