Deloitte se perfila como la mayor perdedora de la campaña de la Administración Trump para recortar el gasto en consultoría, antes de que este lunes venza el plazo para que las empresas ofrezcan recortes de precios y otras concesiones.
Según un análisis del Financial Times de los datos publicados por el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge) de Elon Musk, se han rescindido o reducido al menos 129 contratos de la empresa de contabilidad y consultoría que forma parte de las llamadas Big Four (Deloitte, EY, KPMG y PwC). La cifra es más del doble que la de cualquier otra consultora.
Deloitte es una de las 10 consultoras a las que se ha ordenado que presenten un plan detallado para ahorrar dinero al Gobierno, ya sea recortando precios o sugiriendo contratos que no sean "de misión crítica" para una agencia.
Accenture, IBM y Booz Allen Hamilton son otras de las empresas que tienen de plazo hasta hoy para presentar sus propuestas, que deben incluir una cifra en dólares de ahorro potencial, según la correspondencia de la Administración a la que ha tenido acceso el FT. Según la Administración, las 10 empresas podrían facturar US$ 65.000 millones al Gobierno federal en concepto de honorarios en 2025 y años sucesivos.
"Cada una de estas empresas haría bien en decir que ha identificado entre el 25% y el 30% de los ahorros y explicar con claridad por qué el resto es importante", dijo un alto funcionario de la Administración de Servicios Generales, que ayuda a coordinar la contratación federal.
La lógica detrás y la medida
Las exigencias de la GSA a las 10 empresas se suman a los continuos esfuerzos del Gobierno por recortar los contratos y subvenciones que considera despilfarradores.
Doge afirma haber identificado hasta la fecha ahorros por valor de US$ 130.000 millones y aspira a alcanzar la cifra de US$ 1.000 millones, pero la metodología de sus cálculos ha sido criticada por sus incoherencias y errores. Aproximadamente la mitad de las 7.100 cancelaciones de contratos declaradas carecen de información suficiente para una auditoría externa.
Identificar una cifra de ahorro para un contrato cancelado también se complica por el hecho de que muchos contratos marco plurianuales tienen un techo elevado que de hecho no se alcanzaría cuando finalmente se reparta el trabajo.
Deloitte ha perdido contratos en casi todas las agencias que Doge tiene en el punto de mira, incluidos los departamentos de educación, sanidad y servicios humanos y agricultura, la Agencia de Protección Medioambiental y el Tesoro estadounidense.
Según los datos de Doge, los contratos rescindidos de Deloitte supondrán un ahorro de US$ 372 millones para el contribuyente estadounidense. Esta cifra no incluye el ahorro derivado de uno de los mayores contratos cancelados hasta la fecha, un acuerdo de servicios informáticos con el Servicio de Impuestos Internos, que preveía unos ingresos de hasta US$ 1.900 millonesa lo largo de siete años para Deloitte y otros contratistas.
Una plantilla de diapositivas proporcionada a las 10 empresas de consultoría seleccionadas les dice que detallen y justifiquen su trabajo gubernamental, agencia por agencia, en "términos sencillos", añadiendo que "un niño de 15 años debería ser capaz de entender qué servicio proporciona y por qué es importante".
También se ha pedido a las empresas que indiquen qué parte de su trabajo se factura por horas y qué parte corresponde a contratos de precio fijo o basados en resultados. Uno de los objetivos de la GSA es fomentar el paso a los contratos basados en el rendimiento, añadió el funcionario.
En algunas empresas de consultoría, el ejercicio ha causado consternación por lo que algunos consideran una falta de precisión en la definición de consultoría, agrupando el trabajo de asesoramiento estratégico -que puede ser ridiculizado como analistas que presentan PowerPoints- con gigantescos proyectos de implantación y apoyo de TI. Algunos ejecutivos también señalaron la ironía de que un cliente pregunte a sus propios proveedores qué trabajo deben recortar.
"Como consultor, esto es la antítesis de cómo se supone que hay que hacer esto", dijo un director de una empresa seleccionada. La plantilla de la GSA "parece hecha por un estudiante de bachillerato".
Algunas empresas, sin embargo, ven el ejercicio como una oportunidad para empezar a mover la conversación de los recortes inmediatos a las oportunidades a largo plazo para la racionalización del gobierno - donde los consultores podrían tener un papel que desempeñar.
Julie Sweet, consejera delegada de Accenture, declaró a principios de mes que "vemos grandes oportunidades para ayudar a consolidar, modernizar y reinventar el gobierno federal".