En 2024 se vendieron cerca de 16 millones de autos nuevos en Estados Unidos, de los que casi la mitad (un 48%) fueron fabricados fuera de sus fronteras. En total, Estados Unidos importó el año pasado 7,68 millones de automóviles procedentes de otros países por un valor aproximado de US$ 219.490 millones, según datos de 'USImportdata'.
El principal país exportador de vehículos a Estados Unidos fue México, con el 22,8% de todos los automóviles importados en 2024. En total, EEUU adquirió 1,75 millones de vehículos ligeros fabricados en México, que será el mayor perjudicado por los aranceles del 25% a todos los vehículos no fabricados en Estados Unidos anunciados el miércoles por Donald Trump.
Japón será otro de los grandes perjudicados por las medidas proteccionistas del Presidente americano. Fue el segundo exportador de vehículos ligeros a Estados Unidos con el 18,6% de todos los autos importados en 2024 y cerca de 1,43 millones de unidades. Corea del Sur completa el podio de los países exportadores de vehículos con el 17,3% y un total de 1,33 millones de unidades.

Canadá se sitúa en cuarto lugar con el 12,9% de los autos importados y 990.000 unidades, mientras que Alemania ocupa la quinta posición con el 11,7% y 898.000 vehículos. Alemania es el país de la Unión Europea más expuesto a la imposición de aranceles a los vehículos no fabricados en suelo estadounidense.
Reino Unido, con el 4,5% de los vehículos importados y unas 345.000 unidades en 2024, ocupa la sexta posición. Le sigue Eslovaquia con el 2,9% y 222.700 unidades, mientras que Italia y Suecia aportan el 1,8% de los vehículos importados: unos 138.200 vehículos cada uno.
China, la obsesión de Musk
China completa la lista de los 10 principales exportadores de automóviles a EEUU con una cuota del 1,7% y 130.500 vehículos. Aunque es una cifra pequeña, los fabricantes chinos están ganando terreno rápidamente y son los que más preocupan al cofundador y CEO de Tesla, Elon Musk, debido a su enorme capacidad para producir vehículos eléctricos con tecnología avanzada y a precios asequibles.
Por marcas, la principal perjudicada por los aranceles de Trump será, curiosamente, uno de los mayores fabricantes de automóviles de Estados Unidos, General Motors, que produce vehículos de marcas tan americanas como Chevrolet, GMC, Cadillac y Buick. General Motors importó 750.000 vehículos a EEUU en 2024, la mayoría de ellos fabricados en México y Canadá. Los principales modelos importados de GM son el Chevrolet Silverado, el GMC Sierra y el Chevrolet Equinox.
Fabricantes japoneses y coreanos
Con 657.000 vehículos importados en 2024, la filial norteamericana de Toyota es la segunda gran perjudicada por los aranceles de Trump. Muchos de los vehículos de Toyota que se comercializan en Estados Unidos se fabrican en Japón, aunque el gigante asiático también tiene fábricas en México y Canadá, donde produce modelos tan importantes como el RAV4, el Corolla y el Camry.
Otra marca japonesa, Mazda, ocupa la tercera posición en la lista de los principales exportadores de vehículos a EEUU. En concreto, la división estadounidense de Mazda Motor Corporation fue responsable de la importación de 640.000 vehículos en 2024, entre los que destacan modelos como el Mazda3, el CX-5 y el CX-30, algunos de ellos fabricados en México.
La coreana Hyundai Motor Company también tiene un enorme peso en el mercado estadounidense con 600.000 vehículos importados en 2024 de modelos como el Elantra, el Tucson y el Santa Fe. Muchos de estos vehículos se fabrican en México.
Otra marca coreana, Kia Corporation, exportó 580.000 vehículos a EEUU en 2024 a través de su filial norteamericana. Sus principales modelos enviados son el Kia Soul, el Kia Sportage y el Kia Sorento, algunos de ellos fabricados en México.
La filial estadounidense de Nissan importó otros 550.000 vehículos de modelos como el Altima, el Rogue y el Sentra, algunos de ellos fabricados en México, mientras que Subaru of America importó 400.000 vehículos de modelos como el Outback, el Forester y Crosstrek, muy populares en Estados Unidos.
Fabricantes alemanes
El Grupo Volkswagen es el fabricante europeo más afectado por los aranceles de Donald Trump a la importación de automóviles. La filial norteamericana de Volkswagen importó 500.000 vehículos en 2024 de modelos como el Jetta, el Tiguan y el Passat.
"Con cuatro de sus cinco modelos más vendidos en EEUU fabricados en plantas mexicanas, el Grupo Volkswagen es el fabricante de automóviles más expuesto a la imposición de aranceles a los vehículos importados", asegura Felipe Muñoz, analista global de Jato Dynamics.
A Volkswagen le sigue BMW of North America con 450.000 vehículos importados en 2024 de modelos como el Serie 3, el X5 y el X3, mientras que Mercedes-Benz USA importó 430.000 vehículos del Clase C, el GLE y el Clase E, entre otros.
Aunque muchas de estas marcas tienen fábricas en Estados Unidos, la mayoría de los vehículos que comercializan en el mercado norteamericano se producen en plantas de México, Japón, Corea del Sur, Canadá y Alemania.
Tesla, sin fábrica en México
Uno de los grandes beneficiados por los aranceles de Trump es la estadounidense Tesla, que sólo tiene dos fábricas de autos fuera de Estados Unidos (Berlín y Shanghai), aunque la mayoría de vehículos eléctricos que comercializa en EEUU se fabrican en las gigafactorías de Fremont (California) y Austin (Texas). Las plantas de Alemania y China se encargan de abastecer, principalmente, al mercado europeo y asiático.
El CEO de Tesla, Elon Musk, paralizó en 2024 el proyecto de construcción de una nueva fábrica en México, concretamente en Monterrey (Nuevo León). La decisión se anunció pocos meses antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024, en las que Trump logró la victoria frente a la candidata demócrata Kamala Harris.
Los aranceles de Trump probablemente se traducirán en un aumento del precio de los vehículos para los consumidores, con subidas estimadas entre 3.500 y 10.000 dólares por vehículo, dependiendo de la marca y el modelo. Dichos aumentos podrían producir una disminución de la demanda, lo que provocaría una caída de las ventas, reducir el empleo en el sector y frenar inversiones.