El presidente de Honda, Toshihiro Mibe, descartó lanzar una oferta hostil sobre Nissan, compañía que afirmó que la propuesta de fusión de US$ 58 mil millones para formar el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo no respetaba su autonomía.
Este jueves, el segundo y el tercer fabricante de automóviles de Japón abandonaron oficialmente las negociaciones para fusionarse. La fusión pretendía reforzar su competitividad frente a los campeones chinos de vehículos eléctricos, pero las conversaciones se vinieron abajo en menos de dos meses después de que ambas partes no lograran ponerse de acuerdo sobre una estructura de gobierno.
"Nunca hemos pensado en la opción de una OPA hostil y no tenemos planes de hacerlo en el futuro", declaró Mibe este jueves.
Nissan, la más pequeña de las dos empresas, se había opuesto a una propuesta revisada para convertirla en una filial de Honda, que se desviaba del plan original de establecer un grupo holding para los dos fabricantes de automóviles.
No obstante el presidente de Honda justificó el cambio de estructura por la preocupación de que «cuando hubiera que tomar decisiones difíciles, tener representantes de ambas empresas en el consejo podría ralentizar la toma de decisiones».
"Nos reafirmamos en que dicha integración requeriría una toma de decisiones decisiva y dolorosa", afirmó Mibe.
Por su parte, el presidente de Nissan, Makoto Uchida, declaró: "con la propuesta que sugiere que Nissan se convierta en una filial al 100%, no confiamos en que se preserve nuestra autonomía ni en que se pueda maximizar realmente el potencial de Nissan".
A su vez, el socio estratégico de Nissan, Renault, calificó de "inaceptable" la propuesta de Honda y afirmó que "no incluía ninguna prima". La compañía francesa planea seguir apoyando a Nissan, de la que posee el 36%.
La atención se centra ahora en cómo sobrevivirá Nissan a una crisis de liquidez. La empresa necesita urgentemente el apoyo de un socio externo para estabilizar sus finanzas.
Además, Nissan también dio más detalles sobre el plan de reestructuración presentado en noviembre, que incluye la reducción de costes en 400 mil millones de yenes (US$ 2.500 millones) en el año fiscal 2026, mediante el recorte de 6.500 puestos de trabajo en las fábricas de EEUU y Tailandia y del 20% de los puestos de alta dirección.
Nissan, que sufre las consecuencias de una gama de productos obsoleta y de largas luchas internas, ha vuelto a revisar a la baja sus previsiones para todo el año tras registrar unas pérdidas de 14 mil millones de yenes en el trimestre hasta finales de diciembre. Para el conjunto del año se prevén unas pérdidas de 80 mil millones de yenes.
La dirección de Nissan no soportó el riesgo de perder tanto control sobre su marca y la toma de decisiones si se convertía en una filial propiedad de Honda, según personas familiarizadas con las negociaciones.
"Ambas empresas han llegado a la conclusión de que, para dar prioridad a la rapidez en la toma de decisiones y la ejecución de medidas de gestión en un entorno de mercado cada vez más volátil que se adentra en la era de la electrificación, lo más apropiado sería poner fin a las conversaciones", afirmaron ambas compañías en un comunicado.
Honda y Nissan afirmaron que seguirán colaborando en proyectos de vehículos eléctricos y software, como ya anunciaron en marzo y agosto del año pasado, aunque la mala sangre podría interponerse en el camino.
El presidente de Foxconn, Young Liu, declaró el miércoles que la empresa estaba dispuesta a adquirir una participación en Nissan para alcanzar su objetivo de cooperar con los fabricantes de automóviles consiguiéndoles pedidos para fabricar vehículos eléctricos, como hace con los iPhones de Apple.
Mientras que Nissan necesita un socio, los analistas y funcionarios gubernamentales dicen que Honda necesitaba una mayor escala para darle una base sólida para enormes inversiones en vehículos eléctricos, software y conducción autónoma.
Honda informó este jueves de que había sufrido un desplome de casi el 40% en las ventas de automóviles en China en los últimos nueve meses hasta finales de diciembre, aunque sus beneficios antes de impuestos aumentaron un 25% a 483 mil millones de yenes en el trimestre hasta diciembre debido a las ventas récord de motocicletas.
Para el ejercicio que finaliza en marzo, Honda mantiene sus expectativas de beneficios netos de 950 mil millones de yenes.
Los fabricantes de automóviles japoneses también están bajo presión en Estados Unidos, otro mercado importante, por la amenaza del Presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25% a México y Canadá, donde Honda y Nissan tienen importantes centros de producción.
Shinji Aoyama, vicepresidente de Honda, dijo que la compañía se estaba apresurando a exportar vehículos de los dos países a los EEUU antes de que expirara una prórroga de 30 días, pero advirtió de un impacto de más de 20 mil millones de yenes en los beneficios de todo el año si se promulgaban los aranceles.