Al decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAI Claudio Seebach, el apagón histórico que afectó a gran parte del país este martes lo sorprendió de regreso de vacaciones con su familia. Una vez instalado tras resolver los desafíos propios de una casa 100% eléctrica sin suministro, recibió incontables llamados de cercanos y personeros de distintos ámbitos para conocer su diagnóstico de la emergencia, a partir de su experiencia como ingeniero industrial eléctrico UC y master en Ingeniería de Stanford, sumada a su destacada trayectoria en el sector público –donde fue jefe de la División de Coordinación Interministerial del Ministerio de la Presidencia hasta 2014- académico y privado como expresidente del gremio Generadoras de Chile.
En medio del cruce de recriminaciones entre los distintas empresas y autoridades involucradas en la peor emergencia energética nacional en 15 años, Seebach es partidario de moderar la dinámica de emplazamientos mientras está en curso la auditoría instruida por Coordinador Eléctrico Nacional a la actuación de ISA InterChile, al software SCADA (que controla procesos industriales a distancia) y del sistema de comunicación de Transelec.
"La autoridad ministerial o la CNE debieran encargar una auditoría internacional, porque pedírsela a los propios incumbentes locales es un poco difícil".
“En lugar de buscar las responsabilidades y amenazar con las penas del infierno -un poco parecido a lo que ocurrió en el invierno pasado, cuando lo primero que dijo la autoridad es que iba a caducar la concesión de la empresa mientras todavía había gente sin luz- lo que la ciudadanía necesita es conducción para resolver el problema. Y eso, no exime las responsabilidades de nadie”, indicó.
Pero esa mirada no lo inhibe de formular reparos a las actuaciones durante el episodio y sus días posteriores. “La primera reflexión es que lo que más he visto es falta de conducción y comunicación, tanto durante el primer momento de la emergencia, como luego posteriormente en la búsqueda de aprendizaje y soluciones. Hay que recuperar una cultura de colaboración público-privada para resolver los problema a las personas. Eso, en parte, se ha dificultado porque hay muchos actores en la mesa y obviamente es más complejo, pero eso requiere más liderazgo”, señaló.
-En el conjunto de autoridades y entidades que intervinieron en las primeras horas de la crisis, ¿quién actuó acertadamente?
-La primera persona que salió comunicando fue el director ejecutivo del Coordinador Eléctrico Nacional, que hizo una vocería técnica muy buena. Lo hizo en un lenguaje un poco técnico, pero que igual se entendía, y que después no se volvió a repetir.
-¿Y quiénes están en la otra cara de su evaluación?
-La siguiente aparición fue la del ministro de Energía junto al Presidente, apuntando a las empresas. Faltó mucho más para establecer una cierta regularidad en la que alguien saliera a explicar cada una hora.
-En las autoridades, ¿existe un aprendizaje tras el corte de luz en Santiago en agosto pasado?
- Esta vez no fue como en el invierno pasado donde cayeron miles de árboles que hubo que remover durante días. Ahora había líneas disponibles, ya que si bien hubo una falla y se abrieron circuitos, a los 45 minutos ya estaban repuestos y no había daños, pero la gente no sabía si se estaba enfrentando a cinco horas o a cinco días sin luz; eso es posible de predecir, no con precisión, pero sí para dar un cierto margen. Entonces, un primer gran aprendizaje es que faltó conducción y faltó comunicación.
-Y para la búsqueda de responsabilidades, ¿de qué manera se debe conducir este proceso?
-La autoridad ministerial o la Comisión Nacional de Energía (CNE) debieran encargar una auditoría internacional, porque pedírsela a los propios incumbentes locales es un poco difícil. Pero así y todo, el Coordinador tiene responsabilidad de entregar toda la información de cómo operaba el sistema, los niveles de seguridad e identificar primariamente responsabilidades.
-Expertos señalan que el apagón evidencia problemas estructurales a nivel del sistema de transmisión, ¿tiene el mismo análisis?
-No veo problemas estructurales que hubieran ayudado a que necesariamente esta condición no hubiese ocurrido. Sí creo que se requiere un análisis en profundidad de aprendizaje qué funcionó y que no, pero es poco oficioso desgastarnos en apuntarnos con el dedo mutuamente. Pensemos en qué inversiones hay que hacer para una mayor resiliencia.
-También se señala que quedó demostrado que el sistema tiene una alta vulnerabilidad...
-Si la pregunta es si el sistema es o no precario, yo diría que no necesariamente en este apagón. Pero sí lo fue en los apagones que ocurrieron en agosto pasado, ya que nuestro sistema es profundamente precario en saber dónde y qué consumidor en Chile tiene cortada la luz; eso no podemos saberlo.
-La magnitud que tuvo la emergencia de esta semana, ¿debería ser la oportunidad para revisar el modelo institucional que regula a la industria?
-Probablemente sí. Una cosa importante es que la Comisión Nacional de Energía necesita una mayor independencia de la autoridad política de turno. Eso se ha planteado hace muchos años y sería parte de una regulación mejor porque -por ejemplo- para la autoridad política que tomó decisiones respecto de mantener bajas las tarifas, eso pasa por presionar en parte a la autoridad regulatoria. De esta forma, la autoridad regulatoria eléctrica podría sincerar las tarifas al nivel que realmente es el estándar que define la ley. Entonces, sí creo que la CNE requiere una mayor independencia del poder político.