WOM: las aristas que se abren si la reorganización se trae a Chile
Los bonistas estiman que en seis meses podría estar resuelta la reorganización en el país, con montos más aterrizados, costos que podrían llegar a una fracción de lo que costaría el proceso en EEUU. Mientras por el lado, ya algunos interesados comienzan a hacer sus apuestas por la empresa.
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El 20 de mayo es un día clave para WOM. Ese día la Corte de Quiebras del Distrito de Delaware, resolverá si la compañía se mantiene en el proceso del Capítulo 11 o si la causa finalmente se trasladará a Chile, como lo solicitaron un grupo de bonistas el pasado 23 de abril.
Ese día un grupo de acreedores valistas que agrupa a BlackRock, Lemanik, Franklin Resources, Credit Agricole y Moneda Asset Management –por nombrar a los cinco principales acreedores de esta categoría- presentaron ante la Corte una solicitud de sacar a WOM del Capítulo 11 y trasladar el proceso de reorganización a Chile, argumentando que la compañía es chilena, con operaciones 100% en el país, y que si llevó su proceso de reorganización a Estados Unidos fue para tratar de mejorar una posición negociadora del accionista final, el fondo Novator, que es liderado por Thor Björgólfsson.
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Largas negociaciones
La definición de la corte estadounidense, marcará un nuevo hito en un largo proceso de renegociación, que partió en 2023 con la contratación del banco Rothschild & Co y que tuvo su climax el pasado 1 de abril cuando la compañía de telecomunicaciones, anunció que se había acogido al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
La razón central de esta movida estaría en que los accionistas de WOM vieron en el Capítulo 11 una oportunidad para acceder a un Debtor-in-Posession (DIP) Financing cuantioso (US$ 200 millones del JP Morgan) y obtener beneficios para Novator que no estarían disponibles si la causa se hubiera llevado en Chile.
En Estados Unidos, un proceso de reorganización puede ser gestionado por el deudor de una forma que le entregue a la empresa una posición negociadora que termine perjudicando a los acreedores valistas, forzando la rebaja de la deuda o aumentos de capital con un valor dilutivo, y todo ello sin necesitar que todos los acreedores estén de acuerdo, de modo que no es descartable que evitar esa salida perjudicial sea parte de los motivos de la posición de los acreedores.
Esos serían los principales temores de los bonistas, y que en el último tiempo se han acrecentado a medida que han ido conociendo sobre la historia empresarial de su principal accionista y que hoy hace sentido cuando se observa todo lo que ocurrió a inicios de este año.
En marzo, WOM llamó a los bonistas para financiar las acreencias que estaban por vencer por unos US$ 340 millones. Los acreedores se sentaron con el ex CEO, Chris Bannister, a quien le presentaron ofertas de refinanciamiento buscando una salida y evitar la judicialización.
WOM les prometió que parte de las acreencias serían financiadas con recursos que inyectaría el accionista, de lo cual después se retractaron días después, argumentando que habían recibido indicaciones desde Londres –centro de operaciones de Novator- de que no habría aportes de capital.
Pese a todas estas idas y venidas, los bonistas estuvieron dispuestos a inyectar nuevos recursos. En eso estaban cuando fueron sorprendidos con la noticia de que WOM había solicitado el Capítulo11.
Esa definición encendió las alertas entre los acreedores valistas, quienes ven irracional la decisión de llevar el tema a Estados Unidos.
No son los únicos que la han cuestionado. En una reciente comisión especial en el Senado para discutir la situación de WOM, el senador Juan Luis Castro (PS) y miembro de la Comisión de Transporte y Telecomunicaciones le preguntaba a Subtel: ¿Qué hace WOM en Delaware?
Las razones económicas para traer el proceso al país
La solicitud de los bonistas en Delaware da luces acerca de las razones que los mueven a impulsar que el proceso de reorganización se venga a Chile.
Que todos los activos de la compañía estén en el país y que el 100% de sus operaciones se lleven a nivel local son parte de los motivos.
También, que la Ley de Insolvencia chilena es “robusta” y estaría preparada para afrontar estos casos y que una compañía tan involucrada con el Gobierno debiera llevar su proceso en Chile frente a un tribunal local, además que para los efectos de poder aprobar los acuerdos, se requiere de un quórum de dos tercios de los acreedores.
A esto se suma que el procedimiento en el país es mucho más corto. En Estados Unidos se ha hablado de un lapso de un año y medio, mientras que en Chile la ley pone un plazo máximo de 180 días hábiles para citar a junta de acreedores y votar la propuesta de reorganización.
Los bonistas también han planteado que el costo del proceso sería muchísimo más barato. Para ello comparan los cobros por asesorías legales entre Chile y Estados Unidos, además de otros gastos que suponen llevar un caso eminentemente chileno a otra jurisdicción.
Otro tema es el DIP. Los bonistas en su solicitud indican estar disponibles a poner los recursos para el caso en Chile, por lo que no habría razón para permanecer en Estados Unidos. Ellos estiman que en seis meses podrían tener resuelta la reorganización, con montos más aterrizados, costos que podrían llegar a una fracción de lo que costaría el proceso en Estados Unidos, en tiempos más acotados, con un plan que sea acorde a los flujos de WOM y que permita en el tiempo pagar más y más rápido a los acreedores.
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Los otros caminos abiertos
Mientras todos los ojos están puestos en lo que se definirá en Estados Unidos, en Chile se observa qué rol jugará Subtel en este tema.
La Comisión de Transporte y Telecomunicaciones del Senado acordó oficiar a la Superintendencia de Insolvencia y, el senador Castro invitó a la Cámara a iniciar una comisión investigadora. WOM ya ha planteado abandonar algunas concesiones “en desuso” ante la Corte en Delaware y el mercado se pregunta sobre qué rol tomará el regulador. Si la reorganización se queda en Estados Unidos, Subtel queda en una posición compleja, de tener a una empresa a la que entregó concesiones de servicio público, en manos de lo que resuelva un juez norteamericano.
Por ello, el regulador local está atento a lo que suceda el 20 de mayo. Mientras tanto, se prevé que la próxima semana, la autoridad convoque al nuevo CEO de WOM, Martín Vaca, a una nueva reunión en sus dependencias.
La segunda semana de abril, Subtel ya se juntó con el ejecutivo a quién le dio un plazo de un mes para tener una ronda de negociaciones con sus acreedores, lapso que se está cumpliendo por estos días.
Mientras tanto en el mercado se comienza a especular sobre quienes se han acercado a la compañía con la intención de comprarla una vez que tenga resuelta su reestructuración financiera. El asunto es que las ofertas no estarían a la altura de lo que busca Thor Björgólfsson. ¿Quiénes son los interesados?, se habla de Claro, la operadora saudí de telecomunicaciones STC y Millicom.