El banco central de Rusia elevó ayer su tasa de interés de referencia de 10,5% a 17% en mitad de la noche, sólo cinco días después de su último aumento y horas después de que el rublo sufriera su mayor caída desde 1998.
"La decisión fue impulsada por la necesidad de limitar los riesgos de devaluación e inflación, que recientemente han aumentado significativamente", dijo el banco central en un comunicado.
La decisión, en mitad de la noche en Moscú, se produjo tras un día en que el rublo se desplomó más de 10%, a medida que las implicancias de la caída en los precios del petróleo para la economía, dependiente de la energía, generó una fuga en los mercados rusos.
En el pronóstico más sombrío hasta desde Moscú, el banco central advirtió que el Producto Interno Bruto del país podría contraerse entre 4,5% y 4,7% el próximo año si los precios del crudo se mantienen en US$ 60 el barril.
Junto con el alza de tipos el banco también anunció que expandirá sus subastas repo en moneda extranjera, en un intento de impulsar la liquidez hacia los bancos del país, que han estado luchando con una escasez de dólares.
Operadores cambiarios y analistas en Nueva York describieron la jugada del banco central como "un último esfuerzo desesperado" para detener la implacable caída del rublo.
"Es un enfoque de sorpresa y conmoción que ha funcionado en el pasado con otros bancos centrales de mercados emergentes, intentando defender sus monedas y mover a los especuladores de corto plazo fuera de los mercados", dijo Kathy Lien, de BK Asset Management.
"Básicamente, el banco central ruso está diciendo a los mercados que está al otro lado de su operación y que no dejará que el rublo colapse completamente. Han intentado muchas medidas recientemente y ninguna parece haber funcionado. El alza de tasas debería, al menos en el corto plazo, ayudar a que el rublo encuentre un fondo", aseguró.
El agresivo aumento de tipos no es poco frecuente en los mercados emergentes cuando los bancos centrales tienen que defender sus monedas de una rápida depreciación.
Más temprano en el año, Turquía subió su tasa de referencia de 7,75% a 12%. Brasil elevó su tasa de préstamos a 45% en marzo de 1999 después de que el real se debilitara 40%.
La combinación de una brusca caída en el precio del petróleo, sanciones de Occidente y una incertidumbre paralizante sobre el panorama económico han gatillado un colapso del rublo en el último mes, con nuevos mínimos de 64,45 frente al dólar y 81,35 frente al euro ayer.
En el año a la fecha, ha perdido la mitad de su valor frente al dólar, convirtiéndola en la moneda de peor desempeño del mundo.
Los operadores afirmaron que el banco central intervino en varias ocasiones durante la jornada, pero no logró detener la caída del rublo por más de algunos minutos en cada ocasión. "Hay pánico en los mercados locales impulsado por la inacción del banco central", dijo Benoit Anne, jefe de mercados emergentes de Société Générale, más temprano en el día. "Rusia puede no estar al borde de una crisis financiera, pero está cerca de perder su estatus de grado de inversión".
La venta se expandió en el mercado, con las acciones de Sberbank, el mayor banco de Rusia, bajando 6,3%, y Rosneft, el gigante petrolero estatal, cayendo 4,4%. En términos de dólar el índice de referencia Micex ha retrocedido más de 26% en lo que va de diciembre, en vías de su mayor descenso mensual desde octubre de 2008.
Calificándolo como un "lunes rojo", Timothy Ash, estratega de mercados emergentes de Standard Bank en Londres, aseguró que la fuga era una demostración de la falta de confianza de los inversionistas en la economía rusa. "No se trata sólo del petróleo, sino de las sanciones, el riesgo geopolítico y... la falta de acción de parte de las autoridades rusas", expresó.
El banco central pronosticó ayer que el flujo de salida de capitales desde Rusia sumará US$ 120 mil millones en 2015, casi a la par de los US$ 134 mil millones que dejarán el país este año. También pronosticó salidas de US$ 75 mil millones en 2016 y US$ 55 mil millones en 2017.
Financial Times