Casen 2022: tres de cada 10 ocupados no cotiza y situación llega a 56,9% en el quintil de menores ingresos
Un Informe del Instituto UNAB de Políticas Públicas reveló que la situación en personas de mayores ingresos es de 14,59%.
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La densidad de cotización en Chile es cercana al 50%. En términos simples, significa que las personas cotizan, en promedio, la mitad de su vida laboral.
Lo anterior es reflejo de lagunas previsionales, las que se dan por diferentes motivos; períodos de cesantía; labores de cuidado que impiden trabajar, sobre todo en el caso de las mujeres; y la informalidad laboral.
La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) 2022 reveló además una preocupante realidad respecto a quienes no cotizan. Según un estudio del Instituto UNAB de Políticas Públicas en base a datos de la Casen, tres de cada 10 ocupados (29,05%) no cotizan en el sistema previsional. En tanto, el 67,79% sí lo hace y un 1,16% declara no saber si está cotizando o no.
Del informe se desprende que existe una mayor dependencia de la PGU entre quienes provienen de niveles socioeconómicos de menores ingresos.
La investigadora y economista del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Francisca Espinoza.
El informe advirtió que el escenario es más complejo en aquellas personas que pertenecen a los quintiles de menores ingresos.
Así, un 56,94% de la población ocupada del primer quintil (perteneciente al 20% de menores ingresos), declaró no cotizar para su pensión, lo que contrasta con el 14,59% de los del quinto quintil (20% de mayores ingresos) que respondió no ahorrar.
En tanto, en el segundo quintil 30,57% no cotiza; en el tercero el 30,39% no lo hace; y en el cuarto, el 23,14% declara que no ahorra.
Lagunas previsionales
La tendencia de mayores tasas de cotización en las personas mayores remuneradas versus aquellas que perciben menores ingresos, que cotizan menos, persiste desde 1990 y pese a las políticas públicas implementadas desde esa fecha la situación no ha cambiado con los años.
La investigadora y economista del IPP UNAB, Francisca Espinoza, señaló a DF que, en el contexto del debate actual sobre la reforma de pensiones, las lagunas previsionales han sido identificadas como las principales determinantes de las bajas pensiones.
“Es especialmente preocupante el bajo nivel de cotización de la población ocupada de los quintiles de menores ingresos, el cual se ha mantenido desde la década de los ‘90, ya que afectará negativamente los recursos que obtendrán en sus futuras pensiones”, dijo.
Dado este escenario, la economista manifestó que “es fundamental que la discusión previsional explore medidas que apunten a aumentar las cotizaciones de los afiliados y la formalización del mercado laboral”.
Situación en regiones
Por regiones, la mayor cantidad de personas que no cotizan es en Los Ríos; Arica y Parinacota; y Coquimbo, con 38,11%, 36,53% y 35,37%, respectivamente. En tanto, en Magallanes, Antofagasta y O’Higgins los ocupados presentan mayores tasas de ahorro para su pensión.
El rol de la PGU
El informe también abordó la situación de la población en edad de jubilación. Más de la mitad de las personas en dicha edad (mujeres de 60 años o más y hombres de 65 años o más) se encuentra en los dos primeros quintiles de ingreso autónomos.
En tanto, solo el 16% pertenece al quinto quintil.
Respecto a los ingresos percibidos por las personas en edad de jubilar, los datos muestran que el porcentaje de personas que declaró recibir una jubilación o pensión de vejez -con o sin APS o PGU-, es de 70,6%. .
Específicamente sobre la Pensión Garantizada Universal (PGU), un 70,92% de los mayores de 64 años afirmó recibir el beneficio (58,79% para los hombres y de 79,53% en el caso de las mujeres).
De este total, un 79,14% declaró que la PGU es su único ingreso por pensión, mientras que un 20,61% dijo que es un complemento a su pensión. En tanto, un 67,15% de los hombres que reciben la PGU aseguró que es su único ingreso, mientras que en las mujeres el 85,43% mencionó esa situación.
Según el informe, existe una mayor dependencia a la PGU entre quienes provienen de niveles socioeconómicos de menores ingresos, donde nueve de cada10 personas mayores de 64 años del primer quintil que señaló recibir la PGU, contestó que es su único ingreso por pensión. En tanto, para el quinto quintil, este porcentaje cayó a 57,5%
“Las diferencias recién presentadas muestran justamente cómo la PGU ayuda a compensar a las mujeres, en cierta parte, por las diferencias generadas en el mercado laboral que resultan en menores recursos e inseguridad económica en la vejez”, manifestó Espinoza.