Benjamín Netanyahu, líder del Likud,
rechazó hoy la posibilidad de alternarse en la jefatura del
Gobierno con Tzipi Livni, cuyo partido (Kadima) fue el más votado en
las elecciones de ayer, y aseguró que será él quien presida el
próximo Ejecutivo de Israel.
Durante un encuentro con los diputados de su partido elegidos
ayer en las urnas, Netanyahu aseguró que Livni debe dejar de lado
consideraciones políticas y unirse a un Gobierno presidido por él,
informó la versión digital del diario Yediot Aharonot.
"Hemos recibido un mandato del pueblo y debemos dirigirnos a
nuestro socios naturales y, luego, tratar de expandir el Gobierno",
dijo Netanyahu a sus diputados, a quienes aseguró que "no habrá
rotación" de poder, una posibilidad que habían apuntado los
analistas y que ya se había dado en Israel en el pasado.
Tras las elecciones de 1984, la mayoría de los grupos
parlamentarios recomendaron al jefe del Estado que encargase el
gobierno al entonces líder del Likud, Isaac Shamir, cuya lista había
sido menos votada que el partido laborista encabezado entonces por
Peres, pero contaba con el apoyo de otros grupos.
Como solución, Shamir y Peres acordaron la formación de un
Gobierno de unidad nacional en cuya jefatura se alternaron.
Netanyahu inició hoy las negociaciones para encabezar una
coalición y se reunió con el dirigente del partido judío ortodoxo
sefardí Shas, Eli Yishai, cuya formación obtuvo 11 diputados.
Más tarde mantuvo un encuentro con el líder del ultranacionalista
Avigdor Lieberman, cuya formación -Israel Beitenu- con 15 diputados,
se perfila como un partido bisagra que podría dar la jefatura del
Gobierno tanto a Netanyahu como a Livni.
Será decisión del presidente israelí, Simón Peres, encargar a uno
o a otro la formación del próximo Ejecutivo en base a consultas con
los trece partidos que han sido elegidos para formar la próxima
Kneset.