Durante meses, los analistas que siguen a Apple estuvieron lanzando apuestas sobre cómo la compañía iba a venderle a los consumidores la idea de que remover el puerto para los audífonos era un beneficio y no una molestia. Muchos expertos predijeron una reacción violenta contra la remoción de una tecnología que, por muy antigua que sea, se mantenía como un servidor fiel y cotidiano para cientos de millones de personas.
Pocos, sin embargo, predijeron el tipo de reacción que Apple provocó durante el evento de lanzamiento del iPhone 7 el miércoles, con críticas masivas en Twitter.
Para preparar su anuncio, Apple tenía mucha experiencia a la que podía echar mano sobre cómo realizar este tipo de cambios.
En 2008, cuando Steve Jobs extrajo el MacBook Air de un sobre de papel café, no traía el lector de CD que era una caratcerística estándar en otros computadores, permitiendo que el nuevo notebook fuese mucho más delgado que sus competidores. Jobs profetizó en esa oportunidad, y estuvo en lo cierto, que pronto el software y los medios serían distribuidos a través de Internet, y ya no más en discos.
“No creemos que la mayoría de los usuarios vaya a extrañar la unidad óptica”, dijo. “El MacBook Air fue desarrollado para ser una máquina inalámbrica”.
El iPhone, que en ese entonces apenas había cumplido un año, también fue construido para ser inalámbrico. Pero la salida para los auriculares con cables de 3,5 mm se ha mantenido gracias a su simplicidad, confianza y compatibilidad universal.
Cuando Phil Schiller, el jefe de marketing de Apple, subió al escenario el miércoles en San Francisco, describió al puerto como un vestigio del siglo XIX que estaba obstaculizando los cambios del progreso del siglo XXI.
“Nuestros smartphones están repletos de tecnología y todos queremos más”, lo que significa remover algunos de sus componentes para dejar vía libre para baterías más grandes y procesadores más rápidos, dijo.
“La razón para avanzar se reduce a una sola palabra: valor. El valor para avanzar, hacer algo nuevo que sea bueno para todos nosotros. Y nuestro equipo tiene un gran valor”, aseguró.
Si Schiller estaba intentando evitar una reacción violenta, su discurso puede haber sido contraproducente. Frente a lo que muchos calificaron como otro ejemplo de la arrogancia de Apple, las redes sociales estallaron con una mezcla de desconcierto, indignación y burlas.
“Remover el puerto para audífonos no requiere coraje. Pero cobrar US$ 159 por los AirPods sí”, dijo a través de Twitter Dave Pell, un inversionista y desarrollador de aplicaciones iOS, refiriéndose al alto precio de los nuevos auriculares inalámbricos que Apple presentó junto al iPhone.
Mike Monteiro, director creativo del estudio de San Franciso Mule Design, publicó anuncios con imágenes de personalidades históricas como Mahatma Gandhi, Rosa Parks y Anne Frank con los AirPods incorporados a través de Photoshop en sus oídos, cada uno con el mensaje “valor”.
Detrás de la burla estaba la sensación de que incluso si sus auriculares realmente suenan mejor que los tradicionales, las motivaciones de Apple eran principalmente comerciales.
“Estas acciones representan el deseo de Apple de apoyar los menguantes ingresos por dispositivos móviles capturando la mayor cantidad posible de los gastos de sus propietarios en el floreciente mercado de accesorios para audio”, dijo Paul Erickson, analista de IHS Technology, un grupo de investigación. “Hay que hacer notar que los modelos inalámbricos son los productos que generan más ingresos dentro del mercado de auriculares”.
Geoff Blaber, un analista de CCS Insight, predice que la transición hacia un audio inalámbrico en última instancia será vista como un “golpe maestro”, gracias a los beneficios tanto para los usuarios y las propias ventas de accesorios de Apple.
La mayoría de las preocupaciones inmediatas de los clientes serán mitigadas por la inclusión de nuevos auriculares que funcionan con el puerto Lightning que permanece en el iPhone, así como con un adaptador para audífonos tradicionales, dijo.
Uno de los beneficios clave que Apple atribuye a la eliminación de la toma de auriculares es la batería más grande del iPhone 7, atendiendo lo que las encuestas han indicado que es una de las mayores frustraciones de los consumidores con respecto a sus smartphones. El nuevo dispositivo durará una hora o dos más cada día, dependiendo del modelo, aseguró la firma de Cupertino.
Sin embargo, a pesar del atractivo cambio a auriculares inalámbricos y una mejoría en la vida de la batería, los observadores están divididos sobre si el iPhone 7 –prácticamente similar en su diseño exterior a sus dos predecesores– muestra real innovación desde Apple.
“Los expertos estaban equivocados: el iPhone 7 y el iPhone 7 Plus fueron importantes actualizaciones, no menores”, dijo Patrick Moorhead de Moor Insights, una consultora de Silicon Valley, gracias a las mejoras que van desde los procesadores y una disposición para un nuevo botón de inicio rediseñado y adaptado para ser impermeable.
“Hay poco que no puede gustar de este teléfono, pero también hay poco que amar”, cree Jefferson Wang, socio ejecutivo de IBB Consulting, que asesora a compañías de tecnología, medios y telecomunicaciones. El “iPhone 7 todavía no ha comenzado a ser distribuido y el mercado ya está pensando en cómo será la próxima versión”.
Los cambios introducidos que captaron más atención en torno al iPhone 7 –los audífonos y una nueva cámara con doble lente– podrían demostrar ser a la larga precursores esenciales para otros cambios más radicales que llegarán el próximo año e incluso después de eso, como carga inalámbrica o pantallas envolventes.
Quizá Apple sabía que iba a perder la discusión sobre los auriculares inalámbricos, pero siguió adelante de todas maneras, conociendo qué sería capaz de entregar y con qué podría intentar deslumbrar en el futuro.
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