EEUU saca partido de la guerra comercial: el déficit de bienes con China se redujo un 12,6%
El dato de enero se produce después de que 2018 cerrase con el récord en el déficit en la última década.
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El déficit comercial estadounidense de bienes y servicios se redujo en enero un 14,6%, hasta los US$ 51.100 millones, mes en el que se registró una notable reducción de las importaciones de China, informó hoy el Departamento de Comercio.
Las importaciones descendieron un 2,6%, hasta los US$ 258.500 millones; mientras que las exportaciones subieron levemente, un 0,9%, hasta los US$ 207.300 millones.
La cifra es menor que los pronósticos de los analistas, que habían proyectado un déficit en enero de US$ 57.700 millones.
El déficit de bienes con China, seguido muy de cerca debido a la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, se redujo un 12,6%, hasta los US$ 33.200 millones.
El dato de enero se produce después de que 2018 cerrase con el récord en el déficit en la última década.
Estados Unidos y China se encuentran inmersos en complejas negociaciones comerciales, y en marzo Trump, que ha impuestos aranceles a centenares de productos chinos, aplazó una nueva subida de gravámenes a la espera de la continuación de las conversaciones con Beijing.
El mandatario ha defendido su agenda de "Estados Unidos primero", con la que ha prometido revitalizar la creación de empleos en el mercado interno y reducir el déficit comercial que, a su juicio, responde a las injustas políticas comerciales de sus socios.
No obstante, los economistas consideran que la balanza comercial no es un indicador significativo de la salud económica de un país.
Estados Unidos, como primera economía mundial, suele ver cómo aumentan históricamente los déficit durante las épocas de bonanza al incrementar el apetito de los estadounidenses por las importaciones.
Precisamente, Estados Unidos vive un momento de sólida expansión económica, con un crecimiento del 2,9% en 2018, alimentado por el agresivo estímulo fiscal lanzado por Trump a través del recorte de impuestos para las empresas y, en menor medida, los trabajadores.