El presidente de EE.UU., Barack Obama,
continuó hoy su presión para que el Senado apruebe el plan de
estímulo económico, como lo hizo ya la Cámara de Representantes, y
que la medida se convierta en ley lo antes posible.
Obama, que hoy recibió la sesión informativa diaria de boca de
sus asesores sobre la situación de la economía, tiene previsto
reunirse esta tarde con el vicepresidente, Joe Biden, y el
secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
El mandatario busca que el Senado apruebe, cuando comience su
debate la próxima semana sobre el asunto, el plan de estímulo
económico, dotado con US$819.000 millones, al que la Cámara
de Representantes dio el visto bueno la pasada noche, por 244 votos
a favor frente a 188 en contra.
La votación se realizó después de que se derrotara una
alternativa de US$475.000 millones presentada por la minoría
republicana, que ha tachado el plan aprobado de costoso e ineficaz
para espolear la maltrecha economía.
Obama, que ha declarado que la aprobación del plan es su
principal prioridad en el principio de su mandato, ha lanzado una
auténtica "ofensiva de encanto" en el Capitolio y, en especial,
sobre los legisladores republicanos para que respalden el proyecto
de ley.
Antes de la votación en la Cámara, el presidente se desplazó al
Congreso para reunirse con los legisladores republicanos, y luego
celebró un coctel en la Casa Blanca para los líderes de ambos
partidos en el órgano legislativo.
Sin embargo, ni un solo republicano en la Cámara de
Representantes votó a favor de la medida, que prevé cerca de US$275.000
millones en recortes de impuestos a las familias y
pequeñas empresas y cerca de medio billón de dólares en inversiones
en educación, energía, nuevas tecnologías e infraestructuras.
Según la Casa Blanca, el plan de estímulo permitirá crear o
evitar la pérdida de entre tres y cuatro millones de puestos de
trabajo.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, advirtió de que los
legisladores tendrán que responder ante sus votantes por su "no" a
la medida.
"Creo que habrá gente en distritos electorales en todo el país
que se preguntarán por qué, si tenemos un buen proyecto de ley para
impulsar la economía, seguimos jugando al politiqueo", declaró.
Para aumentar la presión sobre los legisladores, la Casa Blanca
se plantea publicar una lista que enumere detalladamente, estado por
estado, los problemas económicos que se atraviesan, como las
pérdidas de puestos de trabajo o la disminución en las ventas de
viviendas.
Pese al rechazo republicano, la Casa Blanca asegura que los
intentos por establecer una buena sintonía con el partido rival
seguirán adelante.
Según Bill Burton, portavoz adjunto de la Casa Blanca, "los
estadounidenses tienen depositadas grandes esperanzas en que el
presidente y los dos partidos en el Congreso colaboren para sacar
adelante esta medida y otras, y seguiremos haciendo todos los
esfuerzos necesarios para lograrlo".
Próxima votación
La medida pasará al Senado la próxima semana y se espera que en
esa Cámara sí reciba el respaldo de algunos senadores republicanos.
La idea es que el Congreso haya aprobado el proyecto de ley para el
16 de febrero.
Dada la gran mayoría demócrata en las dos Cámaras del Congreso,
Obama quiere lograr el respaldo de la oposición en cumplimiento de
sus promesas de campaña de que dejaría atrás las divisiones
partidistas que caracterizaron Administraciones previas.
Durante la negociación en la Cámara, los demócratas accedieron a
retirar algunas cláusulas que enojaron de modo especial a los
republicanos, como la asignación de fondos para la compra y
distribución de preservativos.
En un comunicado tras la votación en la Cámara, Obama afirmó:
"espero que podamos seguir fortaleciendo este plan antes de que
llegue a mi mesa" para su firma y conversión definitiva en ley.