Director del Centro de Innovación UC-Anacleto Angelini: "Hay que mirar la I+D más allá del ciclo económico o político”
Señala que el país puede llegar a gastar el 1% como porcentaje del PIB, pero puede tardar años, hasta décadas.
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La semana pasada se dieron a conocer los resultados preliminares de la Encuesta de Gasto y Personal en Investigación y Desarrollo (I+D) 2017, que entre las principales conclusiones arrojó una baja de 1,5% real en el gasto total del país en este ítem, situando la inversión en I+D en 0,36%.
El director del Centro de Innovación UC-Anacleto Angelini, Conrad Von Igel, al analizar los resultados, comenta que no es la cifra lo que debe preocupar, -que viene bajando desde 2013- sino “por qué no logramos ponernos de acuerdo para revertir esa situación”.
“Los países que han logrado cambiar de manera importante la tendencia en el gasto en Investigación y Desarrollo, han tomado medidas bastante profundas y las han sostenido durante décadas, no un par de años ni de un ciclo de gobierno”, afirma.
-¿Qué medidas hay que tomar para revertir las cifras?
-Desde el fomento a la I+D, medidas orientadas a generar niveles de competitividad que exigen grados de innovación basados en ciencia y tecnología importantes, pero aún más, economías que han sido capaces de generar ciclos económicos, sobre todo, ciclos empresariales que están orientados a la incorporación de ciencia y tecnología a las soluciones de mercado. Y eso es algo que no hemos logrado. Se requiere una combinación de políticas públicas con la manera en que las empresas han reaccionado a los incentivos. En todos esos ámbitos, más que fallar, hemos estado bastante estáticos y poco propositivos y creativos.
-La principal explicación de la baja fue la caída de 12% del gasto empresarial. ¿Cómo se explica?
-Es mejor mirar las cifras en términos de tendencias que en datos puntuales de cada año. Cuando uno mira el gasto, si separamos la I+D en investigación básica, aplicada y desarrollo tecnológico, debiéramos esperar que el gran gasto empresarial sea en desarrollo tecnológico, que es lo que se observa en los países avanzados de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) como Corea, Israel o Finlandia. La preocupación mayor es que desde 2013 el gasto en desarrollo tecnológico del país ha crecido cero. Y eso se condice con que el gasto empresarial en I+D, en su conjunto, también ha crecido muy poco.
-¿Y cuáles son las razones? ¿Falta instalar capacidades, capital humano, ciclos económicos a la baja como se ha mencionado?
-Es una combinación de factores y cambiarlo nos va a tomar años, décadas. Las empresas están comenzando a entender aspectos básicos de innovación y la I+D es una parte de la innovación basada en nuevo conocimiento, desarrollo de nuevas tecnologías, es una innovación más compleja, por lo tanto, debiese tener un desfase respecto de la innovación más amplia, de modelos de negocio, diseño, aspectos más cercanos a la cultura empresarial más tradicional. Los efectos de lo que ha sido la inversión del Estado, y del sector privado, en un ajuste cultural y en mejorar el management se van a ver más adelante. Hoy vemos que aquellas industrias que históricamente han invertido en I+D tuvieron un ciclo al alza, y aquellas, contadas con los dedos de la mano, que han creado capacidades tanto de recurso humano como de laboratorios, están llegando a su capacidad. Y vemos también que hay concentración. Hoy hay cinco empresas que hacen un cuarto de la I+D y 20 que hacen casi la mitad y eso no ha variado en el tiempo. No puede ser así.
Cambios a la Ley de incentivo a la I+D
-¿Y la Ley fomento a la I+D, ha tenido algún impacto?
-En la ley puede haber algunos sesgos, pues hay empresas que haciendo I+D, no la quieren utilizar por distintos motivos. Como lo dice también la encuesta, hay muchas empresas que la desconocen, y es lamentable que no hayamos tomado más medidas para revertir ese desconocimiento o que no hagamos las análisis y modificaciones necesarias a la ley para entender si estamos con trabas burocráticas o administrativas, por ejemplo, aspectos de coordinación con el Servicio de Impuestos Internos (SII), que a veces puede ser un factor que genera temor a las empresas para que decidan no utilizarlo.
-La esta ley está en reformulación y está previsto que el gobierno la ingrese al Congreso este semestre. ¿Qué debería incluir?
- Partamos por lo higiénico. Hay empresas que por distintos motivos, incluso comunicacionales, no están usando la ley, porque piensan que eventualmente podría haber problemas con el SII; hay que despejar esas dudas. No puede ser que tengamos una política de Estado que ha continuado durante muchos gobiernos, en la cual le estamos diciendo a la ciudadanía y al sector empresarial que ocupe una ley para hacer más I+D,y por otro lado, tengamos un servicio o una ley, que de una u otra manera desincentiva hacerlo. Hay que alinearlo.
Emprendimientos al alza
-La encuesta también da cuenta de un aumento de microempresas y startups que realizan I+D, pero hasta hoy es el Estado el que lleva el peso del financiamiento.
-En términos relativos el Estado invierte más que las empresas en relación con la OCDE. Tenemos que encontrar una fórmula en la que no sólo sea el Estado el que ponga esos recursos, a través de capital semilla u otros incentivos, para que el sector privado realice un aporte mayor, no sólo las grandes empresas, sino los fondos de inversión, de capital de riesgo, que al invertir en startups de base científica-tecnológica están invirtiendo en I+D. Y ese es un elemento que hay que promover.
-En otro ámbito, la investigación básica cayó un 3%y la aplicada se incrementó en un 10%.
-En términos relativos, la noticia más dramática no es la puntual de esta encuesta, sino la tendencia que estamos viendo desde hace cuatro o cinco años, donde el gasto y la ejecución de las empresas no crece al ritmo que debiera. Hay que invertir más como país en investigación básica, pero también hay que mover ciertas palancas para que sea realmente el desarrollo tecnológico asociado a las investigaciones básicas y aplicadas el que termine siendo el motor que tira el gasto.
-Actores del ecosistema estiman que Chile debe gastar, al menos, un 1% del PIB en I+D. ¿Es viable?
-Vamos a avanzar en estas materias cuando logremos transformarlo en una aspiración país. Por un lado, requiere transformaciones profundas a todo nivel, culturales, sociales, políticas, que comprendamos su relevancia y dejemos de verlo como un fenómeno que se resuelva en un período de gobierno. Es factible llegar a esa cifra. Hay dos o tres casos en el mundo, excepcionales, que han logrado rápidamente multiplicar por dos o tres su gasto en I+D. Pero hay estudios de economistas que señalan que a los países que lo han logrado les ha tomado entre una y dos décadas dar el salto. Se puede imaginar que en una década, a lo más, se puede triplicar lo actual para llegar al 1%.