Alice Weidel: la ex analista de Goldman que lidera la extrema derecha alemana
Candidata de AfD a canciller, usa conferencias del partido para intentar aprovechar la ola que impulsa al poder a los populistas en Europa y Estados Unidos.
Por: Financial Times | Publicado: Sábado 18 de enero de 2025 a las 04:00 hrs.
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Alice Weidel no podría haber esperado un mejor escenario para su coronación como candidata a canciller del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Recién salida de una charla en línea muy comentada con su nuevo fan, Elon Musk, agradeció al director ejecutivo de Tesla por transmitir en vivo la conferencia de AfD en X. “¡Libertad de expresión!”, proclamó en inglés, antes de lanzar un encendido discurso antiinmigración. El cortejo de Weidel al hombre más rico del mundo es parte de un esfuerzo por aprovechar una ola populista global que impulsó a Giorgia Meloni al poder en Italia en 2022, al Agrupamiento Nacional de Marine Le Pen a una victoria en primera vuelta en las elecciones francesas el verano pasado y entregó la reelección de Trump en noviembre. Los miembros de alto rango del AfD también están entusiasmados por el avance histórico de la extrema derecha en Austria, donde la semana pasada el líder del Partido de la Libertad recibió la oportunidad de formar Gobierno. “Esto forma parte de un movimiento tectónico en las democracias occidentales”, afirma Andreas Rödder, historiador de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia. “El péndulo se mueve hacia la derecha”, indica. El AfD ha cosechado una serie de éxitos. En junio quedó en segundo lugar en las elecciones europeas y el otoño pasado obtuvo hasta un 33% en los votos regionales; un sólido desempeño en tres estados del este (entre ellos Sajonia, donde se encuentra Riesa), incluso después de las acusaciones sobre vínculos entre altos miembros del partido y el espionaje ruso y chino. Las encuestas sugieren ahora que la AfD -que critica a los musulmanes, la cultura “woke” y quiere levantar las sanciones a Rusia- está en camino de conseguir su primer segundo puesto en las elecciones federales del 23 de febrero, con un récord del 20% de los votos. Weidel, de 45 años, no encaja en el estereotipo de una radical de derecha. Está casada con la productora cinematográfica suiza nacida en Sri Lanka, Sarah Bossard, con quien vive junto con sus dos hijos adoptados en Suiza. Después de graduarse, trabajó como analista para Goldman Sachs en Frankfurt y más tarde escribió una tesis doctoral sobre el sistema de pensiones chino.
Los analistas ven a Weidel como un intento del partido de presentar una imagen más agradable al público, en un país donde muchos aún dan importancia a evitar repetir los errores que llevaron al oscuro pasado nazi. En entrevistas de televisión o en videos en TikTok, su apariencia es a menudo deliberadamente más suave que la de algunos de los radicales de su partido. Pero no se vio mucho de su lado más alegre durante su discurso de 20 minutos en Riesa, donde apeló a los fieles del partido criticando a la “turba izquierdista” de manifestantes que retrasó el inicio de la conferencia durante dos horas. Ella adoptó el término altamente controvertido de “remigración”, mientras prometía “deportaciones a gran escala de inmigrantes” y criticó una serie de ataques en los últimos años por parte de inmigrantes y solicitantes de asilo. Muchos vieron su lenguaje incendiario como una concesión al agitador Björn Höcke, quien llevó al partido a la victoria en las elecciones regionales en el estado oriental de Turingia en septiembre y ha sido condenado por invocar el lenguaje nacionalista de las tropas de asalto de Adolf Hitler. En el último intento del partido de hacer referencia a la era nazi sin infringir la ley, otro jefe regional del partido animó a la multitud a corear “Alice für Deutschland”, un juego de palabras con el eslogan prohibido “Alles für Deutschland”, que significa “todo para Alemania”. Quienes conocieron a Weidel durante su etapa en las finanzas hace dos décadas tienen dificultades para reconciliar a esa mujer con la líder de extrema derecha de hoy. La personalidad política de Weidel es la de un conservadurismo cuidadosamente controlado. Lleva camisas blancas impecables, a menudo con perlas, y el pelo recogido en un moño bajo y ordenado. Sostiene que su partido no es de extrema derecha, sino más bien liberal conservador. Cuando se le pidió que explicara la aparente incongruencia entre su vida privada y la oposición de su partido a la “ideología de género y progresista” en 2023, dijo: “No soy queer. Simplemente estoy casada con una mujer que conozco desde hace 20 años”. O, como dijo un alto funcionario del partido: “Ella es simplemente gay por biología, pero no por convicción política”. Kay Gottschalk, miembro del parlamento de AfD que conoció a Weidel cuando ella se unió al comité ejecutivo nacional en 2015, dijo que era "perfecta" para llegar a grupos en los que el partido tradicionalmente ha tenido un desempeño inferior, incluidas las mujeres. Sus críticos advierten que se trata de una actuación. El colíder de los socialdemócratas gobernantes, Lars Klingbeil, la ha descrito como "un lobo con piel de oveja". Los analistas e incluso algunos aliados de la AfD sostienen que, aunque el partido parece dispuesto a duplicar su apoyo desde el 10% en las últimas elecciones federales de 2021, Weidel solo puede atribuirse parte del mérito. El profundo descontento público con la decisión de 2015 de Angela Merkel de recibir a aproximadamente un millón de inmigrantes y solicitantes de asilo, ayudó a la AfD a expandirse desde sus orígenes en 2013 como un partido de un solo tema, opuesto al euro. La profunda impopularidad de la coalición tripartita del canciller del SPD, Olaf Scholz, que se desmoronó en noviembre, también ha sido vital para atraer nuevos votantes a la AfD. Asimismo, han ayudado las actitudes tidbias el favorito electoral, el líder demócrata cristiano Friedrich Merz, así como la angustia generalizada por el estancamiento de la economía y el futuro de la industria manufacturera alemana. Weidel, que ha sido colíder de AfD desde 2019, también ha demostrado ser una superviviente en un grupo conocido por sus luchas internas. Expertos dicen que ha sabido gestionar hábilmente el flanco radical del partido. Por muy bien que se desempeñe, el partido casi no tiene esperanzas de tomar el poder en Berlín después de las elecciones del próximo mes, debido al “cortafuegos” erigido por los principales partidos alemanes, que han descartado formar una coalición con la AfD. Así, están a la espera de las próximas elecciones, previstas para 2029, cuando anticipan que un resultado aún más fuerte pueda obligar a otros partidos a abandonar su resistencia a cooperar. Se inspiran especialmente en Herbert Kickl de Austria, a quien el Presidente del país le pidió la semana pasada que formara un Gobierno después de que los intentos de los partidos centristas de formar una coalición que excluyera a su Partido de la Libertad fracasaran. “Parece un patrón que están explotando”, dijo Rödder. “Señalan a Austria para decir: ‘En cuatro años será Alemania’”.