La mirada de Pablo García al “decepcionante” crecimiento en Chile: efecto commodities, terremoto 2010 y reforma tributaria
En un reporte de Icare y la Escuela de Negocios de la UAI se plantean los posibles factores que han llevado al crecimiento del país a estancarse en los últimos años.
Por: Catalina Vergara | Publicado: Lunes 9 de diciembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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El académico de la UAI y exvicepresidente del Banco Central, Pablo García. Foto: Verónica Ortíz
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La decepción en Chile respecto de los niveles de crecimiento económico ha sido una de las principales temáticas de debate público en los años recientes, y desde la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibañez (UAI) e Icare buscaron dar luces respecto a la naturaleza de este fenómeno en una nueva entrega de su informe Doble Click Económico.
En esta edición, el académico de la escuela y exvicepresidente del Banco Central, Pablo García, y el doctorado en economía de la Universidad de St. Gallen, Emiliano Toni, buscan responder a las razones y el momento en que el crecimiento económico fue reduciendo sus niveles.
El documento comienza recogiendo que luego del superciclo de los commodities -en la primera paret de los 2000-, el desempeño de Latinoamérica ha sido “decepcionante”. “En el caso de Chile, nuestra economía ha experimentado una disminución paulatina y sostenida en sus tasas de crecimiento, y que, de hecho, ha ido más allá que la desaceleración observada en algunas otras zonas económicas en el mundo”, sostienen García y Toni.
En el análisis, los economistas analizan la evolución que ha tenido el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Chile desde los años noventa, comparando con otras economías. “Es apreciable que, a lo largo de las décadas desde el retorno a la democracia, la evolución comparada de Chile no ha sido ni constante ni monotónica, y se pueden apreciar distintos períodos de tiempo”, se lee en el reporte.
Primero, el país registró un proceso de crecimiento acelerado entre 1990 y 1998, que se vió temporalmente detenido por las crisis en países emergentes en 1998 y 1999 que provocó caídas de los precios de las materias primas e inestabilidad de los mercados financieros internacionales.
Luego, sigue la convergencia respecto al promedio de la OCDE a un ritmo similar al observado en la década de los 90, mientras que la expansión respecto al mundo es más lenta, probablemente asociado a la entrada de China al sistema económico global, plantean García y Toni.
Por otro lado, el informe postula que la crisis financiera global y gran recesión en 2008 y 2009 produjo una aceleración relativa de Chile, coincidiendo también con el fuerte debilitamiento de países avanzados producto de la crisis del Euro, el efecto en inversión local del superciclo de commodities y la reconstrucción posterior al terremoto de 2010. Los expertos aseguran que el punto de comparación relativa mayor del país se alcanza en 2012-2013 asociado a todos los fenómenos anteriores.
Con posterioridad, la convergencia a promedios de la OCDE o de Estados Unidos “se detiene en un período que se caracteriza por una creciente desglobalización, y en Chile, con el inicio de un ciclo de reformas económicas con foco redistributivo”, mencionan García y Toni. En 2014, se aprobó la reforma tributaria del entonces ministro de Hacienda, Alberto Arenas.
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Otro factor al que apuntan los autores es la convergencia económica. “A medida que las economías se desarrollan, tienden a crecer más lento. Si un país converge a niveles de desarrollo mayores, comienza a crecer más lento”, explica el exvicepresidente del Banco Central. Y asegura que a medida que el nivel de ingreso per cápita aumenta, se reduce el crecimiento económico.
En Chile, se vivió una etapa de crecimiento acelerado hasta mediados de la década de los noventa, alcanzando tasas de crecimiento entre 5% y 6% con un PIB per cápita del orden de US$ 10 mil, luego se experimentó un período de desaceleración hasta principios de los 2000 con un PIB per cápita de US$ 15 mil. Con posterioridad, se experimentó una década y media de crecimiento entre 2,5% y 3,5%, llegando el PIB a cifras del orden de US$ 22,5 mil.
Sobre los determinantes del crecimiento de Chile -según una metodología del Banco Mundial-, el peso de la convergencia económica es indudable, restando varios puntos al crecimiento que se observó a principios de los años 90. Sólo por esa razón, el crecimiento económico hoy en Chile debiese ser 3,7% menor al visto hace treinta años atrás.
En segundo lugar, los determinantes estructurales, tanto internos como externos, han ayudado, en una magnitud del orden de 2,5% de mayor crecimiento desde mediados de los 90. Sin embargo, es interesante que su contribución no se ha incrementado en décadas recientes, sugiriendo que la estabilidad macroeconómica y mejor infraestructura no han aportado un empuje adicional. En tercer lugar, el componente más relevante es la globalización, disminuyendo su aporte, de hecho, desde fines de la primera década de este siglo.
“Lo que observamos es que la desaceleración del crecimiento en Chile va más allá. Si bien reformas estructurales como la estabilidad macro, mejor infraestructura, y apertura al mundo, permitieron mitigar en parte esta desaceleración por décadas después de 1990, desde hace algo más de una década el crecimiento en Chile se ha ralentizado más fuerte. Nuestra convergencia a niveles de desarrollo mayores se ha visto interrumpida”, mencionó García.
“El crecimiento económico ha sido uno de los temas que más se ha mencionado este año y a su vez el gran ausente de las políticas económicas”, dijo, a su vez, la socia directora de Grey Capital Group e integrante del Círculo de Economía y Finanzas de Icare, Catherine Ruz, agregó: “A pesar de su protagonismo, las prioridades actuales, centradas en reformas tributarias y recaudación, parecen ignorar las lecciones del pasado: desde el 2014, estas medidas han deteriorado la calidad de vida y seguirán haciéndolo sin un cambio de foco”.