Por B. Sifón /G. Cerda
“Por segundo año consecutivo, el desembolso fiscal crecerá por debajo del PIB, lo que no ocurría desde el bienio 2003-2004 (…) el alza del gasto público en los tres primeros años del gobierno del presidente Piñera sería aproximadamente 4,9%, esto es un punto menos de lo que crecerá el producto en el mismo período (5,9%), considerando la proyección de 5,5% para 2012 (…) hemos visto proyecciones de analistas que no corresponden a la realidad y que están equivocadas”.
Así el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, salió al paso de algunas proyecciones del mercado que apuntaban a que el gasto previsto en 2012 se elevaría por sobre el crecimiento del país, por lo que el titular de las finanzas explicó que, en 2012, se logró hacer mucho más “suave” la ejecución del gasto evitando así la concentración en el último trimestre y en particular, en diciembre.
Con esto, agregó Larraín, se busca atenuar presiones inflacionarias, tener tasas de interés más bajas, contribuir a reducir el déficit de cuenta corriente y contrarrestar la presión a la baja sobre el tipo de cambio.
La clave: subejecución
Sin embargo, entre los expertos el anuncio del ministro Larraín en gran parte se explicaría en un contexto de subejecución del presupuesto durante el año pasado. Para el economista de Cieplan, Jorge Rodríguez Cabello “el anuncio del ministro que el gasto creció 5% sólo se puede explicar con subejecución (…) en ese sentido, la pregunta es si esa subejecución fue una decisión de Hacienda por motivos macroeconómicos, o si fue el resultado de problemas de gestión en ciertos ministerios, en especial en materia de inversiones”.
Para Rodríguez, la explicación de que esta decisión era para no sobrecalentar la economía se contradice con que en algunos ministerios, por ejemplo Salud, el ritmo de ejecución se venía evidenciando muy por debajo de la media, en particular, en materia de inversiones, lo que estaría más asociado a problemas de gestión.
De igual forma, para la investigadora del programa económico de Libertad y Desarrollo (LyD), Cecilia Cifuentes, para que se pueda llegar al 5% anunciado por Larraín, “necesariamente tiene que haber existido algún grado de subejecución en 2012”.
“Me parece bien que se haya gastado menos porque es algo necesario dado que hay un exceso de gasto privado es deseable que el gasto público haga política de contención, en ese sentido está bien, lo que no me parece es esta falta de transparencia, de como en septiembre se habla de una estimación de 6,4% y dos meses después se habla de 5%, cómo cambia la estimación tan radicalmente en tan poco tiempo”.
Una opinión similar tiene el economista de Nueva Economía, Hernán Frigolett, quien apunta a que al lograr reducir el crecimiento del gasto, se deja de ejecutar proyectos de inversión relevantes para el país. “Puede que haya una subejecución de gasto principalmente en Obras Públicas, por lo tanto, se dejaron de ejecutar proyectos de inversión que en el contexto actual de apreciación cambiaria, de costos de la energía y de incremento de las remuneraciones hacen que el país pierda competitividad”.
Finalmente, para el economista jefe de Banchile Inversiones, Rodrigo Aravena, el 5% “contribuye a mejorar las cuentas fiscales, si bien es un impulso adicional, seguimos viendo un déficit estructural lo cual creo que sí debe seguir siendo el foco de atención a la hora de hablar de política fiscal”.