Hace prácticamente seis meses Alberto Salas presidió por primera vez el comité ejecutivo de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), instancia que reúne a los líderes empresariales de las principales ramas de la economía chilena. Y uno de sus emprendimientos iniciales, como fue la creación de la Comisión de Productividad, en las últimas semanas ya activó un plan de trabajo de cara a hacer propuestas concretas en este terreno de aquí a fin de año.
Bajo la tutela del empresario Rafael Guilisasti, la comisión cuenta con un directorio de 12 reconocidas figuras del mundo de los negocios, como Carlo Solari, Bernardo Larraín y Jorge Marshall. De acuerdo a la hoja de ruta, se convocaron nueve mesas técnicas, cada una con un tema específico. Así, un centenar de expertos se reúne semanalmente para avanzar en tópicos como la participación laboral femenina, juvenil y del adulto mayor; el desarrollo de competencias de capital humano; infraestructura y energía; la simplificación de trámites y modernización del sector público; e innovación, entre otros.
Una definición que no fue al azar, sino que se fundamentó en distintos rankings e índices de competitividad que dan cuenta de las áreas donde Chile está al debe.
"Cada una de las mesas, a partir de un informe realizado por McKinsey y el aporte de sus miembros, elaborará un diagnóstico y propuestas, con el objetivo de mejorar la productividad con el foco puesto en el mayor bienestar de las personas", explica la directora ejecutiva de la Comisión de Productividad, Joanna Davidovich.
Los encuentros comenzaron a fines de agosto y se extenderán hasta octubre. Así, se elaborará un informe que incluirá un diagnóstico seleccionando indicadores relevantes en cada tema, propuestas de mejoras de productividad adecuadas a la realidad chilena y una ficha cualitativa de impacto versus facilidad de implementación de las medidas sugeridas, diferenciando entre iniciativas que requieren o no proyectos de ley.
Todo un insumo que bien podría calzar con la comisión del mismo nombre que anunció hace unos meses el gobierno. De hecho, Guilisasti fue invitado a sumarse al trabajo convocado por el Ejecutivo. "Desde la CPC vimos la urgencia que tiene Chile de pensar el modo de aumentar la productividad como un tema país para darle mayor bienestar a las personas. Por eso, es una buena noticia que el gobierno también haya creado su propia instancia, y así sumemos esfuerzos y trabajemos de manera constructiva pensando en el largo plazo", explica Davidovich.
¿Por qué importa?
Si en los años '90 el Producto Interno Bruto (PIB) saltó hasta niveles promedio de 6,1%, después de la crisis asiática la historia nunca pareció volver a ser la misma y en el último año incluso ha bajado a niveles de 2%.
Parafraseando al ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, los resultados ya no son tan buenos ni por "transpiración" ni "inspiración". Es decir, el país ha logrado crecer haciendo lo mismo, pero con más gente y más máquinas, y no haciendo cosas distintas o de mejor manera, o sea, no mejora la productividad o, incluso, ha caído.
"Para volver a tasas del 5,5% que cambiaron la calidad de vida de las personas en Chile en los últimos 25 años, requerimos inversión, trabajo y productividad. En los años de alto crecimiento, la productividad aportaba cerca de un tercio de ese crecimiento; en la última década aportó muy poco o incluso restó, según las distintas mediciones", argumenta Davidovich.
Destaca que "de acuerdo al último Informe de Política Monetaria (IPoM) para lograr un crecimiento potencial de 3,5% se requieren aumentos de productividad de 1% anual. Si no logramos salir del estancamiento en la productividad y hacerla crecer al 1% por año, nuestro crecimiento potencial bajaría a tasas cercanas al 2,5% anual".
La economista agrega que en el contexto económico actual toma aún más fuerza la necesidad de marcar un punto de inflexión en esta materia. "Frente a un escenario mundial complejo, con mayor incertidumbre y precios de los commodities más bajos, se torna crucial la mayor productividad, vía espacios de mayor eficiencia, mejores competencias del capital humano, mejor marco regulatorio, y un clima propenso a la innovación y mayor competencia".
Cinco reportes internacionales sirvieron de base para el trabajo
1 Según el Índice Global de Competitividad del World Economic Forum, Chile está relativamente bien ubicado, pero se ha mantenido estable en los últimos años, sin lograr mejoras relevantes en competitividad. Muestra un buen desempeño, en general, en entorno macroeconómico, en instituciones, en desarrollo del mercado financiero, y tiene claros desafíos en educación y salud primaria, así como en la eficiencia del mercado laboral y en la sofisticación de los negocios en innovación. Destacan aún como necesidades importantes: participación laboral femenina, altos costos de despido, calidad de infraestructura en general, calidad de la educación primaria, calidad de la educación matemática y científica, número de procedimientos para empezar un negocio, capacidad general de innovación, gasto en las empresas en investigación y desarrollo, costos del crimen para los negocios, entre otros.
2 El ranking del Doing Business del Banco Mundial analiza algunos indicadores para comparar las regulaciones en 185 países y establecer la facilidad para realizar negocios en cada uno. En el informe 2015, Chile está relativamente bien ubicado, en el puesto 41, pero dejó de mejorar y dejó de liderar en Latinoamérica, quedando por debajo de Colombia, Perú y México. Ese ranking identifica desafíos relevantes en cómo salir de la insolvencia, obtención de créditos, obtención de permisos de edificación y tiempo y número de procedimiento para hacer cumplir los contratos.
3 International Institute for Management Development (IMD) concluye que Chile está ubicado este año en el lugar 35 entre 61 países. Muestra desafíos en infraestructura, productividad y flexibilidad laboral, capacitación, investigación y desarrollo.
4 El Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial da cuenta de desafíos en áreas como calidad de la infraestructura relacionada con el comercio y el transporte así como la eficiencia en costos y tiempos de embarques a precios competitivos.
5 El reciente estudio de la OCDE "Going for growth" establece como prioridades de política en Chile promover la participación laboral femenina, alivianar la regulación laboral, reducir las indemnizaciones laborales y extender el seguro de desempleo, así como mejorar la educación y la capacitación. Además recomienda el fortalecimiento de la competencia, la eliminación de barreras regulatorias y el exceso de trámites para el emprendimiento, así como promover el esfuerzo de la innovación en las empresas.