El presidente de EE.UU., Barack Obama,
promulgó hoy el plan de estímulo económico aprobado la semana pasada
en el Congreso, dotado con cerca de US$ 790.000 millones, y
al que considera una herramienta vital contra la crisis.
En una ceremonia en Denver (Colorado), Obama declaró que el plan
de estímulo es "ambicioso", "de gran alcance" y cuenta "con un gran
apoyo". El plan de estímulo "marca el principio del fin" de la crisis y
permitirá crear empleos y aportar "alivio a las familias", sostuvo
el mandatario.
"Hemos comenzado el trabajo esencial de mantener vivo el sueño
americano en nuestra época", declaró el gobernante estadounidense,
que con la entrada en vigor de esta ley se apunta un importante
triunfo político.
La medida, que tan solo recibió el apoyo de tres senadores
republicanos en todo el Congreso de EE.UU., destina cerca de US$ 275.000
millones a recortes de impuestos y cerca de medio billón
de dólares a proyectos de infraestructuras, energía y educación.
La prioridad concedida a proyectos de energía y educación ha sido
una preferencia directa del presidente, que considera que la lucha
contra el cambio climático será uno de los temas de preponderancia
en los próximos años.
"Lo que hoy firmo es un plan equilibrado con una mezcla de
recortes fiscales y de inversiones", y es un plan que "se pondrá en
marcha con un nivel de transparencia y de rendición de cuentas sin
precedentes", destacó.
El presidente, que optó por celebrar la firma más importante de
su mandato hasta el momento alejado de Washington, para promover el
plan entre los ciudadanos de a pie, recordó también que la
legislación aprobada hoy representa tan solo "una parte" de la
estrategia contra la crisis económica.
"Necesitamos estabilizar, reparar y reformar nuestro sistema
bancario, y conseguir que el crédito vuelva a fluir para las
familias y las empresas", añadió Obama, quien resaltó la importancia
de una reforma del sistema regulatorio y de atajar la crisis
inmobiliaria.
Obama recordó que "nada de esto será fácil" y serán necesarias
"valentía y disciplina, así como un nuevo sentido de la
responsabilidad del que se ha carecido hasta ahora, de Wall Street a
Washington".
No obstante, matizó: "Si continuamos haciendo las difíciles
tareas que hay que acometer, por parte de todos y cada uno de
nosotros, superaremos esta economía debilitada y emergeremos más
prósperos como pueblo".