Toda crisis tiene sus ganadores y
en un momento en el que miles de empresas de todo el mundo se ven
obligadas a reducir sus puestos de trabajo, el arte de despedir se
ha convertido en un negocio floreciente.
En EE.UU., las empresas dedicadas a asesorar a otras sobre cómo
realizar los recortes de empleo y ayudar a los despedidos a
encontrar nuevos trabajos apenas pueden atender toda la demanda que
reciben.
"Hemos registrado un enorme aumento en nuestro negocio en los
últimos meses", dijo a EFE Elaine Varelas, socia ejecutiva de
Keystone Partners, una de las principales firmas especializadas en
lo que se conoce como "transición profesional".
Right Management, otra de las compañías más conocidas del sector,
anunció el pasado otoño un aumento del beneficio de 39% y
su competidora Ayers Group ha señalado que el negocio avanzó 75% en 2008.
La economía de Estados Unidos perdió en enero 598.000 puestos de
trabajo y el índice de desempleo subió cuatro décimas hasta 7,6% de la fuerza laboral, la tasa más alta en 34 años.
Desde que comenzó la recesión en EE.UU. en diciembre de 2007, el
país ha perdido unos 3,6 millones puestos de trabajo y la mitad de
ellos desapareció en los tres meses tras el colapso en septiembre de
la firma financiera Lehman Brothers.
Estas firmas no asumen la delicada tarea de anunciarle el despido
al trabajador, pero asesoran sobre cómo hacerlo y cómo afrontar la
reacción de los empleados tras una "separación", terminó eufemístico
usado por algunas de ellas.
Búsqueda de empleo
Buena parte de sus servicios se centran en asesorar en la caza de
un nuevo trabajo.
"Básicamente ayudamos a los que han perdido su puesto a dejar la
empresa, a organizarse y a mejorar en la búsqueda de empleo", señaló
Varelas.
Estos servicios pueden consistir, por ejemplo, en prestar
asesoramiento para actualizar su currículum, identificar
oportunidades laborales u ofrecer espacio en sus oficinas para que
realicen desde allí su búsqueda.
Keystone Partners organiza seminarios tanto para individuos como
para grupos y su paquete básico de servicios cuesta en torno a los
US$1.000 por empleado. Varelas señala que entre sus clientes
hay todo tipo de empresas, tanto pequeñas como grandes y de los más
variados sectores.
Los directivos de "la industria nacida de la culpa", como la
bautizó la revista Forbes, afirman que sus servicios mejoran las
posibilidades de los despedidos de encontrar rápidamente un nuevo
trabajo y evitan también reacciones violentas o demandas contra la
empresa.
"Creo que siempre se es más eficiente si se tiene un entrenador
al lado ayudándote", resumió Varelas.
"Los empresarios lo ven con una parte necesaria de los beneficios
de los empleados y una manera de ayudar a gente que ha trabajado
lealmente para la empresa en los buenos tiempos", añadió.
"Además, saben que cuando la economía vuelva a mejorar van a
querer que se les vea como una buena empresa en la que trabajar",
precisó.